Extracto del Trabajo de Fin de Máster (TFM) en «Audiología Clínica y Terapia de la Audición».
El desarrollo de las habilidades auditivas es fundamental para la correcta interpretación de la información que percibimos a través de nuestros oídos. Esto es posible gracias al Procesamiento Auditivo Central. Pero ¿qué ocurre cuando algo falla en todo este proceso? El Desorden del Procesamiento Auditivo Central es una anomalía que hace que los sonidos no sean analizados adecuadamente y puede coexistir con otras patologías del Sistema Nervioso Central.
Cuando la onda de sonido llega al tímpano en forma de energía mecánica, produce una estimulación en las diferentes cavidades y estructuras auditivas que tiene a su paso, las cuales la van a transformar en señal eléctrica hasta llegar, a través de una compleja red neuronal, a la corteza cerebral. En estas áreas cerebrales, sufrirá un análisis y, posteriormente, será reconocida o comprendida. Es aquí donde se produce lo que se conoce como Procesamiento Auditivo Central, (PAC).
Se denomina Desorden del Procesamiento Auditivo Central (DPAC) a la alteración o disfunción en el proceso de análisis de la información auditiva, pudiendo coexistir con otras disfunciones o patologías del Sistema Nervioso Central (SNC). El resultado es un déficit en el procesamiento sensorial que afecta a la percepción del sonido, a la comprensión del habla y que produce trastornos en el aprendizaje, producto de la incapacidad o falta de habilidad para atender, discriminar, reconocer o comprender la información auditiva.
Para el correcto manejo, evaluación y diagnóstico del DPAC, es necesario realizar una batería de pruebas que comprenden la evaluación audiológica, dentro de la cual se pueden incluir las pruebas conductuales, psicoacústicas, electrofisiológicas, test dicóticos y algunos cuestionarios.
ESQUEMA 1 Esquema de la vía auditiva y propagación de la onda sonora a través del oído.
1. Cóclea
2. Núcleo ventral
3. Núcleo olivar
4. Núcleo coclear
5. Núcleo del lemnisco latera
6. Colliculus caudales
7. Cuerpo geniculado medial del Tálamo
8. Colliculus inferiores
9. Radiaciones tálamo corticales
10. Corteza cerebral auditiva (Lóbulo Temporal)
A. Pabellón auditivo
B. Conducto auditivo
C. Cóclea
¿Cómo funciona la vía auditiva?
Cuando la onda de sonido (onda viajera) llega desde la fuente sonora, a través del Conducto Auditivo Externo (CAE), hasta el tímpano, se produce una vibración que estimula el movimiento de la cadena osicular, y, a su vez, este movimiento permite que la onda se transmita desde el oído medio hacia el oído interno en forma de energía mecánica. A través de la rampa vestibular, y acabando en la rampa timpánica, esta onda viajera se propaga por toda la cóclea y de esta manera, alcanza el órgano de Corti y estimula las células ciliadas.
Una vez alcanzada la cóclea, el órgano de Corti tiene como función convertir la energía mecánica e hidromecánica en energía eléctrica, la cual se va a transmitir en forma de impulso nervioso hasta llegar al cerebro a través del nervio acústico, mediante sinapsis de cada fibra nerviosa con su correspondiente CCI (primera neurona).
Una vez alcanzada la primera neurona, todas las fibras de la cóclea formarán el haz acústico, y las vestibulares el haz vestibular, para que juntas formen el nervio estatoacústico (VIII par craneal) y de aquí la información irá pasando por las diferentes áreas de la red neuronal hasta llegar a la corteza cerebral, donde la información será analizada, organizada y comprendida.
Maduración de la vía auditiva
«Un niño que nazca sin afectación auditiva oye desde que nace, por tanto, desde el primer momento se puede verificar si oye o no oye» (Blanco, 2016).
La adquisición de las habilidades auditivas es imprescindible para la correcta elaboración de los procesos mentales, ya que es la responsable de la adecuada asimilación e integración de la información auditiva que necesita ser interpretada.
