La Audiología moderna ha evolucionado significativamente a lo largo de las últimas décadas, siendo una disciplina fundamental para el diagnóstico y tratamiento de los trastornos auditivos. Desde sus inicios, se han logrado avances cruciales que han mejorado la comprensión de la fisiología auditiva y han transformado la manera en que se detectan, evalúan y tratan las pérdidas auditivas.
En este artículo, se exploran cinco publicaciones clave que recogen hitos significativos de esta evolución. Se presentan investigaciones pioneras, descubrimientos tecnológicos y enfoques clínicos innovadores que han marcado un antes y un después en la Audiología, relevantes no solo por su impacto en la práctica clínica si no por su contribución a la mejora de la calidad de vida de las personas con problemas auditivos.
Parece interesante que los audiólogos se adentren en la historia de su campo: conocer los hitos y los avances que lo han marcado ayuda a entender cómo se ha transformado la práctica a lo largo del tiempo. Esta perspectiva puede enriquecer la labor diaria e impulsar la curiosidad y el deseo de seguir explorando en el ámbito de la salud auditiva.
En orden cronológico, el recorrido empieza con la publicación del libro Clinical Audiometry de C.C Bunch en 1943. El manual marcó un punto clave en la Audiología. Antes de esta obra, la medición de la audición y el diagnóstico de la pérdida auditiva eran procesos poco estandarizados y dependían de una combinación de enfoques médicos. La publicación de este libro marcó el establecimiento de la Audiología como una disciplina clínica independiente. Es una obra fundamental pues aborda los principios y técnicas esenciales de la audiometría clínica, proporcionando una guía exhaustiva sobre el diagnóstico y la evaluación de los trastornos auditivos.
Clinical Audiometry marcó el establecimiento de la Audiología como una disciplina clínica independiente y es una guía exhaustiva sobre el diagnóstico y la evaluación de los trastornos auditivos.
Su autor, C.Bunch, dedicó su trabajo a desarrollar métodos más precisos para evaluar la audición humana. En un momento en el que los avances tecnológicos eran limitados, Bunch perfeccionó el uso del audiómetro. Clinical Audiometry no solo detalló cómo usar estos dispositivos, sino que también proporcionó una metodología rigurosa para interpretar los resultados obtenidos de las pruebas de audición.
Otra de las grandes aportaciones del libro fue su manera ordenada de tratar los diferentes aspectos de la pérdida auditiva. Explicaba cómo factores como la edad o el entorno pueden influir en las mediciones y estableció una clasificación de los distintos niveles de pérdida auditiva. Destacó la importancia de tener en cuenta las condiciones específicas de cada paciente.
Estos eran algunos de los contenidos del libro. Sorprende que, en una etapa tan incipiente del desarrollo de esta profesión, ya se aborden algunos de estos temas.
— Uso del audiómetro
— Efecto de la edad sobre los umbrales audiométricos
— Importancia de medir los umbrales en frecuencias por encima del rango audiométrico convencional
— Sordera ocupacional y traumática
— Progresión de la pérdida en la otosclerosis
— Sordera en aviadores
— Conservación de la audición en la industria
— Variaciones en los umbrales auditivos según la raza y el género
— Cálculo del porcentaje de pérdida para fines médico-legales

Parece interesante que los audiólogos se adentren en la historia de su campo: conocer los hitos y los avances que lo han marcado ayuda a entender cómo se ha transformado la práctica a lo largo del tiempo.
El analizar y categorizar la pérdida auditiva de forma detallada posibilitó ajustar los tratamientos a las necesidades individuales de cada paciente, especialmente en lo que respecta a la elección y ajuste de audífonos. Esto cambió por completo el proceso de rehabilitación auditiva de los pacientes tal y como se había entendido hasta ese momento.
En conclusión, Clinical Audiometry de Cordia C. Bunch no solo introdujo metodologías clave para la evaluación auditiva, sino que permitió que la profesión se posicionara como un campo independiente dentro de la medicina.

