Para poder interaccionar con el medio a través del sentido de la audición, la señal que procede de multitud de fuentes sonoras tiene que hacer un largo y complejo recorrido para finalmente ser procesada e interpretada por nuestro cerebro. Para conocer adecuadamente el proceso de cómo oímos, conviene ir describiendo cada una de las paradas y cambios que se producen en la señal acústica hasta convertirse en un mensaje cargado de significado.
Los oídos se encuentran ubicados a ambos lados del cráneo y más específicamente dentro del hueso temporal. Estructuralmente el sistema auditivo consta de cuatro partes: oído externo, oído medio, oído interno y vías auditivas. Veamos con detalle cómo son cada una de estas zonas, para entender el paso de la señal acústica por ellas.
Oído externo
Consta del pabellón auditivo y del conducto auditivo externo (CAE).
Es la principal puerta de entrada del sonido en el cuerpo hacia su viaje al cerebro.
El pabellón auditivo se sitúa detrás de la articulación temporomandibular. Su tamaño es variable y su forma de pantalla canaliza las ondas auditivas hacia el CAE, que está formado por distintos relieves cartilaginosos. Fundamentalmente, este pabellón tiene una función protectora ya que permite al CAE quedar parcialmente cubierto y protegido de cuerpos extraños que procedan del exterior.
También goza de una función audiológica al amplificar el sonido en ciertas frecuencias (1700-7000 Hz), proporcionando además información de la ubicación de la fuente sonora gracias a la forma de la concha.
El conducto auditivo externo se extiende desde la concha del pabellón auditivo hasta la membrana timpánica (MT). Tiene forma de “S” y su longitud media es de 25 mm. El tejido de su porción más externa (un tercio del total) es fibrocartílago y cuenta con la presencia de folículos pilosos, glándulas sebáceas y ceruminosas que contribuyen a
proteger al conducto de la entrada de cuerpos extraños.
El tejido restante es óseo. A parte de transmitir el sonido, su efecto resonante refuerza las frecuencias comprendidas entre 2000 y 5000 Hz.
1 Hélice
2 Fosa Triangular
3 Rama del Hélix
4 Trago
5 Incisura Intertrágica
6 Lóbulo
7 Antitrago
8/9 Concha de la Oreja
10 Antihélix
11 Fosa Escafoidea
12 Tubérculo Auricular
13/ 14 Pilares de Antehélix
Oído medio
Está situado entre el CAE y el oído interno. Podemos dividirlo en tres partes fundamentales: cavidad timpánica en la que tienen una función principal la MT y la cadena osicular, sistema neumático o celdas mastoideas y trompa de Eustaquio. A través del oído medio se transmite y amplifica el sonido que procede de un medio aéreo y es transformado a una fuerza mecánica que se aplicará sobre los líquidos del oído interno.
La cavidad timpánica describe un cubo de seis caras que se puede a su vez dividir en tres regiones anatómicas (ático o región epitimpánica, mesotímpano o atrio y hipotímpano). En la pared lateral está la MT. En la pared medial sobresalen estructuras del oído interno. En la pared superior, una lámina ósea que separa la cavidad timpánica de la fosa media. En la pared inferior, el golfo de la yugular. En la pared posterior, la mastoides y en la pared anterior, el orificio de la trompa de Eustaquio.
La MT se aloja al final del CAE. Tiene una porción inferior llamada pars tensa y una porción superior llamada pars flácida o membrana de Schrapnell. La onda sonora que le llega através del CAE la hace vibrar y transmitir la información acústica a las estructuras del oído medio. Hablamos de la cadena osicular formada por los huesecillos martillo, yunque y estribo que tienen la función de transmitir la vibración hasta la ventana oval del oído interno para poner en movimiento los líquidos laberínticos, evitando la pérdida de energía que se produciría de pasar de un medio aéreo a uno líquido. La diferencia de tamaño entre la MT y la ventana oval hace que se incremente la presión en esta última y aumente la ganancia hasta 27dB. Además de las tres articulaciones existen estructuras musculoligamentosas entre las que destacan el músculo del martillo y el músculo del estribo, desencadenante este último del reflejo estapedial.
En el espacio neumático o celdillas mastoideas, cuanto mayor sea la neumatización del hueso temporal mayor es la capacidad del sistema de suprimir los procesos inflamatorios.
La trompa de Eustaquio está formada por una porción ósea y otra cartilaginosa, y mide unos 45 mm. de longitud. Su principal función es equilibrar las presiones a uno y otro lado del tímpano y también permitir el aclaramiento de moco hacia la rinofaringe.
1. Oído externo
2. Oído medio
3. Oído interno
4. Canales semicirculares
5. Nervio auditivo
6. Caracol
7. Cadena de huesecillos
8. Tímpano
9. Conducto auditivo externo
10. Pabellón auditivo externo
11. Trompa de Eustaquio
Oído interno
Está compuesto por una serie de cavidades excavadas en el espesor del hueso temporal. Se relaciona anatómicamente con el oído medio mediante la ventana oval y la ventana redonda. Está formado por el laberinto óseo que protege al laberinto membranoso, en el cual se albergan los órganos receptores de la audición en su parte anterior y del equilibrio en su parte posterior. El receptor del equilibrio está formado por el vestíbulo y los canales semicirculares, y el receptor auditivo por la cóclea. Estos órganos receptores transmiten los estímulos nerviosos a través del nervio estatoacústico (VIII par craneal) al tronco cerebral a través del conducto auditivo interno (CAI) y de ahí continúa la señal ya eléctrica su camino hacia la corteza cerebral.
