Si bien se pueden padecer pérdidas de audición provocadas por ruido como resultado de una exposición única a un sonido extremadamente fuerte —como el disparo de un arma de fuego—, la pérdida puede también presentarse como consecuencia de exposiciones menos traumáticas pero repetidas a lo largo del tiempo.
Escucha con responsabilidad
La mayor parte de las investigaciones realizadas sobre pérdidas de audición provocadas por ruido se han centrado en las exposiciones prolongadas a ruidos en entornos industriales de trabajo.
Los expertos en audición advierten de que se pueden padecer pérdidas de audición como resultado de exposiciones a sonidos de volumen alto repetidas a lo largo del tiempo.
Aunque todavía no se han efectuado muchos estudios sobre el efecto de la exposición a grandes ruidos durante actividades de ocio, si escuchas música y otros sonidos con auriculares —tanto los que puedas conectar a tu iPod como a tu ordenador o a cualquier fuente de sonido— deberías adoptar algunas recomendaciones de sentido común.
Piensa en el volumen
No existe un ajuste de volumen único adecuado para todo el mundo. En realidad, puedes percibir distintos niveles de sonido en función de los auriculares que utilices, así como de los ajustes de ecualización.
Algunos expertos en audición recomiendan que se decida el volumen cuando estemos en un entorno tranquilo, bajarlo si no podemos oír hablar a los que nos rodean, evitar subirlo para aislarse en estancias ruidosas y, por último, no usar auriculares durante demasiado tiempo con un volumen alto.
Sé consciente del tiempo
También debes prestar atención al tiempo que dedicas a escuchar sonidos con un volumen alto. Recuerda que, con el tiempo, puedes acostumbrarte al volumen alto, por lo que no te darás cuenta de cuándo puede resultar nocivo para tus oídos.
Los expertos en audición advierten de que se pueden padecer pérdidas de audición provocadas por ruido como resultado de exposiciones a sonidos de volumen alto repetidas a lo largo del tiempo. Cuanto mayor sea el volumen, menos tiempo se necesita para dañar los oídos. Si oyes un pitido o escuchas hablar a los demás de forma apagada, deja de usar tus aparatos de sonido y acude a un especialista en audición.
Fuente:
Apple, Inc.