La segunda publicación alude a un avance significativo en la metodología de exploración y verificación de la funcionalidad del sistema auditivo: la «invención» de la audiometría verbal.
En diciembre de 1946, Raymond Carhart publicó «Tests for selection of hearing AIDS», en la revista «The laryngoscope».
Esta publicación marcó el comienzo de un enfoque más científico y estructurado en el estudio de la funcionalidad del sistema auditivo y en la prescripción y selección de audífonos. Antes de esta publicación, la selección de audífonos era en gran medida un proceso técnico basado en la amplificación pura. Carhart fue pionero en centrar su trabajo no solo en la amplificación del sonido, sino en cómo los audífonos podían mejorar la comprensión del habla, un aspecto crucial para la comunicación diaria de las personas con pérdida auditiva. Durante su trabajo en el Hospital General Deshon, Carhart desarrolló una metodología para evaluar la discriminación del habla con y sin audífonos en situaciones cotidianas, utilizando listas de palabras desarrolladas en el Laboratorio Psicoacústico de Harvard.


En su publicación introdujo dos pruebas clave para la selección y la evaluación de la adaptación de audífonos:
— Umbral de Recepción del Habla (Speech Reception Threshold, SRT): Carhart utilizó las palabras spondee (palabras de dos sílabas con énfasis en ambas sílabas) para medir el umbral de recepción del habla. El SRT se convirtió en una herramienta importante para evaluar la capacidad de los pacientes para entender el habla en diferentes niveles de volumen, vigente en la actualidad.
Carhart fue pionero en centrar su trabajo no solo en la amplificación del sonido, sino en cómo los audífonos podían mejorar la comprensión del habla.
— Prueba de Reconocimiento de Palabras (Word Recognition Testing, WRS): utilizó listas de palabras de una sola sílaba, conocidas como PB words (Phonetically Balanced Words), para evaluar cómo un paciente podía reconocer palabras presentadas a un volumen que superaba su umbral de recepción del habla. Esta prueba evaluaba la capacidad de los pacientes para percibir el habla con claridad a volúmenes más altos, lo que era crucial para ajustar la amplificación de los audífonos.
Así mismo, introdujo en su metodología pruebas de evaluación de eficiencia en ruido y pruebas de tolerancia.
El tercer artículo revisa la aparición de un avance tecnológico que finalmente ha cambiado el paradigma de abordaje de las hipoacusias severo-profundas. El artículo de André Djourno, Charles Eyriès y B. Vallancien de 1957 «Electric excitation of the cochlear nerve in man by induction at a distance with the aid of micro-coil included in the fixture» describe el primer intento exitoso de implante coclear en un ser humano, un hito histórico en el campo de la Audiología y la Medicina.
Djourno y Eyriès lograron estimular el nervio auditivo mediante un sistema rudimentario que utilizaba una microbobina implantada directamente en la cóclea. Los resultados fueron limitados, ya que el paciente solo podía percibir sonidos sin comprensión del habla. Sin embargo, fue un hito muy relevante en la historia de la rehabilitación auditiva, ya que la investigación demostró que la estimulación eléctrica directa podía generar sensaciones auditivas. Esto sentó las bases para el desarrollo del implante coclear, revolucionando el tratamiento de la hipoacusia profunda. El hallazgo impulsó décadas de investigación y condujo a la creación de los primeros implantes cocleares modernos, en constante evolución, desde el implante coclear monocanal desarrollado por William F. House en los años 60, hasta la creación del implante coclear multicanal en la década de los 70 por el Profesor Graeme Clark.

