En la década de los 90 y en los primeros años de este nuevo siglo, los audífonos retro fueron relegados a un segundo puesto debido a su estética y gran visibilidad.
Sin embargo, gracias a miniaturización y diseño, en la actualidad han vuelto a recobrar protagonismo, colocándose en lo alto del pódium de las adaptaciones actuales. Pero no sólo por su tamaño sino también por su versatilidad.
Sus ventajas son extraordinarias: son personalizables por completo y prácticamente desmontables, por lo que su reparación es inmediata en los propios gabinetes auditivos; sin necesidad de enviarlos a los laboratorios.
Sus ventajas son extraordinarias: son personalizables por completo y prácticamente desmontables, por lo que su reparación es inmediata en los propios gabinetes auditivos; sin necesidad de enviarlos a los laboratorios. Lo que supone un gran ahorro de tiempo y un servicio excepcional a los pacientes.
Es un placer tener que describir y explicar el funcionamiento de uno de los dispositivos que más han ayudado, en los últimos tiempos, a las personas con pérdida de audición en el mundo.
Para tener una visión mejor de este increíble producto sanitario, vamos a recordar primeramente algo de su historia. Sabemos que los primeros artilugios que se inventaron para ayudar a las personas con problemas de audición se remontan al Antiguo Imperio Romano, donde eran diseñados de muchas formas y tamaños para acercar o concentrar el sonido en un punto, el canal auditivo de los hipoacúsicos del momento.
No hubo grandes avances técnicos hasta que en los albores del siglo XX se aplicó la electricidad a estos rudimentarios dispositivos. Se produjeron entonces los primeros avances en amplificación del sonido para ayudar a las personas hipoacúsicas, lo que supuso el pistoletazo de salida de una gran carrera tecnológica que continua aún en la actualidad.
Sin embargo, no fue hasta las últimas décadas del siglo pasado cuando se generó la tecnología necesaria para la miniaturización (el circuito integrado), que puso las bases de los audífonos actuales.
Los avances tecnológicos de otras disciplinas se han incorporado a nuestro “producto estrella” para dar lugar a auténticas maravillas técnicas de las que disfrutamos en la actualidad: audífonos con una tecnología muy avanzada enfocados a solventar, en la medida de lo posible, las dificultades auditivas de nuestros pacientes.
Pero, ¿qué es exactamente un audífono retro?
Los audífonos retroauriculares son prótesis auditivas que se alojan por detrás del pabellón auricular, y que transmiten la señal procesada al conducto auditivo externo mediante un tubo acústico o cable.
FUNCIONAMIENTO TÉCNICO
Para entender el funcionamiento de estos modelos, es preciso explicar primero sus componentes básicos:
1. Micrófono:
Es un aparato que transforma las ondas sonoras en corrientes eléctricas para su amplificación. Los audífonos actuales disponen mayoritariamente de dos micrófonos para poder garantizar la direccionalidad y la multitud de prestaciones digitales actuales, que sin el doble micrófono no podrían funcionar.
2. Bloque del audífono: Esta parte consta a su vez de varios elementos.
a) Filtro Antialising Analógico/Digital: parte previa a la conversión de la señal analógica en digital, esencial en toda conversión.
b) Conversor Analógico/Digital: que como su propio nombre indica es el componente que transforma la señal acústica en 0 y 1.
c) Procesador Digital de la Señal Acústica: Es el alma del audífono, donde se crea la magia y donde modificamos la señal para ser escuchada por nuestros pacientes. En este elemento interviene de forma fundamental la tecnología y saber hacer de cada fabricante.
d) Conversor Digital/Analógico: tiene la misma utilidad que el conversor anterior, pero en sentido contrario. Convierte la señal de 0 y 1 en señal analógica.
e) Filtro Antialiasing Digital/Analógico: es el elemento previo a la conversión de la señal digital en analógica.
3. Auricular:
Es el transductor de salida (convierte la señal eléctrica en presión sonora) siendo uno de los componentes esenciales de un audífono, junto al DSP y al micrófono. De su buen funcionamiento depende en gran medida la calidad acústica que recibirá nuestro paciente.
