Alucinaciones auditivas
Es habitual en el mundo de la audiología atender a pacientes que se quejan de oír ruidos en los oídos o en la cabeza; pitidos, zumbidos o sonidos tipo «olla exprés».
Son los llamados acúfenos, sonidos que no los provoca ninguna fuente externa, sino que, hipotéticamente, son generados por nuestro sistema auditivo central con la colaboración de otras estructuras. Se podría decir que es una alucinación auditiva, relacionada en la mayoría de los casos con la hipoacusia.
Pero, a veces, nos llegan pacientes que nos comentan que oyen otro tipo de sonidos en su cabeza, por lo general voces que les hablan, puertas que se abren o fragmentos de canciones de la infancia. No necesariamente tienen que presentar pérdida auditiva. Podemos creer que el paciente está loco o que se lo está inventando. Pero, ¿qué hay detrás de este tipo de alucinaciones? ¿Pueden indicar alguna clase de trastorno oculto? ¿Qué puede hacer el audiólogo?
Ante todo lo primero que debemos saber es que las alucinaciones auditivas verbales son un síntoma común de la psicosis y se estima que en los pacientes esquizofrénicos se sitúa en torno al 70-80%. Pero hay otros trastornos y patologías que podrían hacer que se percibiesen y es importante conocerlos:
Drogas y alcohol. Como es lógico, las sustancias tóxicas que logran atravesar la barrera hematoencefálica podrán trasformar las señales cerebrales, pudiendo dar lugar no solo a alucinaciones auditivas, sino de todos los sentidos; visual, olfativo, etc. Todos hemos tenido la experiencia alguna vez, de encontrarnos en la calle con una persona alcoholizada que tiene una conversación, normalmente acalorada, con alguien que no existe. Pero con seguridad la está viendo, oyendo y, quizás, hasta oliendo.
Falta de sueño o trastornos crónicos del sueño. Denominadas alucinaciones hipnagógicas, se producen en el tránsito de la vigilia al sueño profundo. Pueden oír voces, ver imágenes o sentir que alguien les toca el cuerpo. Y de ahí han nacido creencias de que ciertas personas viven situaciones paranormales.
La ansiedad y la depresión también pueden ir acompañadas de alucinaciones, delirios y de agitación psicomotriz.
Trastornos bipolares. La presencia de alucinaciones y otros síntomas psicóticos son frecuentes en las diferentes fases del trastorno bipolar y se calcula que el 50-75% de los pacientes bipolares las presentan en algún momento de su vida. Goodwin y Jamison refieren que el 15% de los pacientes maníacos presentan alucinaciones y destacan que son más frecuentes las auditivas.
Parkinson. Parece que casi la mitad de los pacientes con enfermedad de Parkinson puede tener alucinaciones durante el curso de su enfermedad. La causa de las alucinaciones no es completamente conocida en la actualidad, pero los estudios parecen indicar que son provocadas por la disrupción progresiva de circuitos corticales.
Demencia tipo Alzheimer. Debido a los cambios que se producen en el cerebro, las personas con demencia tipo Alzheimer pueden tener alucinaciones y también delirios. Pueden ser desencadenados también por infecciones u otras enfermedades médicas, déficits nutricionales o toma de determinados fármacos, muy común en estas personas. Pueden aparecer en cualquier momento de la enfermedad, e incluso, ser el primer síntoma, aunque son más frecuentes en fases intermedias y avanzadas.
Pérdida de audición. Aunque el porcentaje de pacientes hipoacúsicos sin otros trastornos asociados que presentan este tipo de alucinaciones auditivas es bajo, parece que se puede encontrar en pacientes con años de deprivación auditiva y bajas relaciones sociales. Una teoría es la de que el cerebro intenta «autoestimularse» con lo que está en su memoria auditiva, para intentar no perder funciones del lenguaje, mientras que otros autores lo relacionan con un deterioro cognitivo.
A veces, estas alucinaciones sensoriales se dan en pacientes sin ninguna patología y se desconoce la etiología. En ocasiones puede ser síntoma de haber vivido experiencias traumáticas, como duelos o historia de abuso sexual en la infancia.
La forma de las alucinaciones suele ser diferente entre grupos diagnósticos. En pacientes psiquiátricos suelen ser diálogos que se refieren a sí mismos en tercera persona o repiten los propios pensamientos (eco del pensamiento). Por el contrario, en el resto (normales, neurológicos-médicos, abuso de sustancias), las alucinaciones auditivas son mayoritariamente ruidos, música o palabras sueltas.
