Adaptadores estándares vs adaptadores personalizados

09/08/2019 | Comparte:

Autor/a: Sonia Bajo. Audióloga / Audioprotesista. Diplomada en Logopedia

Adaptadores estándares vs adaptadores personalizados: ¿es lo mismo?

La aparición de los adaptadores estándares ha facilitado el trabajo en los gabinetes auditivos, ya que ha posibilitado realizar las pruebas necesarias al paciente de forma instantánea.

Pero, frente a esta ventaja, el audiólogo tiene siempre que valorar la necesidad de llevar a cabo la adaptación con oliva o recurrir a un adaptador personalizado. La elección de uno u otro debe obedecer a las características de la pérdida auditiva que sufre el paciente, con el fin de garantizar el mejor resultado.

La aparición en el año 2003 del primer audífono Open Fitting (ResoundAir™) revolucionó el mundo de los audífonos. Por primera vez, se disponía de un instrumento que permitía la corrección audioprotésica de pérdidas auditivas restringidas a frecuencias agudas cuando el paciente tenía preservadas las frecuencias graves, gracias al carácter «abierto» de la adaptación.

Ese mismo año, Sebotek presentaba el primer audífono RIC.

Figura 1
Tipos de adaptadores estándares. © Imagen cedida por cortesía de Oticon.

Los componentes del audífono se separaban, alojando una parte detrás del oído e insertando el auricular dentro del canal auditivo. Esto permitía dejar espacio libre para la ventilación del conducto.

«Una adaptación de audífono abierta u Open fit es aquella en la que se inserta el tubo en el canal auditivo de modo que el conducto queda parcialmente abierto y permite recibir de forma directa sonidos ambientales». (Fretz et al, 2003).

El nombre Open Fit en la actualidad ha quedado restringido a las adaptaciones abiertas realizadas con audífonos ubicados detrás del pabellón auditivo, ya sean adaptaciones con o sin el auricular en el canal, a pesar de que también es posible realizar adaptaciones Open Fit con audífonos ITE con amplios conductos de ventilación.

Con la aparición de estos sistemas surgieron los adaptadores estándares u olivas, que, en combinación con los fabricados a medida, abrían un amplio abanico de posibilidades de adaptación.

Hoy en día, los adaptadores estándares se encuentran disponibles en diferentes opciones de apertura y tamaños, con el objetivo de que se ajusten al oído lo mejor posible y con confort.

El audiólogo tiene a su disposición cuatro tipos:

1. Adaptadores abiertos.
2. Adaptadores cerrados.
3. Adaptadores de potencia.
4. Griptip.

Originalmente, los adaptadores estándares aparecieron en versión abierta ya que lo hicieron asociados a las adaptaciones Open Fit. Su objetivo era permitir la adaptación en hipoacusias en altas frecuencias. Uno de los problemas característicos de estas adaptaciones era la percepción anómala de la propia voz, fenómeno conocido como «efecto de oclusión», así como la percepción poco natural de los sonidos de ambiente que, hasta el momento de la adaptación, el paciente percibía sin dificultad al tener conservadas las frecuencias graves. Las olivas abiertas minimizaban ambos efectos.

Estos adaptadores no solo abrieron la posibilidad de corregir hipoacusias que hasta el momento eran difíciles de solucionar con audífonos, sino que permitieron disponer de una herramienta instantánea de adaptación. Gracias a las diferentes opciones de apertura y tamaño, era posible realizar en cualquier momento una adaptación, abriendo la posibilidad de pruebas inmediatas y sin coste para el paciente al no tener que confeccionarse un adaptador a medida para realizar dicha prueba.

Sin embargo, el disponer de estas herramientas de adaptación instantánea puede suponer un inconveniente cuando se utilizan de forma incorrecta o indiscriminadamente, pudiendo comprometer el resultado final de la adaptación.

No es extraño encontrar pacientes cuya pérdida requiere de la fabricación de un adaptador a medida para obtener el resultado óptimo, a los que se les realizó la adaptación inicial con este tipo de adaptador de modo provisional o para hacer una prueba del sistema, y a los que nunca se les llegó a fabricar un adaptador a medida, con el consiguiente compromiso en el resultado.

Los motivos por los que esto ocurre son variados:

— Es indudable que una adaptación menos ocluyente proporciona más confort inicial al paciente. La sensación de oclusión de cualquier adaptación cerrada y las diferencias en la percepción de la propia voz sorprende a los pacientes que utilizan audífonos por primera vez. Si se utilizan adaptadores estándares tomando como referencia la sensación de confort inicial del paciente, el audiólogo podrá acabar utilizando un adaptador con menos cierre del necesario según su pérdida.

— Existen motivos estéticos que pueden predisponer al paciente a no aceptar el paso de oliva a micromolde, ante la creencia (no siempre infundada) de que será más visible. El audiólogo, en estas ocasiones, puede verse tentado de «no contrariar» al paciente y continuar con el uso de olivas aun no siendo la mejor opción.

— Costo añadido de la fabricación a medida.

En cualquier caso, en la actualidad, el audiólogo se encuentra diariamente con casos en los que tiene que decidir si realizar la adaptación con oliva o fabricar un adaptador personalizado.En muchos pacientes las características de la pérdida no dejan lugar a dudas.

