Impedanciometría

25/11/2021 | Comparte:

Impedanciometría. ¿Por qué es importante?

Autor: Tania García

Audióloga Protésica


De manera usual y contrariamente a lo que debería ocurrir, muchos profesionales de la Audiología prefieren no realizar las pruebas de Impedanciometría Acústica, bien porque desconocen su procedimiento, o bien porque no confían en la importancia e información que aportan o, quizá, por escasa disponibilidad de tiempo para poder realizarlas. Pero lo cierto es que esta es una batería de pruebas que no se tarda mucho en realizar y que, además de aportar gran información sobre el estado de las estructuras del oído medio, también nos indica si puede existir algún problema con el envío de la señal acústica a lo largo de la vía auditiva hasta el Complejo Olivar Superior (COS) y nos ayuda a valorar parte del nervio facial y del nervio trigémino.

La impedancia acústica es la resistencia que ofrecen las cavidades del OM al paso del sonido a través de ellas. Son pruebas objetivas, que no requieren la colaboración del paciente y pueden aportar un pronóstico de la etiología de la posible hipoacusia.

Es importante explorar el canal auditivo mediante una otoscopia antes de proceder con la prueba para descartar un tapón de cera o cualquier cuerpo extraño que pueda provocar su obstrucción y la obtención de un resultado que pueda llevarnos a error.

Dentro de la Impedanciometría Acústica se encuentran las siguientes pruebas: Timpanometría, Medición del Reflejo Estapedial (RE) y las pruebas de Función Tubárica. Para la realización de las pruebas necesitamos un Impedanciómetro o Timpanómetro.

Representación esquemática del tímpano y los huecesillos del oído. ©Rendia.

Timpanometría

La Timpanometría nos permite valorar la integridad y el estado del OM, aportando información sobre la movilidad de la membrana Timpánica, permitiendo valorar el estado de la Cadena Osicular (Martillo, Yunque y Estribo) y comprobar la correcta funcionalidad de la Trompa de Eustaquio, cuyo principal cometido es mantener equilibrada la presión a ambos lados del Tímpano.

Para su correcta realización el paciente debe estar en silencio y no debe deglutir ni bostezar. Se introduce la sonda de medición del timpanómetro en el conducto auditivo externo (CAE) y se aplica la medición. Esta sonda registrará el cambio de volúmenes producido en el OM al deformar el conjunto tímpano-osicular hacia presiones positivas y negativas. Se trata de una prueba muy rápida y sencilla.

Gráfica 1. Curvas Timpanométricas.

Los datos que se registran son:

— La compliancia o elasticidad del Tímpano, medido en mililitros (ml).

— El volumen del CAE estimado (medido en ml) y por extensión el OM.

— El gradiente timpanométrico que es «una medida objetiva que describe la inclinación de la pendiente del timpanograma cerca del pico» (Fowler & Shanks, 2002, p.182).

— La presión que existe en las cavidades del OM, medida en daPa.

Se pueden registrar diferentes gráficas como se aprecia en la figura 1.

MT10 | Timpanómetro de exploración, Interacoustics. Imagen cedida por cortesía de Diatec España.
Trompa de Eustaquio.
La Otosclerosis es un crecimiento óseo anormal en el oído medio que causa pérdida de la audición. ©Rendia.
Representación esquemática de una perforación timpánica. ©Rendia.
Gráfica 2. Curva timpanométrica tipo A con doble pico.

Curva tipo A

Es la que se determina con valores comprendidos dentro de la normalidad, con buena movilidad y presión equilibrada. Su pico de amplitud máxima se sitúa en torno a los 0 daPa y no sugiere patología en el OM. Es compatible con audición normal o con Hipoacusia Neurosensorial (HNS) pura con integridad del OM. Sin embargo, es importante saber que solo se determinará como compatible con normo audición si presenta Reflejo Estapedial (RE), si estos permanecen ausentes será indicativo de posible afectación auditiva.
Cabe destacar que, también dentro de la curva tipo A, podemos encontrarla totalmente desplazada a presiones positivas, pero con valores dentro de la normalidad. En este caso, esta gráfica sería compatible con una Trompa de Eustaquio Patulosa (permanentemente abierta).

Curva tipo As

Es compatible con Otosclerosis o Timpanosclerosis. Se caracteriza porque aunque muestre su máxima amplitud aproximada a 0 daPa, presenta bastante menos amplitud que la anterior, ya que existe alguna dificultad por la cual el Tímpano no puede moverse con normalidad.

Curva tipo AD

Se muestra con una compliancia muy elevada, tanto que es posible que el pico de máxima amplitud se salga de la gráfica. Puede ser compatible con perforación Timpánica, disrupción de la Cadena Osicular, Tímpanos laxos, monoméricos o con perforaciones de márgenes estrechos o en proceso de cierre.

Curva Tipo B

Es compatible con otitis media serosa (OMS), Colesteatoma, tapón de cera, perforación de márgenes amplios o fijación total del conjunto tímpano-osicular. Se muestra como una curva plana o ligeramente aplanada, sin punto máximo de amplitud y con movilidad del Tímpano restringida.

Curva tipo C

Es aquella en la que se observa menos resistencia al paso del sonido hacia presiones negativas. Esto se debe a que la presión en el OM es negativa, aunque la movilidad de la membrana es normal con un punto de máxima amplitud < a -150 daPa. Es compatible con una disfunción de la Trompa de Eustaquio (TE) o con una otitis media aguda (OMA) en estadio inicial.

