El Instituto Ida sostiene que la atención personalizada (PCC, Patient Centered Care), con participación activa de los pacientes y sus familiares en el proceso de toma de decisiones, incrementa notablemente la adherencia a los tratamientos en el ámbito de la salud. Este enfoque, respaldado por investigaciones y experiencias clínicas, mejora los resultados terapéuticos, eleva las tasas de cumplimiento y favorece, tanto la satisfacción de los pacientes, como la del personal que trabaja en salud.
Desde su fundación en 2007, el Ida Institute ha promovido este enfoque centrado en el paciente en el ámbito de la audiología.
La atención centrada en el paciente con la personalización de las intervenciones audiológicas se revela especialmente eficaz, como ya se ha mencionado en artículos anteriores en esta misma revista. Este enfoque está avalado por numerosos estudios que han concluido que factores como la empatía, la individualización y la participación activa en la toma de decisiones son más determinantes en el éxito de los audífonos que elementos como el precio o la comodidad del dispositivo. Cuando se abandona el uso de los audífonos, se alude menos a las dificultades técnicas y más a problemas como la desconfianza en el profesional, el estigma social y la falta de comprensión del dispositivo.
Estos obstáculos pueden abordarse de manera efectiva mediante un enfoque centrado en el paciente, ajustando el tratamiento propuesto a sus necesidades específicas y al estilo de vida de cada persona.
La «Atención centrada en el paciente» está avalada por numerosos estudios que concluyen que la individualización y la participación activa en la toma de decisiones son determinantes en el éxito de los audífonos.
La presentación de este caso tiene como objetivo subrayar la relevancia de una atención audiológica centrada en el paciente, que permitió en esta situación explorar intervenciones audiológicas sin limitarse por factores como la edad o el historial auditivo.

La implementación de este tipo de enfoque facilitó dejar a un lado los enfoques convencionales empleados hasta ese momento y personalizar la intervención de acuerdo con las necesidades y expectativas individuales del paciente.
Presentamos el caso de A.R, de 87 años con antecedentes de hipoacusia severa unilateral en el oído derecho, atribuida a un traumatismo ocurrido cuarenta años atrás, y presbiacusia de grado moderado en el oído izquierdo, en evolución durante los últimos cinco años. Este paciente, a pesar de su edad, mantenía una vida activa en los ámbitos familiar, social y laboral y era dueño de una empresa.
Acudió a consulta motivado por la insistencia de sus hijos, quienes habían observado una disminución en su capacidad para interactuar y participar en las actividades de su entorno, deterioro que se había vuelto particularmente notable en el último año. Su familia atribuía en gran medida esta situación al proceso natural de envejecimiento, aunque también habían advertido un aumento en la molestia provocada por el acúfeno, síntoma presente desde el traumatismo inicial, pero que hasta unos meses antes no había generado incomodidad significativa.
Cuando se abandona el uso de los audífonos se alude más a problemas como la desconfianza en el profesional, el estigma social o la falta de comprensión del dispositivo.

Hace cuatro décadas, no se recomendó al paciente el uso de un audífono en el oído derecho debido a limitaciones tecnológicas, en un momento en que la audición del oído contralateral era normal. Desde entonces, el oído derecho ha permanecido sin estimulación.
Hace cinco años, el paciente comenzó a presentar signos de presbiacusia en el oído izquierdo, con el cual había mantenido una audición funcional hasta ese momento. En la visita actual, se verificó que utilizaba un audífono RITE de alta gama, adaptado en el mismo período en que aparecieron los primeros síntomas auditivos en el oído izquierdo. Este dispositivo, ajustado con un adaptador estándar y con una antigüedad de aproximadamente cinco años, le había permitido escuchar adecuadamente hasta seis meses atrás, cuando se observó un descenso significativo en su rendimiento auditivo.
A lo largo de su vida, el paciente A.R. ha solicitado y cumplido en todo momento las recomendaciones de los especialistas. No se adaptó un audífono en el oído derecho tras el traumatismo cuando se desaconsejó la adaptación y posteriormente no tardó en adaptarse un audífono para el oído izquierdo cuando le fue prescrito.
Durante la anamnesis, el paciente señaló como motivo principal de consulta la necesidad de aliviar la molestia provocada por su acúfeno y, de ser posible, mejorar sus capacidades de comunicación, aunque manifestó escepticismo respecto a dicha posibilidad, dado que había acudido reiteradamente a su audiólogo sin obtener mejoría en los últimos seis meses y creía que su edad limitaba las opciones.
La familia expresó, asimismo, dudas sobre la posibilidad de mejorar su capacidad auditiva debido a la avanzada edad del paciente y al hecho de que, en los últimos seis meses, se le habían realizado varios ajustes en la programación del audífono sin lograr una mejoría en su percepción auditiva ni un alivio en la molestia del acúfeno.
Esta situación había llevado al paciente a reducir de forma progresiva su participación en la mayoría de las actividades sociales que anteriormente disfrutaba, sintiendo que su calidad de vida había disminuido.