Bases neurofisiológicas de las alucinaciones auditivas
Durante décadas se ha intentado entender la compleja base neuronal de las alucinaciones auditivas. La incorporación de la neuroimagen funcional ha sido un gran avance para entender qué pasa en el cerebro de una persona que percibe voces que no son reales.
Encontramos dos teorías acerca del sustrato neuroanatómico: la del lenguaje exterior y la del lenguaje interior, subvocal o inner speech. La teoría del lenguaje exterior sugiere que la producción de alucinaciones auditivas, en trastornos como la esquizofrenia, está asociada a un incremento de la actividad en la red cortical especializada en la audición y en la percepción del lenguaje externo. Se observa un incremento de actividad en el córtex auditivo primario y secundario, áreas de Broca y Wernicke, áreas principales del habla y lenguaje, complejo amigdalo-hipocampal, involucrado en funciones como la memoria, aprendizaje y emociones, y córtex cingulado anterior, el cual interviene en funciones del sistema nervioso autónomo, pero también en otras como la inhibición verbal, que es la capacidad de controlar las respuestas automáticas, frenarlas o suprimirlas y generar respuestas lógicas y razonadas. La teoría del lenguaje interior sostiene que la alucinación auditiva es producto de la incapacidad de la persona para controlar la generación de sus propios pensamientos, siendo estos percibidos como ajenos. Estarían involucradas las áreas cerebrales relacionadas con el lenguaje interior, implicando la activación de la región frontal inferior izquierda y la hipoactivación del área motora suplementaria y el gyrus temporal medial, encargado también del lenguaje, pensamiento y toma de decisiones.
En 2001, Stephane desarrolló una hipótesis que señala que la disfunción de las áreas cerebrales responsables de la generación del lenguaje sería el mecanismo fundamental para generar alucinaciones verbales auditivas, dando sentido a que, tanto pacientes psiquiátricos, como demenciados o sordos, pudiesen padecer este trastorno debido a un deterioro o alteración del lenguaje, que no es solo la capacidad de comunicarnos con los demás, sino la capacidad de comunicarnos con nosotros mismos a través del pensamiento.
Tabla 1
Regiones cerebrales que se activan durante las alucinaciones auditivas (Woodruff, 2004)
Hay un tipo de estudios que ahondan en la activación cerebral de la alucinación, permitiendo acceder en el momento concreto en que está ocurriendo, resolviendo el problema de la temporalidad de la alucinación. La tomografía computarizada por emisión de fotón único (SPECT) es una prueba diagnóstica de Medicina Nuclear que utiliza radiofármacos que se distribuyen por todo el cuerpo. El radiofármaco es captado por una gammacámara que realiza un examen de la zona a estudiar, obteniendo imágenes tridimensionales.
Mc Gui y otros investigadores observaron que se generaba un aumento de flujo en el área de Broca y de asociación, así como un aumento del córtex anterior cingulado izquierdo y lóbulo temporal izquierdo, hipotetizando que las alucinaciones auditivas están asociadas con el incremento de la actividad en la red del área cortical especializada en el lenguaje (córtex asociativo auditivo-lingüístico).
La función de audiólogo en las alucinaciones auditivas
Es importante que el audiólogo conozca la existencia de esta alteración, para saber cómo actuar con estas personas y qué puede esperar de ellas.
Lo primero es que, siempre que el paciente nos comente que oye voces o música, si no está diagnosticado, deberíamos derivarlo al especialista correspondiente, al neurólogo y/o al psiquiatra. Pero esto no siempre es bien recibido por el afectado, dando lugar a situaciones tensas, por lo que un camino intermedio sería derivar al otorrino para que pueda valorar al paciente y remitirlo a otro especialista si fuera necesario.
En el caso de que tenga pérdida auditiva, sería conveniente adaptarle audífonos. No hay bibliografía que indique que esto puede ser algo negativo. Sin embargo, sí hay evidencias de que la pérdida de audición sin tratar podría tener relación con el deterioro cognitivo, disfunciones en áreas auditivas y del lenguaje, y depresión.
Hay que tener en cuenta que estas alucinaciones pueden ser indicadores de trastornos neurológicos y/o psiquiátricos y que los pacientes son sensibles a los cambios. Por ello, se aconseja que siempre le atienda la misma persona y evitar que haya interrupciones en la consulta, para no dar lugar a conductas agresivas.
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CV Autor
Rosa Albaladejo
Audióloga y Logopeda
Diplomada en TAV.
Máster en Terapia Orofacial y Miofuncional.
Máster en Psicología Positiva.
Experta en Procesos Cognitivos.
Psiconeuroinmunóloga.
CEO Clínica de Intervención Cognitiva y Neurociencia, CLIC.