Existe otro tipo de curva menos estudiada que es la curva con doble pico. Aparece con valores de curva tipo A pero se observan con claridad dos picos de máxima amplitud. Esto es compatible con Tímpanos cicatrizales o monoméricos, debido a que hay diferencias en la masa y la elasticidad en diferentes puntos de la membrana Timpánica. Siempre se estudiará como referencia el pico que se registre con valores más positivos.

Criterios importantes dentro de la Timpanometría

Si la prueba se realiza en adultos o niños mayores de seis meses, se utilizará la sonda de 226 Hz para la medición. Solo se empleará la sonda de 1000 Hz cuando el paciente sea menor de seis meses o el CAE sea muy estrecho

Tabla 1. Valores estandarizados en Timpanometría.

Consideraciones de la Timpanometría

Una curva tipo A o tipo AD, puede coexistir con una HNS, mientras que si el resultado de la prueba muestra una curva tipo As, B o C, será significativo de un posible obstáculo en las cavidades del OM que impide el paso correcto de la onda sonora, lo que es compatible con una Hipoacusia Conductiva (HC).

El volumen tiene que ser > 0.3 ml en adultos y si esto no ocurre, se sospechará de la existencia de un tapón de cera en el CAE o de que la sonda está mal colocada dentro del mismo chocando con una de las paredes del conducto. Si el paciente tiene colocados drenajes o tubos timpánicos, o si presenta perforación de la membrana, el volumen será ≥ 2.0 ml o a 2.5 ml en niños y en adultos, respectivamente.
Si se obtiene una curva tipo A con doble pico, se debe pensar en la existencia de un Tímpano cicatrizal o monomérico y si no hay RE no se interpretará el resultado como curva tipo A dentro de la normalidad.

Los niños tienen la TE más estrecha, más corta y menos inclinada que los adultos.

Si se observa que el niño tiene la lengua fuera continuamente, respira por la boca, babea, ronca, tiene ojeras y/o falta de sueño, se sospechará de mala funcionalidad de la TE y se debe proceder a la realización de la prueba para verificar su estado.

A menudo, muchos niños presentan un crecimiento de sus adenoides o vegetaciones que, aunque se trata de un tejido linfoide que actúa como sistema de protección, puede impedir la correcta ventilación de la trompa.

Contraindicaciones para la realización de la prueba

No se debe realizar la prueba a pacientes con vértigo o inestabilidad recurrente ya que en la mayoría de ocasiones estos pacientes pueden presentar una mayor presión dentro del oído y al aumentarla, podemos provocar un episodio de vértigo en ese momento. Tampoco se debe explorar a pacientes con Tímpanos perforados, sobre todo si la perforación tiene límites poco definidos, enrojecidos y/o humedecidos, o en paciente que presenten otitis medias. Se descartará también en pacientes que tengan drenajes o tubos timpánicos en la membrana, aunque su realización nos aportará información sobre la correcta o no funcionalidad de estos tubos.

Medición del Reflejo Estapedial
Para la realización de esta prueba se introducirá una sonda dentro del CAE de la misma forma que anteriormente. Si el equipo lo permite, además se colocará una sonda con un micrófono en el oído contrario al que vamos a explorar, para poder medir el RE contralateral. También se trata de una prueba objetiva y rápida.

Los RE son unos reflejos involuntarios que actúan como sistema de protección ante sonidos de alta intensidad, protegiendo así al oído interno de lesiones permanentes.

Su registro nos aporta datos sobre el estado de este sistema, nos dará información de origen retrococlear y nos orientará sobre el punto más dañado de la cóclea. Su ausencia puede sugerir patología auditiva. Se registra en torno a 70/80 dB por encima de umbral auditivo en sujetos normoyentes, por lo que si aparecen tardíamente o están ausentes, pueden sugerir umbrales auditivos alterados. Para su correcta realización el paciente debe estar en silencio y no deglutir ni bostezar.

Exploración del Reflejo Estapedial.

Exploración de la prueba

Cuando el sonido llega a las estructuras del OM, estas lo amplifican y trasmiten hacia el oído interno, donde será recibido y modificado para convertirse en impulso nervioso e ir pasando por las diferentes estructuras de la vía auditiva hasta llegar a la Corteza Auditiva Primaria. De forma esquematizada, las estructuras por las que pasa la onda sonora implicadas en este reflejo involuntario son: el oído medio, la Cóclea, el Nervio Estatoacústico (VIII par craneal) con información de la vía aferente, los Núcleos Cocleares (NC), el Complejo Olivar Superior (COS), el Nervio Facial (VII par craneal) con información de la vía eferente (inervación motora) y el músculo estapedial.

De manera quizá más secundaria, también están implicadas otras estructuras como son el músculo Tensor del Martillo, que se inserta en el mango del Martillo hasta la Trompa de Eustaquio, provocando que el Tímpano se vuelva más rígido y por tanto la cadena osicular también, y el Nervio Trigémino (V par craneal) inervado por algunos axones. Esto ocurre de forma muy inusual en los humanos (notando el sujeto unos pequeños golpes) y, sin embargo, sí ocurre en el resto de los mamíferos.