La hipoacusia moderada-severa requiere oclusión total del conducto. La opción recomendada será un adaptador personalizado. (figura 2)

Sin embargo, existen casos en los que, de acuerdo a las indicaciones del fabricante, se puede realizar la adaptación con adaptadores estándares o a medida (Figura 3).

Figura 2 Audiogramas
Figura 3 Audiogramas

Kuk &Keenan (2006) recomiendan utilizar como criterio de selección de la ventilación, el grado de pérdida auditiva en la frecuencia 500 Hz.

— Si el umbral en 500 Hz está en 20 dB o menos: se prescribirá adaptación Open Fit.
— Si el umbral se encuentra entre 20–30 dB: se prescribirá una ventilación de 3 mm.
— Si el umbral se encuentra por debajo de 30 dB: por cada 10 dB de incremento en el umbral, se reducirá 0,5 mm el diámetro del venting.
— Si el umbral en las frecuencias por encima de 2000Hz es peor de 70 dB, no se recomienda realizar adaptaciones Open Fit por las limitaciones que impone la aparición de feedback.

Cuando es necesario ocluir el conducto, hay más riesgo de fuga con el uso de adaptadores estándares que con el uso de micromoldes fabricados a medida, lo que supone una mayor posibilidad de acoplamiento.

Por este motivo, hay que tener en cuenta las conclusiones de Muller (2009) en relación a la ganancia máxima disponible en altas frecuencias en adaptaciones Open Fit, siendo el promedio de 34 dB. No obstante, Muller puntualiza que este valor puede variar dependiendo de la gama del audífono y de la tecnología del cancelador de feedback.

En esta misma línea y en relación a las adaptaciones con tubo fino y adaptadores estándares Kuk & Keenan (2006) observaron una reducción de 50 dB a 20 dB en la ganancia máxima estable en las frecuencias 2-3 kHz cuando se realizaba la adaptación con olivas comparado con adaptaciones cerradas con micromoldes.

Tras estas evidencias, se concluye que la reducción de la ganancia en frecuencias agudas para que no se produzca feedback y el efecto negativo que esta reducción produce en la discriminación del habla, sugiere la necesidad de ser conservador con la selección de la ventilación y, por ello, del tipo de adaptador.

Tras estas evidencias, se concluye que la reducción de la ganancia en frecuencias agudas para que no se produzca feedback y el efecto negativo que esta reducción produce en la discriminación del habla, sugiere la necesidad de ser conservador con la selección de la ventilación y, por ello, del tipo de adaptador.

Efecto del diámetro del venting en la amplificación de frecuencias graves: 1 mm azul, 2 mm verde y 3 mm rojo.

Figura 4 Efecto del diámetro del venting en la amplificación de frecuencias graves

Otro aspecto a tener en cuenta como criterio de selección de adaptador estándar vs adaptador a medida es el efecto del grado de ventilación sobre algunos sistemas automáticos del audífono. Keidser et al. (2007) y Dillon (2012) concluyeron que la entrada directa de los sonidos de frecuencia baja a través del venting, disminuye el rendimiento de los sistemas de cancelación de ruido, la direccionalidad de los micrófonos y otros algoritmos adaptativos presentes en los audífonos.

El sonido directo que pasa a través de la ventilación, no es procesado por el audífono, predominando esta señal sobre la correspondiente al mismo sonido procesada por el audífono. Aquellos pacientes con baja discriminación en presencia de ruido, encontrarán menos beneficios en la tecnología en estas situaciones si se realizan adaptaciones más abiertas.

Teniendo en consideración lo expuesto hasta el momento, las adaptaciones más ventiladas, como puede ser el caso de las realizadas con olivas abiertas o cerradas pero con deficiente ajuste al conducto, en un primer momento, minimizan la sensación de oclusión y aumentan la sensación inicial de confort.

Sin embargo, esto puede ser a costa de limitar la audibilidad de las frecuencias agudas necesarias para la comprensión del habla, de reducir los beneficios proporcionados por los reductores de ruido, la direccionalidad y otros automatismos, y degradar la calidad del sonido por la interacción entre la señal directa y la señal amplificada (Keenan 2009). Es recomendable buscar una ventilación que permita minimizar el efecto de oclusión lo máximo posible sin comprometer estos aspectos.

La fabricación de adaptadores a medida con selección específica de ventilación y la verificación objetiva del efecto real de esa ventilación a través de las pruebas en oído real, tal y como se explicó en un artículo anterior de esta misma publicación, parecen la opción más apropiada.

Por último, existen otras cuestiones a tener en cuenta en los criterios de selección de adaptador a medida vs estándar. El uso de adaptadores estándares puede introducir «riesgos» que ponen en peligro el resultado de la adaptación.

En las adaptaciones con audífonos RIC o de tubo fino el resultado depende del correcto emplazamiento del auricular o tubo dentro del canal. La distancia a la que queda ubicado en relación al tímpano es crítica. Determinados conductos, con curvas pronunciadas, o la habilidad motriz del paciente a la hora de colocar el auricular o tubo fino en el canal, condicionarán de forma crítica la adaptación. Las olivas estándares pueden resultar más difíciles de alojar adecuadamente en su emplazamiento correcto al no tener referencia, modificando la ganancia que proporciona el audífono dentro del canal.

Una queja común de los usuarios de olivas es el picor en el canal auditivo (Tao 2014). La causa más común de este picor en usuarios de adaptadores estándares es el incorrecto ajuste de la oliva al canal auditivo. Al tratarse de adaptadores con diámetros y longitudes predeterminados, puede ocurrir que el ajuste al canal del paciente no sea perfecto.

