FAQ’s #19
Autor: Sylvester Feijoo
Especialista Clínico & Marketing Internacional para EMEA
& LATAM. Otometrics (Natus Medical Incorporated).
El profesional de la audición usa estos equipos: impedanciómetro, audiómetro y potenciales evocados para poder ayudar al paciente en su diagnóstico sobre las hipoacusias.
Según la RAE, la hipoacusia es una «disminución de la agudeza auditiva». Se puede clasificar de acuerdo con varios criterios. Atendiendo al grado de pérdida de audición, puede ser leve, moderada o grave. Así, cuando se habla de hipoacusia unilateral es porque afecta a un oído. Si se detecta en los dos, es bilateral. Suele aparecer en torno a los 50 años, si bien el hecho de vivir en una sociedad ruidosa hace que la edad a la que se está experimentando actualmente sea cada vez menor.
También se puede clasificar de acuerdo con la parte del oído en la que tiene su origen. La hipoacusia neurosensorial afecta tanto al oído interno como al nervio auditivo. La hipoacusia conductiva por su parte se localizaría en el oído externo y medio. Se define como la patología que impide que las ondas sonoras lleguen al oído interno y, consecuentemente, al nervio auditivo. La hipoacusia mixta, combina las anteriores
En todo caso y sea cual sea su tipo, el audiólogo, en gabinete, es capaz de realizar la evaluación y detectar la clase de hipoacusia y su grado con los equipos adecuados. Una de las pruebas clave es la impedanciometría, que comprueba la elasticidad y la resistencia del oído medio a los estímulos sonoros. La realización de la prueba es tan útil como sencilla.
«Con equipos como el nuevo ZODIAC en cualquiera de sus tres versiones y conociendo los reflejos estapediales, los profesionales pueden hacer una valoración precisa del grado de hipoacusia, tanto si es transmisiva como neurosensorial», explica Sylvester Feijoo especialista Clínico & Marketing Internacional para EMEA & LATAM. Con la prueba de la timpanometría, que forma parte de la impedanciometría, el audiólogo genera variaciones de presión de aire en el canal auditivo que le permiten comprobar cuál es el estado del oído medio, la movilidad del tímpano (membrana timpánica) y de la cadena osicular, los conductores mecánicos del sonido a la cóclea y posteriormente al nervio auditivo.
El audiómetro, el equipo con el que se lleva a cabo la prueba tonal -Madsen Astera o Aurical Aud- y una buena logoaudiometría, completan el mejor diagnóstico de la hipoacusia. Gracias a ellos, los especialistas en audición son capaces de encontrar la solución adecuada en forma de implante coclear o bien, mediante el empleo de prótesis auditivas como los audífonos.
El grado de hipoacusia también se puede detectar con los equipos de potenciales evocados como ICS Chatr EP 200 o Bio Logic NavPRO ONE. La diferencia con los dos aparatos anteriores es que, en este caso, no se necesita la respuesta de los pacientes. «Con los equipos de potenciales evocados, las hipoacusias neurosensoriales se ven reflejadas en amplitudes mucho más pequeñas, mientras que las transmisivas lo hacen en las latencias, que son un retraso en el tiempo de la aparición de la onda quinta, la onda de la audición», explica Feijoo.
Así, con estos equipos, impedanciómetro, audiómetro y potenciales evocados, el profesional de la audición detecta las hipoacusias. «Interpretando los resultados, los audiólogos pueden discernir entre el tipo de hipoacusia que padece el paciente y cuál es la mejor solución. La ventaja de los equipos de Otometrics es su software, Otosuite, que conecta todos los aparatos durante la práctica de las pruebas, de manera que son más fáciles de llevar a cabo y más sencillas de explicar al paciente». Por otra parte, Otometrics ofrece formación continua al profesional, asesorándole cuando aparecen casos complejos, y también está especializado en la calibración de los equipos con el fin de mantener como el primer día la precisión de las mediciones.