Al efectuar las pruebas audiológicas y considerando tanto la avanzada edad del paciente como la falta de estimulación en el oído derecho durante los últimos 40 años, el audiólogo pensó centrar el estudio en el oído izquierdo. Además, el examen del oído derecho requeriría la aplicación de niveles elevados de enmascaramiento, extendería el tiempo de la prueba y de acuerdo a la recomendación sobre ese oído en el pasado, parecía improbable que dicho oído ofreciera resultados clínicamente relevantes.
Durante la anamnesis, al describir inicialmente el estado del oído derecho como «sin respuesta», el audiólogo informó al paciente sobre la opción del sistema Bicros. Sin embargo, esta alternativa fue rechazada categóricamente por el paciente, lo cual animó a la realización de un estudio audiológico completo para evaluar la posible existencia de restos auditivos en el oído derecho.
Los resultados del oído derecho mostraron una hipoacusia mixta de grado severo-profundo, con una discriminación máxima del 80%, lo que indicaba una funcionalidad superior a la esperada.
Se realizaron mediciones de Respuesta en el Oído Real (REM) con el audífono del paciente. Se obtuvo una medida REOR compatible con una adaptación abierta, al mantenerse la resonancia natural del conducto auditivo. La REAR mostró una ganancia reducida en todos los niveles de entrada. Las pruebas en campo libre indicaron una respuesta significativamente inferior a la esperada. Estos resultados fueron explicados al paciente y a su familia.

