¡Cuidado! Juguetes que pueden dañar la audición
Dentro de unas semanas, comenzarán las fiestas navideñas y los juguetes estarán en la lista de deseos de los más pequeños. A la hora de elegir este tipo de regalos, se debería tener en cuenta el nivel de ruido que generan algunos de ellos, ya que puede suponer un riesgo para la salud auditiva del niño.
Los especialistas advierten de que superar los 80 dB puede ser muy perjudicial en estas edades.
La Asociación Americana de Visión y Audición – (Sight & Hearing Association -SHA) fue fundada en Minnesota, EE.UU., en 1939 y ha cumplido casi 80 años dedicándose a formar a los individuos en los cuidados necesarios en actividades recreativas relacionadas con la visión y la audición.
En su vigesimotercer encuentro anual, la asociación ha enviado un mensaje de advertencia para el colectivo de padres de niños pequeños respecto a los niveles sonoros de ciertos juguetes, con especial hincapié en la identificación, prevención e investigación en estas áreas.
Además de informar, aconsejar y prevenir, la SHA ha elaborado una lista de juguetes que resultan perjudiciales para la salud auditiva de los niños. En este listado, se han incluido 14 juguetes de distintas marcas que alcanzan niveles sonoros mayores de 85 dB.
Según la National Institute of Occupational Health and Safety (Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional- OSHA) esta intensidad sobrepasa el nivel permitido para la seguridad auditiva en las personas adultas.
Como referencia podemos decir que una conversación normal puede rondar alrededor de los 60 a 65 dB. Son los ruidos por encima de los 80 dB los que pueden causar daño permanente en la audición, con la variable de tiempo de exposición a la que se someta al niño.
Los juguetes no tendrían que ser una amenaza para la salud auditiva de ningún niño, pero sin embargo, hoy en día, esto es una realidad. La falta de información sobre este tema es la clave. En numerosos casos, son los cuidadores de los niños los que no cuentan con la información necesaria para protegerlos y generar un uso responsable de los mismos.
¿Cuáles son los juguetes sonoros peligrosos? ¿Cuánto tiempo se puede estar expuesto a estos sonidos intensos? ¿Cómo se puede prevenir el daño auditivo?
La compra de juguetes con estas características debe realizarse con precaución. Algunos ejemplos de este tipo de juguetes son: armas (pistolas, espadas con sonido); medios de transporte (coches, camiones con sirena); juegos interactivos musicales (sonajeros, volantes o teléfonos, entre otros).
Según la SHA el juguete sonoro más ruidoso resultó tener más de 105 dB y el uso de estos niveles sonoros intensos durante al menos 15 minutos, podría dañar la audición de cualquier persona, incluyendo niños o adultos. Cuanto mayor sea la intensidad sonora a la que se exponga al niño, durante un mayor período de tiempo, más probable será que pueda aparecer una lesión en la vía auditiva.
Esa lesión puede o no identificarse inmediatamente, y el peligro mayor es el daño silencioso que puede estarse produciendo sin ser conscientes de ello. Las células nerviosas son muy sensibles y cuando sufren un daño, no vuelven a regenerarse.
Los padres deberían tener conocimiento del riesgo que puede producir una exposición prolongada a ruidos y sonidos de gran intensidad. Además de conocer estos peligros, sería necesario que recibieran información sobre los productos y sus características.
Es sabido que muchas hipoacusias pueden no apreciarse de forma inmediata y que tampoco se identifican en los estudios audiológicos de rutina. Cuando la audición se ve afectada ya sea de forma súbita o progresiva, esto puede repercutir directamente en el desarrollo y bienestar de los niños.
Hay que prestar especial atención a esta información, ya que la pérdida de audición en edades tempranas puede tener consecuencias directas en la adquisición del lenguaje y en el aprendizaje.
No hay que subestimar entonces los niveles de ruido con los que ciertos juguetes se confeccionan dejando de ser simplemente un instrumento de juego y convirtiéndose, más bien, en una amenaza para la salud de nuestros niños.
Los padres, desde la ignorancia y la falta de información, compran productos que no son inofensivos, que pueden producir un daño en sus hijos. La mayoría de las veces son quienes les entregan los juguetes y supervisan su uso sin conocer estas características. Es entonces cuando uno se pregunta si, como padre, es cómplice del daño, y no debería ser así.
¿Te has imaginado alguna vez ser el responsable de algún daño hacia tu hijo?
Claro que no. Por eso, la información y prevención cumplen un rol crucial en este tema.
Las células del oído que se dañan no se recuperan y si hay lesión, esta es irreversible. A veces, la forma de presentación de la pérdida auditiva es severa, pero incluso en pérdidas auditivas mínimas, se puede encontrar un gran impacto en el desarrollo del niño, el rendimiento académico y sus relaciones sociales, entre otras cosas.
En EE.UU. los juguetes deben pasar ciertas etapas de producción y son probados acústicamente por la Sociedad Americana para el testeo de materiales (American Society of Testing and Materials -ASTM).