El RE se puede medir Ipsi y contralateralmente. Si medimos la respuesta ipsilateralmente, se colocará la sonda en el oído a explorar y se presentará el estímulo sonoro en ese mismo lado. La información aferente (de subida), que avanzará a través del OM, llegando a la Cóclea, después al VIII par y seguidamente a los NC, alcanzará el COS y será en esta estación cuando se enviará una señal con información eferente o motora (información de bajada) al Nervio Facial (VII par), que provocará una contracción del músculo del estapedial separándolo de la ventana oval y protegiendo así a las células ciliadas de la cóclea de estos sonidos tan intensos que puedan causarle lesión permanente.

Si lo que se quiere registrar es el valor contralateral, el procedimiento y las áreas estimuladas serán los mismos, salvo que en este caso, la sonda se colocará en el oído a evaluar y en el contrario se presentará el estímulo sonoro. El sonido seguirá el mismo camino y cuando llegue a los NC, un haz de fibras nerviosas enviará parte de la información sonora eferente al COS del oído contrario (el que queremos registrar) para que así este pueda enviar información aferente al VII par craneal de ese mismo lado y accionar el mecanismo de defensa.

Esquema 1. Estructuras de la vía auditiva y propagación de la onda sonora a través del oído.
Esquema 2. Anatomía del oído representada de forma esquemática. © MED·EL
Esquema 3. Vía Auditiva Aferente. American Speech-Language-Hearing Association.
Esquema 4. Reflejo Estapedial ipsilateral. Imagen izquierda cedida por cortesía de MED·EL.
Esquema 5. Reflejo Estapedial ipsilateral contralateral. Imagen izquierda cedida por cortesía de MED·EL.
Esquema 6. Reflejo Estapedial. Ipsi y contralateral.

Consideraciones
La prueba consiste en presentar un tono de alta intensidad e ir aumentándolo mientras se registran los datos hasta una intensidad máxima de 100/110 dB. Se exploran las frecuencias de 500, 1000, 2000 y 4000 Hz. El RE contralateral suele aparecer alrededor de 5/10 dB más tarde que el ipsilateral. La frecuencia de 4000 Hz desaparece muy pronto y no tiene porqué sugerir hipoacusia. Si se obtienen valores de RE normales en todas las frecuencias salvo en 4000 Hz no nos debe llevar a pensar en la existencia de patología, sino que puede no haberse registrado correctamente esa frecuencia. En niños, solo se explora la frecuencia de 1000 Hz (sobre todo por hacer la prueba lo más corta posible).

No aparecerá RE si existe daño en el VIII y /o VII par craneal, o si nos encontramos ante HNS en grado severo, cofosis o HC. Si aparece RE Ipsi pero no contra, hay que sospechar de un posible problema en la decusación de la vía (donde se cruzan ambas vías auditivas), por ejemplo, un tumor. Si aparece antes de lo normal, siendo igual o menor a 60 dB por encima de umbral, puede ser compatible con reclutamiento y, por lo tanto, estaremos ante una HNS con asiento coclear.

El análisis de esta medición nos aporta una «predicción» del tipo de hipoacusia que puede presentar el paciente.

Los reflejos estapediales dan origen a una gráfica por aumento o descenso de la línea isométrica proporcionada por el impedanciómetro.

Dentro de esta medición se puede registrar lo que se conoce como RE ON-OFF, que se da en Otosclerosis incipientes. Se caracteriza porque aparecen unas pequeñas «ondas» justo antes y después del reflejo. Es importante porque nos alerta sobre una posible fijación de la cadena osicular y, a medida que avanza la fijación, el RE desaparece.

Fatiga Auditiva

El RE está sometido a un fenómeno de acomodación o fatiga auditiva, es decir, ante estímulos sonoros mantenidos, la contracción del músculo estapedial sufre un declive. Esta manifestación está subjetivada con la frecuencia que se estimula, de manera que la fatiga es mayor ante estímulos sonoros agudos y es escasa con sonidos de banda ancha.

Existen dos formas de realizar la prueba. La primera es de manera objetiva mediante el impedanciómetro y la segunda es de forma subjetiva con la ayuda del audiómetro.
Si lo hacemos con el impedanciómetro, el dispositivo presentará un tono durante 10 sg entre 5/10 dB por encima del umbral del RE. Solo se explora en 500 y 1000 Hz. Si la fatiga es positiva habrá una disminución de, al menos, el 50% de la amplitud a partir de los primeros 5 sg, lo cual indica una posible lesión retrococlear o neural.

Si el método escogido es el subjetivo, Tone Decay Test (Crahart. 1957), se necesitará para la realización de la prueba una cabina sonoamortiguada, un audiómetro y la colaboración del paciente.

Si el resultado de la prueba, independientemente del procedimiento escogido, es fatiga auditiva positiva, será indicativo de que el RE sufre un declive y esto puede alertar de un posible daño en el nervio auditivo, es decir, nos encontraremos ante una posible HNS con asiento retrococlear.

Pruebas de Función Tubárica

Estas pruebas son importantes para la verificación de la correcta funcionalidad de la TE. Nos ayudan a comprobar el equilibrio a ambos lados del Tímpano. Es también una verificación objetiva.