Se sabe que la cóclea es totalmente funcional a las 24 semanas de gestación, cuando su formación es completa. Por tanto, un bebé ya es capaz de recibir la información auditiva de forma intrauterina, aunque aún no es capaz de interpretarla debido a que la vía auditiva está formada pero no está completamente madurada.
Con lo que los centros auditivos superiores tendrán que ser activados y las redes neuronales ampliarán su estructura a todos los niveles para poder desarrollar correctamente las capacidades auditivas más complejas, y así desarrollar también habilidades superiores como son el lenguaje, la memoria, la consciencia fonológica, el habla, el aprendizaje y el procesamiento auditivo.
La maduración auditiva es el proceso necesario de activación neural o plasticidad que dependerá exclusivamente de la estimulación sonora recibida y que activará las fibras nerviosas necesarias para madurar los centros superiores de la audición, ya predefinidos pero no activos, situados a lo largo de toda la vía auditiva.
Este proceso comprende desde los 0 a los 5 años, y dentro de ella se diferencian dos fases. La primera se sitúa desde los 0 a los 12 meses, conocida por muchos autores como «fase de comprobación», y la segunda, desde los 12 meses hasta los 4,5 años, esta es la etapa de mayor plasticidad neuronal consiguiendo su cota más alta a la edad de 3 años.
ESQUEMA 2 Esquema de las áreas cerebrales implicadas en la audición, reconocimiento y procesamiento del lenguaje (vista lateral).
1. Área de asociación auditiva
2. Área de Broca
3. Área prefontal
4. Área premotora
5. Corteza motora primaria
6. Corteza somatosensorial primaria
7. Área de asociación somatosensorial
8. Área de Wernicke
9. Corteza visual
10. Área de asociación auditiva
11. Corteza auditiva primaria
¿Cómo se procesa el lenguaje?
El habla es el acto motor que se consigue a través de los órganos fonatorios que tienen como finalidad la producción de alófonos (sonidos) con significado para la transmisión del lenguaje. El lenguaje, por tanto, es una facultad abstracta que permite la comunicación entre los seres humanos, posibilita expresar los pensamientos. Existen muchas formas de lenguaje: escrito, hablado, signos, etc.
Se sabe que las estructuras vinculadas al lenguaje son: el córtex Auditivo (A41 y A42 de Brodmann), el área de Wernicke (A21 y A22 de Brodmann), el área de Broca (A44 y A45 de Brodmann), el área motora primaria (A4 de Brodmann), el cuerpo calloso y el hemisferio derecho.
Para el correcto procesamiento del lenguaje, el sonido, previamente transformado en impulsos nerviosos, llega al córtex auditivo localizado en las áreas A41 y A42 de Brodmann, donde se va a procesar y a enviar a las áreas auditivitas inferiores localizadas en el lóbulo temporal. Dentro del córtex auditivo se pueden diferenciar tres áreas: el área auditiva primaria (A1), el área secundaria (A2) y el área auditiva terciaria (A3).
Adquisición del lenguaje
Para que un niño aprenda a hablar, es necesario que oiga y que esté en contacto con otros individuos que dominen la misma lengua. Sin la correcta estimulación auditiva, no hay adquisición del lenguaje, es aquí donde entra en juego la complicidad de las diferentes áreas que intervienen en el PAC. Si la señal auditiva no es procesada, analizada e integrada correctamente por las diferentes áreas mencionadas, el niño no desarrollará el lenguaje adecuadamente, ya que aunque exista feedback por parte de la persona a la que imita, este no se recibe de una manera apropiada.
Además, se producirá una reorganización de las estructuras cerebrales destinadas a la audición y el lenguaje que tendrá graves consecuencias en su desarrollo cognitivo, auditivo y del lenguaje, y si no es diagnosticada y tratada con precocidad, no será reversible.
Principales síntomas de un paciente con DPAC
Para la correcta evaluación y posterior diagnóstico de un paciente (niño o adulto) con un posible DPAC, es necesario e imprescindible hacer una anamnesis previa a la evaluación, que recoja todos los datos incluidos en la historia clínica del paciente, como pueden ser: enfermedades importantes, antecedentes relacionados con problemas de PAC o del SNC, nivel del lenguaje o problemas del mismo, alteraciones del habla, nivel educativo o sociocultural, patologías que puedan estar relacionadas, cuándo se detectaron los primeros signos, etc.