Se establece que la presión sonora producida por los juguetes no debería exceder los 85 dB a una distancia de 50 centímetros (20 pulgadas), sin embargo, no hay una reglamentación oficial en los límites sonoros conocidos en lo que respecta a este tipo de población infantil.
Lo que queda claro es que la promoción de una audición responsable y segura dependerá de la intensidad, la duración y la frecuencia de la exposición a los sonidos.
Si se escucha un sonido a un volumen bajo durante períodos largos de tiempo posiblemente se esté expuesto de igual forma que si se escuchara un sonido a un volumen más alto durante un breve espacio de tiempo.
Por este motivo, trasladamos los niveles establecidos permitidos para una exposición diaria al ruido de los entornos laborales a los recreativos. Así, se considera que 85 dB, durante un máximo de 8 horas, es el nivel máximo de exposición sin riesgos. El tiempo límite admisible disminuye a medida que aumenta la intensidad del sonido. Por lo tanto, un ruido que alcance los 100 dB únicamente se podrá escuchar sin peligro durante no más de 15 minutos al día.
La Sociedad Americana para el testeo de materiales junto con el Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA) se basan en los límites de intensidades máximas establecidos en EE.UU. para los adultos.
Kathy Webb, directora de SHA, sugiere que los estándares de testeo de estos dispositivos son irrazonables, ya que los juguetes deberían ser probados basándose en cómo juega, manipula e interactúa con ellos un niño y no en cómo los utiliza y analiza un adulto.
Tabla 1. Sight & Hearing Association listado de juguetes analizados en 2020 (Inglés)
©Sight & Hearing Association. 1430 Concordia Ave #40009, Saint Paul, MN 55104 – 800-992-0424, x11 – kwebb@sightandhearing.org
Si observamos a un niño jugando, lo más probable es que se relacione con el juguete llevándolo cerca de su cara o muy próximo a sus ojos y oídos.
La SHA tiene como fin informar y divulgar acerca de estos riesgos, recordar a los consumidores de estos productos que la pérdida auditiva es acumulativa y no se manifiesta típicamente por un solo evento traumático, sino que se desarrolla gradualmente con el paso del tiempo y de los años.
Lo más importante según Kathy Webb, es lograr que se proteja la salud auditiva de los niños.
Una recomendación útil a la hora de comprar un juguete sonoro puede ser el uso de aplicaciones móviles gratuitas, como por ejemplo un «decibelímetro» o «sonómetro» que sirve para medir los decibelios a campo libre de estos juguetes. Cualquier comprador debería tener la posibilidad de testear un producto antes de su compra.
En otros casos, si bien los juguetes cuentan con control de volumen, será importante graduar la intensidad dejando colocado el volumen en una posición que no exceda el nivel medio.
En caso de no contar con regulador de volumen, se puede colocar una cinta de embalar sobre el altavoz para reducir el nivel sonoro de salida.
Otra característica con la que cuentan algunos productos es la opción de bloquear los controles ON/OFF o sacar las baterías, ya que muchos juguetes no necesitan el sonido para poder utilizarlos.
Aparentemente, con la situación mundial de pandemia debida al virus SARS CoV-2, se han incrementado notablemente las compras online de juguetes en el último año y esto hace que quienes acceden a los juguetes no los hayan probado previamente. Afortunadamente, la mayoría de los vendedores ofrecen como política de venta la posibilidad de devolución de la mercancía, quedando la responsabilidad y decisión final de compra en el adulto responsable.
En caso de que la transacción se realice de manera presencial, lo ideal sería probar el juguete y medir con alguna aplicación de las mencionadas anteriormente los niveles sonoros para hacer, entonces, una compra segura y eficaz.
Los padres deberán desempeñar un papel activo en la educación de sus hijos ayudándoles a adoptar prácticas auditivas responsables y seguras, y vigilar la exposición a ruidos de fuerte intensidad. No solo deben generar conciencia en los niños con información y prevención, sino también dando ejemplo adoptando hábitos auditivos responsables y seguros.
Por último, hay que recordar siempre la premisa de que «si el sonido es demasiado alto para un adulto, ¿por qué no lo va a ser para un niño?».
Autoras
SUSANA DOMÍNGUEZ
FONOAUDIÓLOGA
Unidad de Acúfenos de Otoneurología (Clínica de Neurociencias INEBA).
Responsable Audiología del Servicio de ORL (Hospital Italiano de Buenos Aires).
Investigadora de los trastornos del Procesamiento Auditivo.
Docente en el Máster de Audiología de la Universidad Europea Miguel de Cervantes.
YANINA SITZER
LIC. FONOAUDIÓLOGA
Inst. Otorrinolaringológico Dr. Arauz-Rehabilitación del acúfeno. Unidad de acúfenos e hiperacusia.
Inst. de Rehabilitación Psicofísica (IReP)-GCBA.
Docente en el Máster de Audiología de la Univ.Europea Miguel de Cervantes.
Me pueden recomendar un juguete interactivo para realizar audiometrias en niños