Labertinto óseo
La estructura ósea anterior referente a la cóclea está formada por la lámina de los contornos, la lámina espiral y la columela de Braschet o modiolus. La estructura ósea donde se sitúa el vestíbulo está formada por una cavidad ósea que une la porción anterior de la cóclea con la porción posterior de los canales semicirculares. Estos tres conductos están distribuidos en los tres ejes del espacio (horizontal, superior y posterior). Están ligados a las estructuras óseas en los extremos y bañados de perilinfa en el resto. Tienen forma de herradura con un extremo dilatado llamado ámpula. El CAI es un canal óseo que comunica la parte posterior del vestíbulo con el espacio del ángulo pontocerebeloso. Dentro del CAI se sitúan el nervio facial, coclear y vestibular.
Labertinto membranoso
La cóclea membranosa se inserta alrededor de las 2,5 vueltas de la cóclea ósea conformando tres túneles. Un túnel superior o rampa vestibular, un túnel medio o canal coclear y un túnel inferior o rampa timpánica. Las tres rampas quedan delimitadas por la membrana de Reissner, que separa la rampa vestibular de la central o coclear y la membrana basilar que separa la rampa central de la timpánica. Las rampas vestibular y timpánica están rellenas de perilinfa (rica en sodio) y se comunican en la zona más distal del conducto coclear, el ápex o vértice apical de la cóclea, por un pequeño orificio denominado helicotrema; mientras que la rampa central o coclear está rellena de endolinfa (rica en potasio).
En el canal medial se encuentra el órgano de Corti, compuesto por un conjunto especializado de células que detectan los cambios mecánicos que se producen en el medio líquido. El órgano de Corti constituye el núcleo central del receptor auditivo de los mamíferos y es el lugar donde se encuentran las células sensoriales auditivas. El suelo del canal coclear está formado por la membrana basilar y en el interior del canal se encuentra la membrana tectoria que es acelular. Entre ambas se sitúan las células de sostén, las células pilar y las células ciliadas externas (CCE) e internas (CCI) formando todo el conjunto triangular el túnel de Corti.
Las células de soporte permiten el mantenimiento de la estructura del órgano de Corti. Cuando hablamos de células sensoriales nos referimos a las CCI y las CCE. Estas células se diferencian por su posición anatómica, su morfología y fisiología. Las CCI se sitúan en una sola hilera hacia la pared interior y en un oído sano son en torno a 3500. Formando tres hileras hacia la parte más exterior se encuentran las CCE que superan en número a la internas, en torno a 13500. Sus estereocilios tienen la particularidad de estar anclados a la membrana tectoria en contraste con los de las CCI que están libres.
1. Nervio vestibular
2. Nervio coclear
3. Cóclea
4. Helicotrema
5. Sáculo
6. Utrículo
7.8.9. Canales semicirculares
10. Ganglios vestibulares
Vía Auditiva
La vía auditiva comienza con las neuronas del ganglio espiral coclear que pone en contacto el órgano de Corti con la siguiente estación de la vía auditiva, los núcleos cocleares. Los axones de las neuronas del ganglio forman el nervio estatoacústico que entra en el cráneo por el CAI. Los axones de las neuronas siguen manteniendo una disposición tonotópica como ocurría en la cóclea.
En la inervación aferente, las proyecciones axonales procedentes del ganglio espiral se dirigen hacia los núcleos cocleares en la protuberancia del tronco cerebral formando el VIII par craneal. En la inervación eferente, el receptor auditivo recibe la información de fibras que provienen del complejo olivar superior y entre otras funciones controlan el estado mecánico del receptor.
Los núcleos cocleares se encuentran entre la protuberancia y el bulbo raquídeo y anatómicamente se dividen en núcleo coclear dorsal y ventral.
El complejo olivar superior está constituido por un conjunto de núcleos dispuestos en la zona central de la protuberancia. Recibe información directa de los núcleos cocleares y participa en la habilidad de localizar la fuente sonora.
El lemnisco lateral es alcanzado por fibras que proceden de los núcleos cocleares y del complejo olivar superior. Está constituido por grupos de neuronas que se organizan en dos regiones teniendo entre otras funciones el análisis de la duración de un sonido complejo como el lenguaje.
El colículo inferior es alcanzado por los axones de las neuronas del lemnisco lateral y se sitúa en el techo del mesencéfalo. La información de las frecuencias graves procede del oído ipsilateral y de las frecuencias agudas del contralateral. Las neuronas del colículo inferior no solo responden a estímulos auditivos, también a visuales y táctiles.
El cuerpo geniculado medial del tálamo recibe proyecciones del colículo inferior de naturaleza binaural y está dividido en tres partes (ventral, medial y dorsal); cada una de las cuales tienen diferentes funciones y pudiendo estar relacionadas las proyecciones a la amígdala, con el procesamiento emocional de los sonidos.
1. Corteza Auditiva
2. Cuerpo geniculado medial del tálamo
3. Colículo inferior
4. Complejo olivar superior
5. Núcleos cocleares
La corteza auditiva se sitúa en la zona superior del lóbulo temporal dividida en dos áreas (AI primaria y AII secundaria). AI se encuentra en el área 41 de Brodmann adyacente al área de Wernicke recibiendo proyecciones desde la región ventral del cuerpo geniculado medial del tálamo. Tiene organización tono- tópica en contraste con AII, situada en el área 42 de Brodmann. Una región más periférica a éstas tiene la función de analizar e integrar la información auditiva con la del resto de sistemas sensoriales para finalmente dar sentido a la señal acústica – mecánico – eléctrica.
Como ha quedado demostrado, la señal acústica tiene que hacer un largo recorrido para ser interpretada por el cerebro.
De esta forma podemos darnos cuenta de la cantidad de posibles focos que, a lo largo del sistema auditivo, pueden verse dañados; y por tanto, de la variedad de tratamientos conocidos o no, hoy en día, que son necesarios para reparar o disminuir las consecuencias de esta disfunción.