4. Otros:
Controles de volumen, pulsadores multifunción para activar o desactivar prestaciones específicas, bobinas electromagnéticas, dispositivos inalámbricos…
5. Componentes específicos de los audífonos retroauriculares:
a) Codo: es el elemento esencial de muchos retros, ya que nos permite encajar el tubo acústico para transmitir la señal acústica al CAE (Conducto Auditivo Externo).
b) Tubo Acústico: es una tubería de plástico, con diferentes diámetros, que transmite el sonido desde el codo hasta el obstructor o molde acústico.
c) Molde Acústico: es una pieza confeccionada a la medida del oído del paciente, que conduce el sonido procesado por el audífono desde el codo al CAE.
d) Obstructor o adaptador estándar: son pequeñas piezas que nos posibilitan alojar el auricular o tubo acústico fino, de algunos modelos de audífonos retroauriculares, en el canal. Son de silicona muy flexible para poder sujetar y ocluir, si fuera necesario, el canal auditivo para una correcta adaptación del audífono. Existen varios tamaños de obstructores e infinitas formas, según el fabricante.
Por lo tanto, el esquema básico de funcionamiento de un audífono retro es el siguiente:
La presión sonora es convertida por el micrófono en una corriente eléctrica que es limpiada por el filtro antialiasing. Posteriormente el audífono transforma dicha señal en digital (0 y 1), que es procesada a nuestro antojo por el DSP y nuevamente enviada a un filtro antialiasing.
A continuación se transforma de nuevo la señal digital en analógica y se envía al auricular para convertirla en presión sonora, amplificada y procesada según las necesidades de nuestros pacientes.
Solo para algunos audífonos retroauriculares existe un paso más: enviar dicha presión sonora al canal auditivo del paciente a través de un tubo acústico que termina en un obstructor o molde acústico canalizado por el CAE hasta el tímpano.
TIPOS DE RETROAURICULARES
Existen modelos muy distintos, según sea la forma de transmitir la señal al canal auditivo. La clasificación más conocida sería:
Con molde acústico:
Este modelo es el más clásico y reconocible por el público en general. Conduce la señal procesada por el audífono al canal auditivo mediante un tubo acústico que termina en un molde a medida de nuestro paciente que puede ser de muchas formas, tamaños y acabados, según las necesidades específicas que presente.
Adaptación abierta:
Es un modelo más reciente que el anterior, surgido a partir de la innovación de los antifeedback que permiten mantener el canal auditivo abierto sin oclusión. Aunque la señal se conduce mediante un tubo mucho más delgado y estético, no es necesario utilizar un molde acústico, sino sólo una pieza llamada obstructor o adaptador estándar. En estos últimos años están surgiendo muchos formatos de moldes acústicos adaptados a este tubo más fino que nos permiten realizar adaptaciones más estéticas sin perder prestaciones.
Con el auricular en el canal:
También llamados RITE, RIE… Son lo último en modelos retroauriculares. Este modelo se diferencia de los anteriores porque se extrae el auricular de la carcasa del audífono, manteniendo el resto de componentes detrás del pabellón y el auricular introducido dentro del canal mediante un cable. Esto favorece tener una adaptación mixta entre audífono retroauricular versus intracanal.
Podemos amplificar más la señal sin problemas de retroalimentación, mantener el oído completamente abierto, reducir el tamaño del bloque del audífono haciéndolo más estético o mejorar la estética ya que el cable es mucho más fino que el tubo acústico.
En definitiva, este tipo de audífonos ha revolucionado el mercado actual. Actualmente el 70% de los audífonos adaptados en España son de este tipo mientras que hasta hace poco más de 10 años la proporción era a la inversa: un 30% audífonos retro frente a un 70% de audífonos intra.
Una de las características de este tipo de audífonos es la configuración modular. Prácticamente la totalidad de los fabricantes han configurado estos modelos para poder ser montados y desmontados por el propio audioprotesista, mejorando los tiempos de reparación y personalización; ya que se pueden sustituir los auriculares, carcasas, acopladores, etc. con facilidad y en muy poco tiempo.
Por ejemplo, podríamos cambiar el color de los audífonos a nuestros pacientes prácticamente a diario.
Además, son audífonos que pueden cubrir desde pérdidas leves a profundas por su diversidad de configuraciones y adaptadores.
A tener en cuenta
Parte física
Gracias por el artículo, ahoro conozco mejor la diferencia de un sistema de audífono de otro. Un saludo.