El picor puede estar provocado por un adaptador excesivamente alejado de las paredes del canal. Al quedar «flotando», determinados movimientos de la cabeza o la mandíbula lo moverán dentro del conducto, produciendo cosquilleo o irritación.

En ocasiones, el uso de adaptadores estándares, requiere de más maniobras de colocación hasta su ubicación correcta. Esto incrementa el riesgo de heridas y rozaduras provocadas por estas maniobras y, por tanto, el rechazo del paciente al uso de audífonos.

La prueba de unos audífonos dependerá en gran medida de que la colocación de los mismos sea la correcta. Con adaptadores a medida es más fácil conseguir la ubicación adecuada, al hacerse a medida del conducto. Las posibilidades de que el auricular o el tubo se muevan de su sitio son menores.

La tecnología actual aplicada a la fabricación de adaptadores a medida permite realizar adaptadores de múltiples características y materiales, desde adaptadores con auriculares encapsulados para pérdidas severas hasta adaptadores tipo «cage» para adaptaciones abiertas, con materiales de mayor o menor dureza, y es posible proporcionar la ventilación necesaria con más estabilidad que cuando se utilizan adaptadores estándares.

Figura 5*
Micromolde de auricular RITE / RIE
Imágenes extraídas de Audiología: Teoría y Práctica, © Egea Consultores.
Figura 6*
Molde abierto hueco.
Imágenes extraídas de Audiología: Teoría y Práctica, © Egea Consultores.

En conclusión, el uso de adaptadores estándares puede permitir al audiólogo la adaptación rápida y confortable en determinadas situaciones. Sin embargo, esta posibilidad no será conveniente si este adaptador no es el adecuado o no permite realizar la adaptación óptima para ese paciente.

La prueba de audífonos con unos adaptadores incorrectos a buen seguro aumentará las posibilidades de devolución. Incluso una adaptación satisfactoria puede serlo aún más si se aprovechan al máximo las posibilidades auditivas del paciente y de la tecnología fabricando adaptadores personalizados. Esta tecnología permite confeccionar adaptadores de características diversas para afrontar todo tipo de adaptación aportando estabilidad y facilitando su manejo.

En este proceso serán necesarias las pruebas en oído real para verificar que el adaptador confeccionado cumple los requerimientos de oclusión/ventilación precisos.

El audiólogo debe verificar de forma objetiva en todos los casos que la opción elegida permite realizar la mejor adaptación posible para ese paciente.

Referencias

Effectiveness of directional technology in open-canal hearing instruments. Bentler, Ruth; Wu, Yu-Hsiang; Jeon, Julie. 2007
How Do Vents Affect Hearing Aid Performance? Kuk &Keenan. Hearing Review. 2006.
Earmolds: Practical Considerations to Improve Performance in Hearing Aids, 2009. Taylor&Teter-Hearing review.
Relative loudness perception of low and high frecuency sounds in the open an occluded ear. Keidser 2007.
Open Versus Closed Hearing-Aid Fittings: A Literature Review of Both Fitting Approaches. Alexandra Winkler et Al. Trends in Heraing. 2016.

Sonia Bajo

Audióloga / Audioprotesista

Diplomada en Logopedia.

Habilitación Tinnitus & Hyperacusis Therapy MC.

Experta en Acúfenos e Hiperacusia y tratamiento TRT.Audiología Infantil y Tercera Edad.