También, previamente a la evaluación clínica, se debe someter al paciente a métodos de observación no estandarizados que aportarán al examinador información sobre la conducta del mismo. Para ello se pueden emplear diferentes cuestionarios sobre conductas auditivas, como por ejemplo, el cuestionario Chaps, Sifter o Child.
Por último, se debe realizar una evaluación audiológica completa, del habla y lenguaje y una evaluación médica. Esta evaluación debe ser llevada a cabo por un equipo multidisciplinar integrado por los siguientes profesionales: otorrinolaringólogo, logopeda, neurólogo, psicólogo y audiólogo, y dentro de ella se encuentran pruebas como la audiometría completa tonal y verbal, la impedanciometría, la medición de Otoemisiones Acústicas (OEA), la medición de Potenciales Evocados Auditivos (PEAT), test dicóticos, test de procesamiento central y de integración binaural, y pruebas de diagnóstico por imagen.
Según los resultados obtenidos, se determinará si existe DPAC o no, cuál es y dónde se localiza la afectación a nivel de la vía auditiva, cómo afecta al individuo en las diferentes situaciones de la vida cotidiana y los posibles métodos de rehabilitación o tratamiento existentes.
¿Qué tratamiento podemos ofrecer a un paciente con DPAC?
El impacto que tiene un DPAC puede variar considerablemente de un individuo a otro, y la evolución del mismo dependerá de la capacidad cognitiva y de las estrategias a implementar, siendo la sintomatología para algunos pacientes muy leve, mientras que para otros los síntomas persisten a pesar del tratamiento oportuno aplicado.
Los tratamientos que existen en la actualidad sirven para ayudar a mejorar las capacidades cognitivas, auditivas y lingüísticas del paciente.
Numerosos estudios se basan actualmente en el entrenamiento auditivo como estrategia para el tratamiento del DPAC. Se trata de una técnica que se emplea para mejorar la atención auditiva y la detección y discriminación sonora. Los programas de entrenamiento auditivo deben incluir cognición, atención auditiva, memoria auditiva, cierre auditivo y escucha en situaciones de ruido, y deben ser llevados a cabo por el logopeda, siempre con un enfoque multidisciplinar.
Pacientes que se benefician de esta técnica pueden ser aquellos adultos a los que se les ha adaptado prótesis auditivas, pero no logran entender bien.
Por otro lado, el uso de sistemas de frecuencia modulada (FM) en combinación con las prótesis auditivas, cuando exista una pérdida auditiva neurosensorial asociada (sobre todo en pacientes pediátricos), aportan mayor confort y beneficio en la localización sonora y la discriminación auditiva y verbal en situaciones donde la relación señal ruido no sea buena y el sonido ruido sea interpretado como molesto.
Conclusiones
En definitiva, el diagnóstico tardío o mala evaluación de dicho déficit supone que pueda darse una organización anómala de las estructuras cerebrales destinadas a estas funciones, y que, por tanto, las capacidades auditivas y del lenguaje del individuo se vean afectadas.
Los niños con DPAC son pacientes que se benefician particularmente de una estimulación temprana. El diagnóstico precoz y la correcta intervención, sobre todo en los más pequeños, favorecerán la evolución y desarrollo de los mismos. El propósito de las técnicas terapéuticas es maximizar la neuroplasticidad y mejorar el procesamiento de la información auditiva por parte del cerebro.
Referencias
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Anexo
Puedes obtener los cuestionarios sobre conductas auditivas en el siguiente enlace de Hearing Clinic USF. University of South Florida:
Copyright imágenes
© Imágenes RV Alfa (4) / Otometrics. (5)
© Imágenes Otometrics. (6, 7, 8)
Autor: Tania García
AUDIÓLOGA
Técnico Superior en Audiología Protésica.
Máster en Audiología Clínica y Terapia de la Audición. Universidad internacional Isabel I.