
Mejorar la escucha cuando se tiene discapacidad auditiva no solo pasa por utilizar dispositivos como los audífonos, o en los casos más graves, implantes cocleares. Otro recurso muy útil y complementario al alcance de este colectivo es aprender a leer en los labios.
La lectura de labios se basa en la observación cuidadosa de los movimientos de los labios y la lengua de la persona que habla para inferir qué palabras o sonidos está pronunciando. Además, si se combina con otras pistas visuales como las expresiones faciales y los gestos, y con el contexto de la conversación, la compresión puede resultar muy precisa. De ahí que los ojos vayan a desempeñar un papel clave para «oír».
La práctica y el entrenamiento son fundamentales para desarrollar esta la habilidad. Las personas que dependen de esta técnica, a menudo, trabajan en mejorar su capacidad para comprender el habla a través de la observación visual, lo que les permite participar en conversaciones y comunicarse de manera efectiva en momentos cotidianos y puede ser especialmente útil en situaciones en las que el sonido no es claro o está enmascarado por ruido ambiente. Entre sus ventajas podemos apuntar:
— Mejora la comprensión, especialmente cuando no se tiene acceso a otros recursos de comunicación.
— Aporta contexto y claridad: al observar los movimientos de los labios y la expresión facial de la persona que habla, una persona sorda puede captar el contexto y las emociones que hay detrás de las palabras. Esto puede hacer que la comunicación sea más completa y con más sentido.
— Garantiza más independencia en situaciones cotidianas como las interacciones sociales, el trabajo o al realizar transacciones comerciales.
— En educación, los estudiantes con discapacidad auditiva pueden utilizar esta habilidad para entender mejor a sus profesores y compañeros de clase.
La lectura de labios se basa en la observación cuidadosa de los movimientos de los labios de la persona que habla para inferir qué palabras o sonidos está pronunciando.
La calidad de la comunicación a través de la lectura de labios puede variar según la claridad de los movimientos labiales del hablante y la habilidad del receptor para interpretarlos. Además, no todos los sonidos del habla se pueden leer fácilmente en los labios, lo que puede llevar a errores en ciertas situaciones.

Siempre que se pueda, es útil recurrir a centros especializados en el aprendizaje de esta técnica, pero si no es factible, algunas orientaciones sobre cómo abordar esta técnica pueden ser:
1. Observar atentamente los movimientos de los labios y la cara del interlocutor.
2. Mantener siempre el contacto visual para captar mejor las señales visuales que acompañan a la comunicación verbal.
3. Aprender sonidos y letras clave: familiarizarse con los sonidos más comunes y sus formas en los labios para mejorar la comprensión.
4. Utilizar el contexto de la conversación para llenar los vacíos de comprensión.
5. Intentar recordar el tono del habla y el modo de articulación de diferentes palabras para reconocer los sonidos que ya no se oyen.
6. Cuando no se comprenda una frase se puede pedir que la repitan e incluso, que lo hagan con otras palabras.
7. Si el esfuerzo que requiere la atención provoca cansancio, tomarse algunos minutos para descansar la vista y reanudar la actividad.
8. Buscar recursos online y cursos diseñados para enseñar la lectura de labios. Estos recursos pueden proporcionar técnicas y ejercicios específicos para mejorar.
La calidad de la comunicación a través de la lectura de labios puede variar según la claridad de los movimientos labiales del hablante y la habilidad del receptor para interpretarlos.

Se trata de un aprendizaje en continua evolución, ya que la gesticulación y los idiomas varían, pero cuanto más se profundice en esta técnica, mayores serán las posibilidades de comunicarse con el entorno.
En resumen, la lectura de labios es una herramienta muy efectiva para mejorar la comunicación y la calidad de vida de las personas con problemas de audición: abre los ojos… y escucha.
MAGNÍFICO TEMA, QUE HA SIDO DESCUIDADO POR LOS ESPECIALISTAS EN AUDIOLOGIA Y AUDIOPROTESISTAS.