Docente en el Máster de Audiología de la Universidad Europea Miguel de Cervantes

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Uno de estos ensayos, cuyos resultados preliminares han sido publicados recientemente, es el DB-OTO, una investigación sobre terapia génica basada en AAV (virus adeno-asociados), cuyo objetivo es tratar la neuropatía auditiva provocada por la disfunción de la otoferlina. El ensayo partió de un centro de investigación de biotecnología norteamericano (Decibel Therapeutics), que recientemente, fue absorbido por Regeneron, una empresa líder en biotecnología aplicada a la medicina, con el compromiso de continuar con los programas de terapia génica para el tratamiento de la pérdida auditiva. Es importante destacar la importancia de este estudio, en primer lugar, porque es el primer ensayo en humanos multicéntrico, y en segundo lugar, porque la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios aprobó la participación de nuestro país en la investigación en noviembre de 2022, a la que se sumó la del Reino Unido en enero de 2023. La compañía pretende proporcionar y publicar datos fiables de este ensayo en el primer cuarto de 2024. Hace un par de meses, la MIT Technology Review ha publicado también un caso de aplicación exitosa de esta terapia en China (Regalado y Yang, 2023). ¿En qué consiste DB-OTO?  Es una terapia génica selectiva de células, basada en virus adeno-asociados (AAV), cuyo objetivo es proporcionar audición fisiológica y duradera a pacientes con hipoacusia profunda congénita causada por mutaciones en el gen de la otoferlina. El tratamiento pretende inocular a los pacientes una copia funcional de este gen defectuoso, utilizando un virus modificado, no patogénico, que se introduce en la cóclea mediante una inyección bajo anestesia general, un procedimiento similar al utilizado para los implantes cocleares. En esta terapia génica, el gen de la otoferlina introducido es controlado por un promotor Myo 15, que restringe la expresión de este gen a las células que habitualmente expresan la otoferlina. La prevalencia en niños es motivo de discrepancia entre los diferentes estudios, aunque parece aceptado un valor de aproximadamente el 10% en niños con pérdida auditiva permanente. Paralelamente se están desarrollando otros estudios de terapia génica para las hipoacusias provocadas por la disfunción en la otoferlina, todos ellos mediante virus adeno-asociados, entre los que se encuentra el OTF-GT de Sensorions y el AK-OTOF de Akouos. En nuestro país, los centros sanitarios implicados en el estudio por el momento son el Hospital Universitario Insular Materno-Infantil de Las Palmas de Gran Canaria, el Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, y la Clínica Universidad de Navarra. A ellos se suman tres centros sanitarios de Estados Unidos, en California, Nueva York y Seattle, y dos en el Reino Unido, en Londres y Cambridge.  Los criterios de inclusión varían ligeramente entre los diferentes países, con el denominador común de pacientes que presenten mutaciones patógenas o probables patógenas en ambos alelos del gen OTOF e hipoacusia neurosensorial profunda (SNHL ≥90 dB HL), basada en mediciones conductuales y fisiológicas (PEATC) de la función del oído interno. La edad de inclusión también varía entre unos países y otros, de forma que en EEUU pretende incluirse en la muestra a niños hasta 18 años de edad, mientras que en el Reino Unido y España, los niños deben tener 24 meses de edad o menos en el momento en que el padre o tutor legal firma el formulario de consentimiento informado. Para la intervención, sin embargo, se procede de forma unificada en la primera fase, administrando una única inyección intracoclear en uno de los oídos (en el caso de que el otro oído esté implantado), otra dosis más alta en la segunda fase del experimento en el mismo oído, una vez probada la seguridad de la dosis inicial, y finalmente terapia génica en ambos oídos (siempre que sea posible), con la dosis óptima seleccionada, una vez comprobada la inocuidad de DB OTO en las dos primeras fases.  