La Trompa Patulosa es una patología que se caracteriza porque la TE está permanentemente abierta lo que provoca mala ventilación de la caja timpánica y que no exista equilibrio de presiones a ambos lados de la membrana timpánica. Existe pérdida de tejido en la porción cartilaginosa circundante de la TE. Esta patología se asocia habitualmente con trastornos como pérdida de peso, embarazo, otitis medias recurrentes, rinitis alergias, disfunción temporomandibular, enfermedades autoinmunes o reumáticas, cirugías auditivas, etc.

Se evalúan con maniobras de Valsalva y de Toynbee, registrando tres mediciones timpanométricas: primero, se registra un timpanograma de la manera habitual (el paciente mantiene la boca cerrada, no habla y no deglute); para la segunda medición, se realiza una maniobra de Valsalva en la que el paciente se ocluye las fosas nasales y la boca y expulsa aire por la nariz, lo que provoca un abombamiento de la membrana y la curva registrada se desplazará a presiones positivas; y por último, se realiza la maniobra de Toynbee que consiste en deglutir con la boca cerrada y las fosas nasales ocluidas, registrándose una curva desplazada a presiones negativas. Se debe registrar una medición tras cada maniobra.

Si la funcionalidad de la TE es normal, existirá una variación tras cada maniobra de entre 10 y 15 daPa. Si no hay desplazamiento, estaremos ante una posible disfunción de la TE.

Se puede realizar la prueba si estamos ante un Tímpano con perforación, pero de manera diferente. Manualmente en el equipo habrá que instaurar una presión inicial de +400 daPa e introduciendo la sonda dentro del CAE, el paciente realizará la maniobra de deglución entre tres y cuatro veces. La presión debe ir disminuyendo y si llega a instaurarse en 0 daPa, la TE del paciente será funcional.

Gráfica 3. Resultados gráficos de medición del R.E.
Gráfica 4. Resultado del reflejo On-Off.

CONCLUSIONES

En definitiva, las pruebas timpanométricas aportan información objetiva sobre el estado funcional y la integridad de las cavidades del Oído Medio y de la Trompa de Eustaquio. Con ellas también obtenemos información de carácter retrococlear y del punto más dañado de la cóclea (si existe daño coclear) y, además, nos informan sobre el estado de la vía eferente, de la vía aferente y de lo que ocurre con la información auditiva en el cruce de las vías, alertándonos así de un posible daño en este punto.

La Timpanometría nos alertará sobre un posible problema de transmisión de manera que nos dará pistas de si la hipoacusia puede ser conductiva o no.

Si el RE se desencadena antes de lo normal, debemos pensar en un posible daño coclear; si no aparece, sospecharemos de HC o HNS en grado severo; y si obtenemos un resultado positivo durante la prueba de fatiga auditiva, podría ser un problema en el VIII par craneal.

Es importante su realización porque se trata de una batería de pruebas sencilla, rápida y de gran relevancia, ya que puede darnos un pronóstico sobre los resultados que vamos a obtener durante la audiometría y nos dará pistas sobre el tipo de hipoacusia que nos podremos encontrar.

Resultan de gran utilidad sobre todo en niños, en pacientes con barreras idiomáticas o en pacientes que no puedan colaborar bien durante la audiometría, ya sea porque presentan una hipoacusia en un grado severo u otras alteraciones a nivel cognitivo.

REFERENCIAS

Angulo, A., Brocal, F., Feijoo, S., Harguindey, A., Rosselló, L., Salobral, S. y Yuste, M. (2017) Audiología: Teoría y práctica. Madrid. Egea Ediciones.
García-Valdecasas, J., Aguadero, M.I. y Sainz, M. Exploración Funcional Auditiva. Hospital Universitario San Cecilio. Granada. Libro virtual de formación ORL. SEORL.
Gil-Carcedo, L. M., Gil-Carcedo, E. y Vallejo, L. A. (2011). Otología. Madrid. Panamericana.
Knaste, J. Otología Práctica. Barcelona. CEIG.
Manrique, M.y Marco, J. (2014). Audiología. Ponencia Oficial de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Patología Cérvico-Facial. Relazón, J.M., Poch, J., y Vilas, R., (1992). Validez de los test predictivos de la Fatiga Auditiva en la prevención del Trauma Acústico.
Zenker, F. y Barajas, J. J. (2003). Las funciones auditivas centrales. Revista Electrónica de Audiología. 2 (2), 31-41.

AUTORA

TANIA-GARCIA-TAMUREJO

TANIA GARCÍA
AUDIÓLOGA PROTÉSICA
Técnico Superior en Audiología Protésica.
Máster en Audiología Clínica y Terapia de la Audición.
CAAB Centro Auditivo Profesional.

2 comentarios en “Impedanciometría”

  1. Hay algún centro en España donde hagan la prueba de disfunción tubárica he ido a varios y en ninguno me lo han realizado solo una timpanometria en reposo.