El siguiente artículo se centra en una de las aplicaciones clínicas más relevantes de la Audiología moderna. En 1967 Marion Downs publicó «A guide to newborn and infant hearing screening programs».
Este artículo marcó un antes y un después en la práctica de la Audiología pediátrica, impulsando la creación de programas de screening auditivo universal en recién nacidos, que se han convertido en una práctica estándar en numerosos países, incluido España desde 2003.
En los años cincuenta, Downs trabajaba en la Universidad de Denver e identificó la carencia de información y protocolos sobre la detección, evaluación y manejo de la pérdida auditiva en bebés y niños pequeños. Hasta ese momento, los niños con pérdida auditiva se diagnosticaban entre los tres o cuatro años, cuando se detectaba retraso en el desarrollo del habla. Los protocolos clínicos en aquel momento sugerían que no se debían adaptar audífonos antes de los dos años.
El cribado auditivo neonatal, impulsado por Marion Downs en 1967, transformó la detección temprana de la pérdida auditiva en recién nacidos y se ha convertido en una práctica estándar en numerosos países.
Durante una conferencia en la que Marion expresó la necesidad de adaptar tempranamente hablando de un «período crítico» para el desarrollo del lenguaje, Raymond Carhart mostró su oposición a esta idea, alegando que se podían dañar las neuronas no mielinizadas de los bebés. Marion, sin embargo, no estuvo de acuerdo y centró su trabajo en la demostración de que el diagnóstico y la intervención temprana eran esenciales para lograr mejores resultados.
En 1963, inauguró el primer programa de cribado auditivo a gran escala en recién nacidos y dedicó una parte muy importante de su carrera a convertir la identificación temprana de la pérdida auditiva en una prioridad médica y educativa.
En 1967 publicó el primer artículo en el que se propuso un protocolo de cribado universal. Proponía que este cribado se realizara en la maternidad días después de nacer y establecía conceptos como «criterios pasa – no pasa» y «derivar», vigentes en la actualidad.
Sus esfuerzos finalmente llevaron a la creación de los programas nacionales de Detección Temprana e Intervención en la Pérdida Auditiva (EHDI) en los EE. UU. que ahora propone que todos los niños nacidos con pérdida auditiva permanente sean diagnosticados antes de los tres meses y reciban intervención antes de los seis meses. El trabajo de Marion sentó las bases para programas similares en todo el mundo.
En 2024 la OMS publicó la última actualización de su guía de cribado neonatal: «Universal newborn screening: Implementation guidance». Casi 60 años después de que Marion Downs enunciara este principio, continúa siendo la base de la intervención en audiología pediátrica.
Finaliza este recorrido con el artículo titulado «Human Auditory Evoked Potentials: Possible Brain Stem Components Detected on the Scalp» de Jewett, Romano y Williston, fue publicado en 1970 en la revista Science. Representa un hito en la neurofisiología auditiva ya que reporta el primer registro de la respuesta auditiva del tronco encefálico (ABR).
Jewett et al. observaron cinco pequeñas protuberancias en los registros dentro de los primeros 10 milisegundos tras el inicio del estímulo. Estas ondas eran detectadas a través de electrodos situados en el cuero cabelludo. En la actualidad, conocemos estos picos observados como el registro de las cinco ondas clásicas de la ABR humana.
Estos potenciales mostraron latencias muy cortas, lo que sugería que se generaban en estructuras del tronco encefálico situadas a una distancia considerable del punto de registro. Las ondas evocadas presentaron detalles consistentes tanto dentro de un mismo sujeto como entre diferentes individuos, lo que indicaba una reproducibilidad significativa de los hallazgos.

La publicación demostraba que es posible registrar potenciales evocados auditivos originados en el tronco encefálico desde el cuero cabelludo, ampliando el conocimiento sobre la fisiología auditiva y abriendo la capacidad de evaluar funciones neurológicas profundas de manera no invasiva aun cuando el niño está dormido. Si el estímulo sonoro llega al cerebro, esos cinco picos aparecerán, lo que permite evaluar incluso a recién nacidos con relativa facilidad.
Cada avance en Audiología ha significado un paso más hacia tratamientos personalizados y efectivos para la pérdida auditiva.
En síntesis, se han revisado cinco publicaciones que han moldeado la Audiología moderna. Comprender estos hitos históricos permite a los audiólogos no solo apreciar la evolución de su disciplina, sino también reconocer las bases sobre las cuales se construyen las prácticas actuales.

Audióloga / Audioprotesista
CV Autor
Técnico Superior en Audiología Protésica.
Diplomada en Logopedia.
Habilitación Tinnitus & Hyperacusis Therapy MC.
Experta en Acúfenos e Hiperacusia, tratamiento TRT, en RV Alfa Centros Auditivos.
Docente en el Máster de Audiología. Universidad Europea Miguel de Cervantes.