Una vez realizado el procedimiento, se estudiarán los efectos en los próximos cinco años, considerando, en primer lugar, los efectos adversos sistémicos y locales que pueden emerger con posterioridad al tratamiento, y valorando también, en segundo lugar, mediante la realización de audiometrías conductuales, los cambios que puedan registrarse en los umbrales auditivos en el oído tratado, no solo en las frecuencias de tono puro evaluadas, sino también en el umbral de conciencia del habla «Speech Awareness Treshold» (SAT), y en el umbral de recepción del habla. Dado el interés despertado por este estudio desde sus inicios, Regeneron ha optado por publicar algunos resultados preliminares hace algo menos de dos meses. En su publicación, la empresa anuncia conclusiones positivas, seguras y eficaces en su primer paciente, un niño de menos de dos años de edad, afectado de hipoacusia profunda congénita por mutación en el gen OTOF. Según esta publicación, y como consecuencia de la primera inyección intracoclear de DB-OTO, el niño experimentó mejora en sus respuestas auditivas en la sexta semana post-tratamiento, que se registraron tanto en audiometrías conductuales como en potenciales evocados auditivos de tronco cerebral (PEATC). Por otra parte, no se registraron efectos secundarios nocivos del tratamiento en la sexta semana.  Gracias a los avances experimentados en la biotecnología y la investigación genética, actualmente se ensayan numerosas terapias que podrían revolucionar la medicina tal y como hoy la conocemos. La publicación de MIT Technology Review arroja resultados similares. Una niña de seis años de edad que reside con su familia en Dongguan, China, parece haber conseguido oír por primera vez, en palabras de su madre, después de someterse a esta terapia génica, liderada en este caso por Yilai Shu, cirujano y científico de la Fudan University de Shangai. Aparentemente, el estudio chino incluye a unos 10 niños que actualmente estarían en seguimiento. Shu presentó sus resultados con los primeros cinco niños tratados en China en el último Congreso de la European Society for Gene and Cell Therapy, celebrado en Bruselas a finales de octubre. Según sus datos, cuatro de los niños recuperaron audición en el oído tratado, y uno de ellos no lo hizo, quizá debido a una inmunidad preexistente al tipo de virus que se inoculó para transmitir nuevo ADN al organismo.  Por otra parte, Shu considera, a la vista de los resultados obtenidos, que el tratamiento puede ganar en potencia y eficacia, si bien la audición de estos niños mejoró de forma significativa (de no oír nada con intensidad inferior a 95 dB, a oír sonidos en 50-55 dB, prácticamente la intensidad de conversación). Todo lo descrito hasta el momento en este artículo no es más que la punta del iceberg; los expertos aíslan diariamente más y más genes relacionados con la hipoacusia, los estudios genéticos se realizan con gran precisión y rapidez, y las compañías y grupos de investigación relacionados con terapias génicas y biotecnología multiplican sus esfuerzos para hacer que las terapias génicas en seres humanos se hagan realidad más pronto que tarde. Los resultados de estos primeros experimentos ya están sobre la mesa. Evidentemente, los estudios descritos en este artículo se encuentran en una fase inicial y no mostrarán resultados realmente concluyentes y extrapolables hasta el año 2030, aproximadamente. Pero las perspectivas son alentadoras; este tratamiento pionero parece mostrar sus primeros resultados positivos en casos de neuropatía auditiva con una etiología concreta, pero con toda probabilidad se realizarán en los próximos años (y de hecho ya se han iniciado), réplicas de este ensayo que tratarán de aplicar terapias génicas en otras muchas patologías de origen genético, que sin duda alguna, tendrán repercusiones sin precedentes en el ámbito de la medicina. Referencias BRITISH SOCIETY OF AUDIOLOGY. Recommended Procedure: Assessment and Management of Auditory Neuropathy Spectrum Disorder (ANSD) in Young Infants.British Society of Audiology Professional Guidance Group. (2019).Bathgate (UK): British Society of Audiology. From https://www.thebsa.org.uk/. CAÑETE S, Óscar. Neuropatía auditiva, diagnóstico y manejo audiológico. Rev. Otorrinolaringol. Cir. Cabeza Cuello [online]. 2009, vol.69, n.3. GOMES, Maria & BARBOSA, Ana & TEMPLADO, Sheila & TOMÉ, David. (2023). Early diagnosis of Auditory Neuropathy in children: a systematicreview. Rev SALUS - Revista Científica da Rede Académica das Ciências da Saúde da Lusofonia. 5. Myriam GonzálezAudióloga / Audioprotesista CV Autor Licenciada en Pedagogía y Máster de Logopedia. Técnico Superior en Audiología Protésica. Especializada en Audiología Infantil y Evaluaciónde los trastornos del PAC en RV Alfa Centros Auditivos.Docente en el Máster de Audiología de laUniversidad Europea Miguel de Cervantes.