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El 80% de los empleados de residencias expresan la necesidad de recibir más formación sobre audífonos, su manejo y cuidado[4]. Se propone [1] como imprescindible la instrucción del personal en los siguientes aspectos relacionados con las prótesis auditivas: — Estilos, partes y funciones de los audífonos e implantes. — Cómo colocar/quitar. — Baterías/Cargadores (almacenamiento, peligros de ingestión de baterías, tipos, colocación…). — Protocolos de mantenimiento. — Solución de problemas de los audífonos y dispositivos implantables. — Retroalimentación: explicación de causas y prevención. — Expectativas realistas sobre los audífonos. — Procedimientos para evitar la pérdida de los audífonos. En la atención a los residentes que utilizan audífonos es esencial incorporar la gestión y cuidado de estos dispositivos dentro de la planificación de sus necesidades. El último aspecto a considerar en relación con la discapacidad auditiva en las residencias se refiere a las condiciones en las que se desarrolla el intercambio comunicativo. En estos centros, la atención a menudo se produce en entornos ruidosos. Los residentes pasan muchas horas de la jornada en áreas comunes con tráfico de personas y ruido: televisión, carritos de equipos, comunicación entre cuidadores, conversaciones entre residentes, etc. En un estudio realizado por Wenstein (2018)[5], el nivel medio de ruido encontrado en las áreas comunes fue de 64 db y el pico de ruido a la hora de comer fue superior a 90 db. Estos índices de ruido suponen un desafío en la comunicación para cualquiera. Como se menciona unas líneas más arriba, la prevalencia de deterioro cognitivo en los mayores residentes en estos centros es alta. Mc Creedy et3 al. indican que esto se traduce en una menor capacidad para adaptarse al habla degradada por el ruido. Es por ello que esta población puede ser especialmente vulnerable al no entender el habla en ambientes ruidosos, lo que junto con otras condiciones que también pueden estar presentes (depresión, dolor crónico) disminuyen la motivación para esforzarse en atender. Es un objetivo para las residencias controlar el ruido en las instalaciones. Medidas como utilizar materiales absorbentes en las áreas comunes, disponer de lugares tranquilos más privados para actividades conversacionales y tener en cuenta la disposición del mobiliario pueden mejorar en parte este aspecto. Sin embargo, las investigaciones evidencian la relevancia del modo de comunicación de los cuidadores, quienes parecen desconocer el impacto del ruido de fondo. La capacitación del personal asistencial vuelve a ser indispensable en este punto, siendo necesaria la concienciación e instrucción en estrategias de comunicación con personas con discapacidad auditiva. Un resumen de estas serían[6]: — Llamar la atención del usuario antes de comenzar a hablarle, tocándole con suavidad el hombro o alzando la mano. — Conocer (todo el personal) el modo de comunicación preferido por el paciente (verbal, escrito, apoyado en lectura labial, lengua de signos…). — Posicionarse frente al paciente cuando se le hable, preferiblemente a la altura de los ojos antes de comenzar. — No girar la cabeza durante la conversación, ni empezar a andar mientras se sigue hablando. — Evitar la comunicación en entornos ruidosos, intentar retirarse antes de la comunicación a zonas menos expuestas al ruido. — Complementar el discurso con lenguaje gestual. — Estar atento a las expresiones faciales del residente que puedan hacer sospechar que no está entendiendo. — Buscar la iluminación de la cara. Intentar que la luz directa o la de lámparas ilumine la cara de la persona que va a hablar con el residente para facilitar el apoyo de la lectura labial. — Hablar ligeramente más alto de lo normal y más despacio, realizando paradas entre frases largas. — Dar pistas si se cambia de tema de conversación, con frases como «ahora te voy a hablar de…». Un cambio de tema sin aviso previo puede confundir al residente. — Utilizar un lenguaje sencillo. Tsuruoka et al. estudiaron la calidad de vida de los mayores con discapacidad auditiva en las residencias. Este estudio concluía que la calidad de vida de los residentes aumentaba con el uso de audífonos. El sentimiento de felicidad era alto cuando se habían adaptado a su instalación y habían logrado tener buena relación con el personal y otros residentes. Es indudable la importancia de la comunicación para este logro. Es necesaria la adaptación de audífonos a aquellos residentes con discapacidad auditiva no tratada, ya que sus beneficios están demostrados. Los profesionales con una trayectoria prolongada habrán experimentado situaciones en las que, tras proporcionar atención durante años a alguno de sus pacientes, estos hayan ingresado en residencias. Es común que posterior a este cambio, la familia lleve los audífonos a revisión. Es igualmente común comprobar el deterioro del audífono por deficiente mantenimiento y la reducción del número de horas en los datos de uso. Poniendo en valor el servicio que los audioprotesistas proporcionamos en el ámbito de la salud auditiva y analizando las dificultades que se dan en las residencias, todos los estudios revisados en este artículo concluyen que la figura del audioprotesista debería estar presente en el equipo multidisciplinar que atiende a los usuarios de residencia, con funciones de formación del personal y asesoría. Habida cuenta del impacto de la pérdida auditiva en la salud y el bienestar de los adultos mayores y la alta incidencia de discapacidad auditiva entre los residentes, es importante proporcionar la mejora en la atención audiológica a esta población vulnerable para maximizar su calidad de vida. Una residencia con personal colaborador y formado en la atención a la discapacidad auditiva marcaría la diferencia. Puede ser este un propósito del audioprotesista: ofrecer este tipo de servicios a las residencias de su entorno. Bibliografía [1] «Prevalencia de deterioro cognitivo y demencia en residencias españolas». López et al. [2] Lin et al. 2012 [3] Hearing: Loss Why does it matter for Nursing Homes? McCreedy el al; 2018. [4] Geriatric Audiology. Wenstein, 2013. [5]  «Hearing Loss in Nursery Homes» Weinstein. 2018. [6] «Nursing Management of hearing Impariment […]» Adams-Wendling et al; 2008. Sonia Bajo CV Autor Técnico Superior en Audiología Protésica.Diplomada en Logopedia.Habilitación Tinnitus & Hyperacusis Therapy MC.Experta en Acúfenos e Hiperacusia, tratamiento TRT, en RV Alfa Centros Auditivos.Docente en el Máster de Audiología Universidad Europea Miguel de Cervantes.