Inicialmente, el caso analizado parecía corresponder a una persona de edad avanzada que, enfrentando un proceso degenerativo global, acudía con el objetivo de mejorar en la medida de lo posible su situación auditiva.
Los hijos del paciente desconocían la existencia de una vida útil en los audífonos y la necesidad de que estos fueran renovados periódicamente para mejorar la audición de su padre a través de una nueva adaptación. Debido a un malentendido, cuando en su centro anterior les informaron de que no se podía hacer más para mejorar la audición, interpretaron que esta limitación era global, en lugar de comprender que se refería únicamente a la condición del audífono que estaba utilizando en ese momento.
Inicialmente, el caso parecía corresponder a una persona de edad avanzada que, enfrentando un proceso degenerativo global, acudía con el objetivo de mejorar en la medida de lo posible su situación auditiva, a pesar de contar con expectativas limitadas debido a la pérdida total de uno de sus oídos. No obstante, el paciente, se mostró emocionado durante el estudio al experimentar nuevamente la percepción auditiva en el oído derecho y sorprendido al comprobar que era capaz de comprender lo que el audiólogo le decía, por un oído que consideraba completamente perdido. Estos hallazgos animaron al audiólogo a abordar la adaptación desde otro enfoque.
Ante esta reacción, usando una atención centrada en el paciente, se habló con este y su familia. Se les reunió e informó de los resultados obtenidos; se explicó el potencial de mejora en el oído izquierdo mediante la adaptación de un nuevo audífono, que contribuiría a mejorar la comunicación y a mitigar el malestar asociado con el acúfeno. Asimismo, se les proporcionó información detallada sobre la situación del oído derecho, incluyendo los factores favorables y las limitaciones de intentar una adaptación en un oído que ha permanecido inactivo por más de 40 años. Se les orientó sobre los pasos a seguir en caso de proceder con esta opción, que incluirían una adaptación progresiva, entrenamiento auditivo para facilitar la integración de la nueva señal y se les dio a conocer la alternativa del sistema Bicros en caso de que el resultado no fuera favorable. El paciente manifestó interés en probar la opción de una adaptación bilateral.
Finalmente se realizó una adaptación bilateral con éxito. Se proporcionaron instrucciones precisas sobre cómo acostumbrarse al audífono del oído derecho, diseñando pautas de uso progresivo concretas. Tras dos semanas de uso en un paso inicial, se fue aumentando la ganancia para alcanzar los objetivos.
Seis semanas después A.R usaba los audífonos de ambos oídos once horas al día. Inicialmente en entornos ruidosos, la sensación de oír por el oído derecho era descrita por el paciente como muy elevada, excesiva. Tres semanas después de la adaptación, el paciente describió cómo el audífono había ido bajando, porque ya estaba cómodo en esas situaciones. El proceso de habituación y el entrenamiento auditivo dieron sus frutos y A.R toleraba el audífono de OD reconociendo el beneficio de la binauralidad. Se logró alcanzar la discriminación máxima posible en ambos oídos a 60 dB. En entornos ruidosos, el paciente describía fatiga a la exposición a esas situaciones si eran períodos largos, por la falta de costumbre del oído derecho.
Se analizaron las opciones y se le proporcionaron instrucciones para poder ajustar la ganancia del audífono del oído derecho a través del control de volumen. Mediante la lectura de los datos de uso de los audífonos se pudo constatar un descenso en la utilización del control de volumen con el paso de las semanas.

Con una atención centrada en el paciente, se le explica a este y a su familia el potencial de mejora de su audición mediante la adaptación; seis semanas después se consigue que la utilización de los audífonos sea de once horas diarias.
Como cabía esperar, una vez la adaptación fue la correcta, el paciente dejó de hablar de su acúfeno.
Ida Institute señala diversos beneficios clave del enfoque centrado en el paciente en la atención auditiva.
— Mejora de los resultados clínicos: este enfoque promueve una recuperación más eficiente, mejora el bienestar emocional y contribuye a una mayor calidad de vida para los pacientes.
— Incremento en la adherencia al tratamiento: la atención personalizada favorece una mayor disposición de los pacientes a seguir el tratamiento prescrito, lo que optimiza los resultados.
— Aumento en la satisfacción del paciente: al recibir un servicio alineado con sus necesidades individuales, los pacientes expresan niveles más altos de satisfacción y están más dispuestos a recomendar el servicio.
— Satisfacción del personal: un enfoque centrado en el paciente también beneficia al audiólogo, incrementando su satisfacción laboral y reduciendo la rotación de empleados, lo cual contribuye a un entorno laboral positivo.
— Beneficios para la organización: esta metodología reduce las reclamaciones, permite una mejor administración del tiempo y una mayor eficiencia en la prestación de servicios.

El enfoque centrado en el paciente promueve una recuperación más eficiente, una mejora del bienestar emocional y contribuye a una mayor calidad de vida.
Este caso podría haberse tratado como una simple renovación de audífono. No obstante, al abordarlo desde un enfoque centrado en el paciente, fue posible aplicar una estrategia libre de las limitaciones relacionadas con la edad y decisiones previas, lo cual permitió una atención personalizada y ajustada a las necesidades actuales del paciente.
Bibliografía:
Ida Institute. (s.f.). Our mission and story / Research and tools for person-centered care.https://idainstitute.com

Audióloga / Audioprotesista
CV Autor
Técnico Superior en Audiología Protésica.
Diplomada en Logopedia.
Habilitación Tinnitus & Hyperacusis Therapy MC.
Experta en Acúfenos e Hiperacusia, tratamiento TRT, en RV Alfa Centros Auditivos.
Docente en el Máster de Audiología. Universidad Europea Miguel de Cervantes.