¿Qué papel juega la familia en la terapia auditiva?

Es por todos conocida la importancia del trabajo interdisciplinar para el éxito en la intervención y evolución de nuestros pacientes. Trabajar en contacto con otros profesionales es enriquecedor, en esos intercambios de información, todos ganamos. Se deben diseñar programas individualizados, centrados en el niño, teniendo en cuenta que en el entorno cotidiano es donde se desarrollan las habilidades. Como terapeuta que trabaja la hipoacusia y las dificultades que resultan de un desorden de procesamiento auditivo, las derivaciones y opiniones de otros profesionales como audiólogos, psicólogos, neurólogos, otorrinolaringólogos, orientadores, terapeutas ocupacionales, etc., además de recurrentes, constituyen una imperante necesidad que, por fortuna, es parte intrínseca del día a día. El poder de la coordinación ha sido demostrado en multitud de estudios, pero ¿qué sucede con las familias? El objetivo de este artículo es incitar a la reflexión ¿de qué manera contribuyen padres, cuidadores y hermanos?, ¿participan en este trabajo en equipo? Esta cooperación es fundamental, pues no se trata únicamente de contestar preguntas en una anamnesis inicial, ni de ser acompañantes que esperan en una sala mientras su hijo, madre o hermano realiza su sesión semanal dentro de una consulta; tampoco de ser los encargados de aportar informes (cuya claridad puede resultar elusiva) de un profesional a otro. La participación activa de la familia en la terapia es esencial para la mejora de los pacientes que presentan desafíos. El diagnóstico de hipoacusia en un núcleo familiar es un jarro de agua fría, un golpe de realidad que da comienzo a una dura etapa donde conviven el duelo y la puesta en marcha de la familia que inicia la búsqueda de centros y de especialistas que la ayuden. Se deben diseñar programas individualizados, centrados en el niño y en su familia, teniendo en cuenta que en el entorno cotidiano es donde se desarrollan las habilidades. Los padres, en las sesiones, aprenden técnicas y estrategias que ponen en práctica en sus rutinas. La Asociación Americana del Habla, Lenguaje y Audición (ASHA) aconseja a las familias que se concentren en las interacciones diarias con su hijo. Hablar, cantar, jugar y leer libros juntos son formas sencillas pero enormemente efectivas de mejorar las aptitudes sociales y de comunicación. Estas actividades son las que, de hecho, enriquecen el desarrollo del cerebro del niño. Unos padres empoderados adquieren conocimientos sustanciales sobre la tecnología auditiva; sus hijos van a ser portadores de prótesis auditivas durante el resto de su vida, por lo que los progenitores requieren información sobre el mantenimiento de los mencionados dispositivos, uniendo a esto la percepción sobre la importancia del uso de la conectividad. Nuestra labor como profesionales es promover los procesos donde las familias ganan la información y la experiencia necesarias para la toma de decisiones. Así, terminan por alcanzar conocimientos sobre audiología y audición, tales como aprender a interpretar una audiometría, entender cómo es la burbuja auditiva de sus hijos o saber si tiene acceso a la escucha incidental. Con mi experiencia he podido comprobar que son las familias las que solicitan a los audiólogos que se realicen pruebas verbales a distintas intensidades, siendo conscientes de la importancia de la audibilidad en todas las frecuencias del habla, interiorizando los beneficios que aporta el uso de micrófono remoto cuando la situación de escucha no es favorable. Nuestra labor como profesionales es promover estos procesos donde las familias ganan información y experiencias necesarias para la toma de decisiones. En la práctica clínica, se comprueba cómo estos cuidadores fomentan el desarrollo comunicativo del niño en todas las interacciones, crean ambiente de aprendizaje y se aseguran de que la comunicación familiar sea accesible para el niño. La logopedia va mucho más allá de hacer repetir a los niños colores en tarjetas o realizar onomatopeyas de animales: debe haber aprendizaje significativo, y esto sucede cuando sus responsables toman parte en el proceso. La familia es uno de los motores de la intervención, y no solo en el caso de los infantes, los niños de más edad, adolescentes y adultos que se enfrentan a diferentes retos y precisan de terapia logopédica, necesitan a su entorno en forma presente e implicados durante todo este trámite y su evolución. Independientemente de la edad, la familia brinda un entorno de apoyo emocional, lo que es crucial para la seguridad y la motivación del paciente. Los niños y preadolescentes que acuden a la consulta tras un diagnóstico de trastorno de procesamiento auditivo, generalmente, son alumnos que presentan problemas de aprendizaje, que experimentan una gran discordancia entre el esfuerzo que realizan y los resultados que obtienen. Ante esta circunstancia se pone de manifiesto la perplejidad de los padres que, con frecuencia, han acudido, de manera previa, a varios especialistas y que llegan, generalmente, sin comprender qué le sucede a su hijo y que, además, tienen muchas dudas sobre la terapia que va a comenzar, algo que, como terapeutas, debemos dilucidar explicando en qué consiste el procesamiento auditivo y cómo afecta al desempeño en el lenguaje, la comunicación y el aprendizaje. ¿Cómo podríamos llevar esto a cabo de la manera más efectiva? Promoviendo la participación de los padres en las sesiones. He podido observar durante años de práctica profesional, que ya en las primeras semanas, los padres comprueban que de forma común sus hijos presentan dificultades para entender en situaciones de ruido, no discriminan fonemas acústicamente similares, no son capaces de recordar lo que escuchan, etc. Es vital que entiendan lo que está pasando y la clave pasa por saber cómo ayudar a sus hijos, algo que se realiza idóneamente en las sesiones, donde adquieren e implementan métodos de juego, comunicación y lectura. Por último, mencionar a los pacientes adultos, personas con audífonos o implantes, que se enfrentan a sesiones de entrenamiento auditivo en las que trabajan para ayudar a paliar los efectos adversos que provoca una pérdida auditiva. En estos casos, sin lugar a dudas, se aconseja, de igual modo, rotundamente, la involucración de la familia. Que los familiares comprendan qué es la hipoacusia, las dificultades que conlleva y los efectos negativos que esta genera en la seguridad y autoestima del paciente, les ayudará a capacitarse para poner práctica estrategias que puedan ayudarles. Como conclusión, la intervención logopédica no se limita a las sesiones programadas en la consulta, sino que resulta transcendente la relación entre el especialista y la familia, que debe estar basada en el respeto, en la confianza mutua y la comunicación abierta. Independientemente de la edad, la familia brinda un entorno de apoyo emocional, lo que es crucial para la seguridad y la motivación del paciente. Cuando la familia se convierte en un socio activo en la terapia, se abre la puerta a un futuro de comunicación exitosa.