2014 -2024 Fiesta de aniversario

Celebramos diez años de compromiso e ilusión. Y por fin llegó el tan deseado día de la celebración de nuestro décimo aniversario. Amaneció despejado, luminoso, un precioso día de febrero. Las primeras horas fueron una mezcla de nervios e ilusión para que todo saliera a la perfección, tal y como nuestros notables invitados merecían. A las 13:30, con puntualidad británica, comenzaron a llegar los primeros asistentes al lugar elegido para la ocasión: el Rincón Secreto de Salvador Bachiller, un encantador espacio clandestino que ni te imaginas cuando accedes a una de las tiendas más emblemáticas de la firma situada en pleno barrio de Salamanca. La decoración y el ambiente nos trasladaron mágicamente a un salón de té inglés en el que se respiraba una atmósfera distendida y de celebración. El evento logró reunir, una vez más, a todos los representantes del sector de la Audiología que, de nuevo, nos mostraron su cariño, su apoyo incondicional y su reconocimiento como publicación líder del mercado. Eduardo Morán, Decano del Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas y subdirector de Gaceta Audio, dedicó unas entrañables palabras a todos los presentes, en agradecimiento por la acogida y fidelidad demostradas en estos diez años. Desde su lanzamiento, la revista se ha destacado como una fuente de conocimiento, investigación y divulgación en el campo de la Audiología, bajo un compromiso firme de excelencia e innovación. Con una década de constante trabajo y superación a sus espaldas, el equipo editorial y los colaboradores de la revista afrontan el futuro con renovada determinación y entusiasmo, comprometidos para seguir siendo líderes muchos años más. Y así quisieron subscribirlo: al son de la Traviata, como ya es tradición, elevaron las copas para brindar por todo lo compartido hasta hoy y por aquello que está por venir. Después de degustar una deliciosa tarta conmemorativa del 10º aniversario, los asistentes pudieron participar en un taller práctico de cócteles y experimentar preparando los mejores combinados, al más puro estilo «Tom Cruise» en la famosa película de los 90’. Finalmente, cóctel en mano, pudimos disfrutar de la música y de la compañía, apurando un extraordinario día para el recuerdo. ¡Gracias a todos por compartirlo con nosotros! Nos acompañaron los responsables de las principales compañías de la Audiología en España: Bernafon, CGCOO, Diatec, GN Hearing Care, Lyceum, Natus Medical, Oticon, RV Alfa, WS Audiology y colaboradores. Cóctel en mano, pudimos disfrutar de la música y de la compañía, apurando un extraordinario día para el recuerdo.

El eterno estigma de la pérdida auditiva. ¿Cómo lo gestionan nuestros pacientes?