Verificación y validación como garantía de éxito en una adaptación

¿Son la verificación y la valoración parte de tu protocolo de adaptación? Según L. Jorgensen*, estas medidas son necesarias para proporcionar el más alto nivel de atención protésica. En el siguiente artículo hablamos de COSI, un cuestionario de validación sencillo y personalizado a través del cual los audiólogos pueden mejorar sus estrategias de asesoramiento y venta. *Jorgensen LE. Verification and validation of hearing. 1 Benjamin-McKie, Angela (2006). The Use of Illustrations as an Adjunct to Administration of the COSI with Aging Patients. Seminars in Hearing, 27(4), 330–336. doi:10.1055/s-2006-954861. 2 Hallenbeck, S. Going for the Goal: Relating COSI Goals to Features and Benefits Steve Hallenbeck. www.audiologyonline.com El objetivo de la adaptación de audífonos es reducir la percepción de discapacidad resultante de la pérdida de audición. En Audiología coexisten dos procesos que permiten conocer si este objetivo se ha conseguido: la verificación y la validación de las adaptaciones protésicas. Ambos son necesarios y no excluyentes pues evalúan el resultado de la adaptación poniendo el foco en dos aspectos fundamentales diferenciados. A menudo, estos procesos se confunden. Para S. Hallenbeck la verificación responde a la pregunta: ¿está funcionando la tecnología?; la validación, por su parte, lo haría a: ¿proporciona la tecnología adaptada el beneficio esperado? La verificación responde a la pregunta ¿está funcionando la tecnología?; la validación, por su parte, lo haría a ¿proporciona la tecnología adaptada el beneficio esperado? El proceso de verificación es de carácter objetivo e incluye la evaluación de aspectos físicos, electroacústicos y psicoacústicos de los audífonos. Se lleva a cabo a través de medidas en oído real y pruebas a campo libre. El proceso de validación analiza la eficacia de la adaptación. Nos ayuda a conocer si la amplificación proporciona al paciente beneficio, en relación a su capacidad para percibir y comprender el habla. La verificación garantiza de forma objetiva que el dispositivo cumple con las especificaciones y funciona según lo previsto, mientras que la validación pone el foco en la perspectiva y la percepción del paciente sobre el éxito del tratamiento. Proporciona una garantía de calidad de que se satisfacen sus necesidades. Ambas herramientas se consideran elementos fundamentales de un protocolo de buenas prácticas para la selección y adaptación de audífonos, pues numerosos estudios concluyen que implementar estas mediciones en la práctica clínica reduce el número de visitas de ajuste, el número de audífonos devueltos y aumenta la satisfacción del paciente. ParaL. Jorgensen*, estas medidas son necesarias para proporcionar el más alto nivel de atención protésica. Como avanzábamos en las primeras líneas, la validación de una adaptación protésica es una medida subjetiva que permite conocer el beneficio, la satisfacción y la disminución de la discapacidad que percibe el paciente con el uso del audífono. La principal herramienta del proceso de validación son los cuestionarios. Hasta 1997, en Audiología se contaba con una batería considerable de cuestionarios de validación para detectar las consecuencias de las dificultades auditivas. Estos utilizaban listas preestablecidas de situaciones susceptibles de presentar dificultad. Se pedía al paciente que identificara aquellas situaciones que fueran problema para él y que determinara la dificultad antes y después de la adaptación. Este tipo de cuestionario se denomina de validación indirecta. Fig. 1 Localización del módulo de cuestionario en la página principal de la ficha de paciente de NOAH. Son genéricos, no proporcionan información sobre el grado de importancia de la situación para el paciente y, en ocasiones, no reflejan toda la variedad de posibles situaciones problemáticas vividas por los usuarios. Ante este escenario, en ese año, Dillon et al. en colaboración con National Acoustic Laboratories, desarrollaron COSITM (Client Oriented Sacale Of Improvement). COSITM es una herramienta clínica que permite documentar las necesidades auditivas del paciente. A diferencia de los anteriores cuestionarios, los ítems no están predefinidos, sino que centra el objetivo en el propio paciente, en sus necesidades. Se enmarca dentro de los cuestionarios denominados de validación directa. El proceso de verificación es de carácter objetivo e incluye la evaluación de aspectos físicos, electroacústicos y psicoacústicos de los audífonos. Es fácil integrarlo en el proceso de anamnesis pues ayuda a indagar de forma personalizada la manera en que la pérdida auditiva dificulta la vida del paciente. Su alta fiabilidad test- retest, lo hace especialmente interesante para el uso en la rutina clínica en Audiología (Dillon et al 2010). De cómodo acceso, pues lo podemos encontrar en el módulo «Cuestionario» de NOAH, queda registrado en la ficha del paciente permitiendo su revisión de forma rápida tras la adaptación. Pero hay otras ventajas añadidas al uso del cuestionario COSITM. Su implementación en la fase inicial, rellenarlo y determinar las situaciones en las que quiere oír mejor, genera que el paciente reflexione y analice sus dificultades. Este proceso, en ocasiones, les permite tomar más conciencia de la existencia de una discapacidad. Las situaciones auditivas consideradas por los pacientes como importantes gracias a COSITM son categorizadas, cuantificadas y priorizadas. Esta información será relevante para el audiólogo en la toma de decisiones  respecto a las características de la prótesis recomendada, accesorios y ajuste de las herramientas del audífono. El proceso de asesoramiento sobre la gama o accesorios va a verse reforzado con la aportación de este registro, pues la justificación de las características del modelo propuesto se basará en las situaciones descritas como problemáticas por el propio paciente. La administración del cuestionario COSI se realiza en dos fases, una inicial de «identificación de situaciones de escucha problemáticas» y una segunda de «seguimiento y evaluación de la mejora» en dichas situaciones, tras la adaptación. Fase INICIAL. «Identificación de situaciones específicas de escucha» (Identification of Specific Listening Situations). En la primera fase, implementada durante la anamnesis, se insta al paciente a reflexionar y describir las cinco situaciones más relevantes en las que requiere mejorar su audición a través de la adaptación de audífonos. En esta fase, se debe alentar al paciente a ser «específico». Imaginemos un paciente que expresa una situación típica: «quiero oír mejor cuando hay ruido de fondo». Ante esta respuesta hay muchas interpretaciones posibles, tantas como situaciones ruidosas (en la calle, en la oficina, en un restaurante, etc.) y el audiólogo no podrá resolver esas situaciones con las mismas herramientas.Por el contrario, si nos detalla «quiero entender mejor los domingos en las comidas familiares cuando nos juntamos en el restaurante», nos dará una respuesta más específica y aportará información más concreta de la necesidad del paciente.  Una vez identificadas las cinco situaciones más importantes en las que el paciente espera mejorar su audición deben ser clasificadas en orden de relevancia del 1 al 5, siendo la situación clasificada como número 1 la más importante. Esta clasificación puede ser de utilidad cuando se está eligiendo la opción de rehabilitación más apropiada. El audiólogo debe ser consciente de su papel de guía para que el usuario sea capaz de enumerar cinco situaciones personalizadas utilizando las preguntas correctas: La validación pone el foco en la perspectiva y la percepción del paciente sobre el éxito del tratamiento y proporciona una garantía de calidad en cuanto a que se satisfacen sus necesidades. Ejemplo 1  – «No entiendo a los niños. – ¿A qué niños no entiende y en qué situación suele encontrar esa dificultad? – No entiendo a mi nieto Rubén cuando viene a verme». Al indagar específicamente en la situación, el registro en COSITM será diferente: «No entiendo a los niños» vs «No entiendo a mi nieto Rubén». Ejemplo 2  – «Me cuesta entender en bares y acabo aislándome. – ¿En qué contexto suele ir a los bares y con quién? – Tomo café con mis amigas tres tardes a la semana». El registro que finalmente hará en COSITM pasará de ser «No entiendo en bares» a «No entiendo cuando tomo café con mis amigas». Algunos pacientes pueden tener dificultades para definir 5 situaciones. Los expertos indican que si esto ocurre, es preferible tomar el tiempo para determinar 2 o 3 situaciones personalizadas, antes que forzar un registro de cinco genéricas. Fig. 2 Ejemplo de registro inicial de COSI, 5 situaciones clasificadas en orden de importancia del 1 al 5. Fase II. «Evaluación de la mejora y habilidad de escucha final» (Assessment of Improvement and Final Listening Ability). Tras la adaptación de los audífonos se vuelve a revisar el registro COSI, una vez se da por finalizado el proceso. El audiólogo debe interrogar al paciente acerca del grado de cambio en la habilidad para escuchar en cada una de esas cinco situaciones especificadas en la Fase I. La hoja de registro final conlleva dos registros: «Valoración del Cambio» El paciente deberá contestar a la siguiente frase por cada una de las situaciones: «gracias a mis nuevos audífonos yo ahora oigo…». — Peor. — No hay diferencia. — Ligeramente mejor. — Mejor. — Mucho mejor. «Capacidad final» En segundo lugar, se pide al paciente que califique su habilidad final para oír en las 5 situaciones específicas. «Oigo satisfactoriamente…». — 10% Casi nunca. — 25% De vez en cuando. — 50% La mitad de las veces. — 75% Muchas veces. — 95% Casi siempre. Imaginemos un usuario que, previo a la adaptación de audífonos, ha expresado su necesidad de corregir los efectos de su hipoacusia, pues necesita escuchar a su hijo si llora en la cuna y entender a su jefe unos metros más allá de su mesa, que tiende a hablar con voz suave y girado hacia el lado contrario. Finalizado el proceso de verificación de forma satisfactoria, es decir, habiendo logrado una coincidencia entre el objetivo prescrito para corregir su hipoacusia y lo medido en pruebas REM, ¿podríamos asegurar que el usuario oye a su bebé en la cuna o entiende a su jefe en las circunstancias descritas? Con el proceso de verificación se confirmará que se han alcanzado los objetivos de ganancia prescritos, pero no sabremos si las necesidades del paciente han sido satisfechas si no realizamos el proceso de validación. El uso de COSITM al finalizar la adaptación para valorar los resultados, abrirá la posibilidad de proponer soluciones si la validación no es satisfactoria. Estas soluciones pueden pasar por cambiar la gama del audífono si la escogida no soluciona las situaciones relevantes, proponer accesorios de conectividad que permitan llegar donde los audífonos no pueden ayudar más, equipos de FM o aplicar una intervención más allá de la adaptación, como la indicación de entrenamiento auditivo y rehabilitación. Fig. 3 Registro COSI una vez finalizada la adaptación. Finalmente, permitirá cerrar esa última visita con un refuerzo positivo. No es inusual encontrar pacientes inicialmente reacios a la adaptación que tras un período de prueba nos transmiten «estoy mejor, pero no me ayuda tanto como esperaba». Repasar con ellos las situaciones señaladas inicialmente y la realidad actual genera un espacio de toma de conciencia de las ventajas de los audífonos: aumenta el grado de satisfacción cuando constatan la mejoría en esas situaciones. Hasta 1997, en Audiología se contaba con cuestionarios de validación que utilizaban listas preestablecidas de situaciones genéricas susceptibles de presentar dificultad. Con relación a la importancia de cuestionarios como COSITM en el proceso de adaptación H. Adams concluye que, la validación implica medir el grado en que se han alcanzado los objetivos del tratamiento desde la perspectiva del paciente. Diferencia entre los cuestionarios de validación indirecta, como HHIE y APHAB, y las medidas de validación directa. De acuerdo a Adams, los primeros miden el beneficio percibido, pero es posible que no capturen completamente la importancia relativa que los pacientes atribuyen a situaciones de comunicación específicas descritas en los cuestionarios. Sin embargo, las medidas de validación directa como COSITM están diseñadas para identificar las situaciones de comunicación que causan la mayor frustración a los pacientes y las que están más ansiosos por resolver. Al evaluar el grado en que estas situaciones críticas se perciben como resueltas después del tratamiento, estas medidas proporcionan una validación del éxito de la intervención.  En conclusión, tras tomar conciencia de la necesidad de incorporar procesos de verificación y validación en nuestros protocolos, COSITM se plantea como un cuestionario de validación de sencilla aplicación y excelente utilidad tras familiarizarse con los registros y una vez se aprende a realizar las preguntas guiadas. Además, se ha desarrollado una versión adaptada a niños, denominada COSI-C. Esta versión no está incluida en el módulo de cuestionario de NOAH, pero es de descarga abierta en la página web de NAL: https://www.nal.gov.au/wp-content/uploads Las situaciones auditivas consideradas por los pacientes como importantes gracias a COSITM son categorizadas, cuantificadas y priorizadas, y esta información ayudará al audiólogo en la elección de la prótesis recomendada. Sonia BajoAudióloga / Audioprotesista CV Autor: Técnico Superior en Audiología Protésica. Diplomada en Logopedia. Habilitación Tinnitus & Hyperacusis Therapy MC. Experta en Acúfenos e Hiperacusia, tratamiento TRT, en RV Alfa Centros Auditivos. Docente en el Máster de Audiología Universidad Europea Miguel de Cervantes.