Se ha escrito mucho acerca de los efectos colaterales de la pérdida auditiva y su repercusión en diferentes esferas de la vida familiar, social y laboral. Actualmente, proliferan en diferentes foros términos como «sociedad inclusiva» o «educación inclusiva», modelos ambos que pretenden prestar especial atención a las demandas y necesidades de los colectivos más vulnerables a la marginalidad y la exclusión social. Podría considerarse que las personas con pérdida auditiva no se encuentran entre los colectivos más castigados por el estigma pero… ¿qué tal si les preguntamos a ellas? Un artículo publicado en el Southern Communication Journal en 2020 por Brittany N. Lash y Donald W. Helme aborda algunos de estos aspectos, a saber, cómo gestionan nuestros pacientes el estigma que se asocia a la pérdida auditiva y cómo se enfrentan a experiencias y actitudes estigmatizantes. Es evidente que la hipoacusia tiene repercusiones claras en la calidad de vida de las personas que la padecen. El estigma puede manifestarse de muy diferentes formas y afectar directamente al bienestar emocional, a la participación en actividades sociales y al acceso a oportunidades laborales y educativas. Pero, en opinión de los autores de este artículo, de poco sirven las generalidades si lo que se pretende es poner en marcha intervenciones efectivas y promover la inclusión. Para ellos, lo más importante es conocer de primera mano las experiencias individuales y las respuestas de nuestros pacientes a sus retos diarios en todos los ámbitos. No son pocos los pacientes que ocultan su déficit auditivo en el entorno laboral, con el fin de no mermar sus oportunidades de promoción, lo que implica una dosis añadida de estrés y fatiga. Si analizamos en detalle los tipos de estigma a los que deben enfrentarse día a día los pacientes con pérdida auditiva, podríamos describir varios. Los más destacados son: a) Estigma laboral: con mucha frecuencia nuestros pacientes tienen que hacer frente a la discriminación en su puesto de trabajo, básicamente debido a prejuicios y a percepciones erróneas sobre su capacidad para desempeñar tareas laborales varias. Dichos prejuicios y percepciones pueden tener manifestaciones de diferente índole, que van desde la negación de oportunidades de empleo hasta la falta de promoción laboral dentro de una misma empresa o a la exclusión de actividades laborales debido a la carencia de adaptaciones adecuadas. Los que trabajamos a diario con pacientes que sufren pérdida auditiva conocemos de primera mano las dificultades laborales a las que se enfrentan: falta de teléfonos adaptados, atención al público con hilo musical que dificulta su inteligibilidad, reuniones en lugares de acústica deficiente, etc. No son pocos los pacientes que, incluso, ocultan su déficit auditivo en el entorno laboral, con el fin de no mermar sus oportunidades de promoción, lo que implica una dosis añadida de estrés y fatiga. b) Estigma social y cultural: si bien está más presente en el ámbito comunitario, es decir, en actividades sociales o eventos más o menos multitudinarios (fiestas, reuniones familiares, congresos o conferencias, etc.), en no pocas ocasiones se manifiesta en entornos sociales más restringidos, incluso dentro del ámbito familiar más cercano. Con frecuencia, las personas con hipoacusia son excluidas de ciertas conversaciones o actividades a causa de sus dificultades de comunicación, o experimentan una considerable falta de comprensión o empatía por parte de otros miembros de la comunidad. También aquí los que trabajamos con personas con hipoacusia sabemos lo difícil que es para ellos disfrutar de actividades de ocio cotidianas como ir al teatro o ir al cine. La mayor parte de nuestros pacientes con cierto grado de hipoacusia transitan por teatros y cines de sus ciudades para descubrir aquellos en los que se proyectan versiones originales con subtítulos o en los que existe una instalación de bucle magnético y funciona correctamente. Algunas estrategias personales para afrontar el estigma de la hipoacusia son el ocultamiento de la discapacidad o el desarrollo y potenciación de otras habilidades de comunicación. c) Estigma institucional: constituye, sin ninguna duda, otro gran desafío. ¿Pueden nuestros pacientes con hipoacusia hacer todos sus trámites administrativos fácilmente? La respuesta es no. La interacción con las instituciones y los sistemas sociales está lejos de ser fluida. Las personas con hipoacusia tienen problemas para entender a los funcionarios situados detrás de un mostrador que relatan instrucciones complejas sobre cómo rellenar formularios o peticiones, aunque recientemente se están haciendo esfuerzos por instalar bucles magnéticos fijos y portátiles en algunas instituciones públicas. Tampoco tienen facilidades en su periplo por el sistema de salud pública, en las consultas de atención primaria o en los hospitales, lo que incrementa exponencialmente su inseguridad y prácticamente les obliga a ir acompañados de personas normoyentes para poder realizar cualquier trámite. d) Estigma emocional: es claramente una consecuencia de todo lo anterior y de su impacto negativo desde el punto de vista psicológico y emocional. Sus manifestaciones pueden ser varias, aunque quizá las más descritas son la baja autoestima, la depresión, el aislamiento o la ansiedad social. Una vez más, los que trabajamos con la hipoacusia somos testigos ocasionales de este duelo y sus manifestaciones en forma de frustración, impotencia o sentimientos de inferioridad o incomprensión. A la vista de todo lo descrito, parece difícil que nuestros pacientes puedan desarrollar estrategias efectivas para hacer frente a un sinfín de situaciones que a todas luces parecen complejas. Britanny y Donald recopilaron esa información en su estudio preguntando directamente a los implicados sobre sus experiencias reales. Los investigadores diseñaron entrevistas cualitativas que permitieran a los entrevistados relatar sus experiencias, entre las que se registraron las del investigador principal, también hipoacúsico. Esta particularidad favoreció, según los investigadores, una interacción que eliminaba la barrera jerárquica entre entrevistador y entrevistado, y que ayudaba a asegurar que la percepción del estigma se entendía y se describía siempre desde el punto de vista del que la padece. En el estudio se entrevistó a 30 personas, 18 hombres y 12 mujeres, todos ellos con pérdida auditiva al menos moderada, y cuyas edades oscilaban entre los 18 y los 79 años. Tras la transcripción de las entrevistas y la organización de la información se describieron algunas estrategias para afrontar el estigma de la hipoacusia, que básicamente pueden desglosarse en dos grandes grupos: personales y globales. Entre las estrategias personales, cabe destacar las siguientes: a) Ocultamiento o revelación «selectiva»: como se ha mencionado previamente, algunas personas con pérdida de audición optan por ocultar su discapacidad, incluso durante toda su vida laboral. Aunque no es tarea fácil, a veces buscan sus recursos para hacerlo, tales como adaptarse audífonos de formato IIC, completamente insertados en el canal, acceder a puestos de trabajo en los que la interacción verbal con otras personas sea muy reducida o inexistente, o incluso, granjearse la amistad de un «ayudante» con audición normal al que «confiesan su pecado» para que les saque de los atolladeros cuando estos se presentan. Pero esta ocultación no se circunscribe exclusivamente al entorno laboral. Puede ser incluso que solo revelen su discapacidad en contextos específicos o a ciertas personas próximas de su entorno con las que se sienten cómodos y seguros. b) Desarrollo y potenciación de habilidades de comunicación: en cierto sentido, esta estrategia se encuentra en oposición con la anterior, por cuanto las personas con pérdida auditiva se esfuerzan en dar a conocer y desarrollar estrategias de comunicación efectivas para afrontar sus desafíos. Entre estas estrategias cabe incluir el aprendizaje de la lectura labial, la utilización de accesorios de conectividad u otros dispositivos y, sobre todo, la práctica de la comunicación clara y directa sobre sus necesidades auditivas, tanto en el ámbito laboral como en el ámbito personal, instruyendo a amigos, familiares y compañeros de trabajo sobre cómo comunicarse con ellos de manera más fructífera y funcional. c) Búsqueda de apoyo emocional: es la tercera y última de las estrategias personales descritas en el artículo y hace referencia a la exploración del entorno con el objeto de encontrar sinergias con otras personas con las que comparten experiencias similares. Aquí podrían incluirse grupos de apoyo presenciales o en línea, pequeñas asociaciones, páginas web, etc., cuyo contenido se publica en redes sociales y que constituyen foros de consulta, de consejo terapéutico o de divulgación de experiencias para mejorar la calidad de vida de los pacientes con hipoacusia. La atención a la diversidad y la concienciación sobre la discapacidad deben inculcarse desde el inicio, lo que apunta al sistema educativo como garante de la concienciación colectiva. Hasta aquí las estrategias de confrontación del estigma de la pérdida auditiva desde un punto de vista personal. Preguntando a los implicados sobre otras estrategias que podrían abordarse desde una perspectiva más global, se mencionan las siguientes: a) Educación y concienciación pública: la atención a la diversidad y la concienciación sobre la discapacidad deben inculcarse desde el inicio, lo que apunta al sistema educativo como uno de los primeros agentes responsables de la concienciación colectiva. Asimismo, las personas con pérdida auditiva que desempeñan profesiones con cierta visibilidad y responsabilidad pública o institucional, así como las organizaciones dedicadas a la salud auditiva en sus diferentes acepciones, pueden desempeñar un papel fundamental al compartir sus experiencias y ofrecer información precisa que permita combatir estereotipos y prejuicios. b) Promoción de la inclusión y los derechos de las personas con discapacidad auditiva: desde una perspectiva más estrictamente institucional, resulta de vital importancia promover políticas y medidas legislativas que preserven los derechos de las personas con hipoacusia. La responsabilidad institucional radica también en impulsar políticas de creación de entornos más accesibles y libres de discriminación, promoviendo los recursos necesarios en entornos sociales y laborales (señalética en instituciones públicas y centros educativos, inversiones en mejor aislamiento acústico de oficinas y aulas, instalación de sistemas de ayuda auditiva, etc.). El presente estudio pone de manifiesto que, sin lugar a dudas, las personas con pérdida auditiva sufren un estigma que se fundamenta en una «devaluación» que experimentan muchas personas con discapacidad. Y la cuestión es que el estigma afecta a la comunicación y a la interacción entre la persona con hipoacusia y aquella que no la tiene. Partiendo de estudios previos como el de Meisenbach en 2010, los autores consideran que explorar directamente las experiencias vitales de las personas con hipoacusia desde su propia perspectiva es una herramienta fundamental a la hora de entender su identidad y el estigma de su discapacidad. No obstante, también mencionan las limitaciones de su estudio, en el sentido de que la participación en la investigación fue completamente voluntaria y, por tanto, cabe la posibilidad de que los sujetos entrevistados no percibieran el estigma de su discapacidad de la misma forma que los que no participaron, por ejemplo, porque no se sentían cómodos haciéndolo. También consideran importantes otros factores que pueden afectar a las conclusiones como el grado de hipoacusia, las características socioeconómicas o culturales o, incluso, la edad, y promueven en sus conclusiones futuros estudios que contemplen el análisis de estos factores y su implicación en la percepción del estigma. La responsabilidad institucional radica también en impulsar políticas de creación de entornos más accesibles, promoviendo los recursos necesarios en entornos sociales y laborales. Aparentemente, la sociedad empieza lentamente a tomar conciencia de esta problemática. El 3 de Marzo se celebra internacionalmente el Día Mundial de la Audición y estos han sido sus objetivos de comunicación principales este año: 1. Llamar la atención sobre las mentalidades y las ideas erróneas frecuentes en el tejido comunitario y entre los proveedores de atención de salud con respecto a los problemas de oído y de audición. 2. Ofrecer información exacta y basada en la evidencia para transformar la manera como el gran público percibe los problemas de oído y de audición. 3. Exhortar a los países y a la sociedad civil a combatir las ideas erróneas y las posturas estigmatizantes respecto de la hipoacusia como paso crucial para lograr un acceso equitativo al cuidado del oído y la audición. En conclusión, está claro que las estrategias individuales servirán a cada persona con discapacidad para poder afrontar sus desafíos de cada día con mayor o menor efectividad. Pero, sin duda, son las estrategias globales las que contribuirán con determinación a la aceptación social, a la inclusión y, en resumidas cuentas, a avanzar con paso firme en el camino hacia la igualdad de oportunidades. Las estrategias globales son las que contribuirán a la aceptación social, a la inclusión y a avanzar en el camino hacia la igualdad de oportunidades. Fuente: Brittany N. Lash& Donald W. Helme (2020) Managing Hearing Loss Stigma: Experiences of and Responses to Stigmatizing Attitudes & Behaviors. Southern Communication Journal, 85:5, 302-215, DOI: 10.1080/1041794x.2020.1820562 CV Autor Myriam GonzálezAudióloga / Audioprotesista Licenciada en Pedagogía y Máster de Logopedia. Técnico Superior en Audiología Protésica. Especializada en Audiología Infantil y Evaluación de los trastornos del PAC en RV Alfa Centros Auditivos. Docente en el Máster de Audiología de la Universidad Europea Miguel de Cervantes.