Sorderas postnatales
Los programas de detección precoz de la hipoacusia neonatal no son suficientes para detectar todas las sorderas a lo largo de la infancia. Se impone, por tanto, desarrollar otras iniciativas dirigidas a la detección precoz de la pérdida auditiva postnatal, que debe considerarse como un importante problema de salud que precisa ser evaluado y tratado.
— Es muy recomendable realizar una valoración auditiva durante las revisiones de salud del lactante y en las siguientes edades: a los 2-3 años, a los 5-6 años, a los 7-8 años, a los 11-12 años, y a los 15-16 años, así como ante cualquier signo de alerta y/o sospecha observada por la familia o los cuidadores.
— La teleaudiología es una nueva herramienta que puede permitir la realización de un cribado auditivo postnatal efectivo y eficiente. Engloba tanto dispositivos audiológicos portátiles conectados a internet, como videoconferencias, plataformas, aplicaciones y encuestas en línea.
— La inteligencia artificial posibilitará y optimizará los procesos de cribado, el análisis y el tratamiento de datos para mejorar la prevención y diagnóstico precoz de la sordera postnatal.
— Al igual que otros programas de cribado poblacional infantil, el cribado auditivo posnatal debe ser incluido en la cartera de servicios de Salud Pública.
— Es fundamental que los servicios de diagnóstico y (re)habilitación estén disponibles y sean accesibles para la derivación de los niños que no superan el cribado auditivo. Asimismo, es necesario disponer de un sistema de seguimiento eficaz, con el fin de evitar la pérdida de casos en el proceso y comprobar que los casos detectados son atendidos de forma adecuada.
Signos de alerta
— Entre los 6 meses de vida y los 15 años, hay que observar si…
— No se asusta, ni altera con ruidos fuertes y repentinos.
— No responde con sonidos vocálicos cuando se le habla.
— No se orienta ni gira la cabeza ante voces o sonidos familiares.
— No juega con vocalizaciones, ni imita sonidos.
— No hace sonar juguetes u objetos a su alcance
— No reacciona a su nombre.
— No presta atención a los cuentos
— No atiende a las canciones infantiles, ni juega imitando los gestos que las acompañan.
— No dice papá/mamá.
— No señala objetos ni a personas familiares cuando se le nombran. No entiende instrucciones sencillas como «dame…», «toma…», «ven…» «di adiós…».
Entre los 2 y los 4 años
— No atiende a lo que se le dice si no está mirando a quien le habla.
— No nombra algunos objetos familiares.
— No hace frases de dos palabras.
— No progresa en las habilidades de habla y comunicación.
— No identifica de dónde provienen los sonidos.
— Se frustra fácilmente.
— Pregunta frecuentemente “¿Qué?”, “¿Eh?”…
Los programas de detección precoz de la hipoacusia neonatal no son suficientes para detectar todas las sorderas a lo largo de la infancia.

A partir de los 4 años
— Muestra hipersensibilidad a ciertos sonidos.
— Para la escucha y/o acercarse a una fuente de sonido, recurre preferentemente a uno de sus oídos.
— No conversa con otros niños.
— Solo su familia entiende lo que dice.
— Manifiesta problemas de conducta o dificultades sociales.
— Presenta retraso del aprendizaje y cambios en su rendimiento escolar.
— Manifiesta alteraciones en el lenguaje, hablado y/o escrito, que denotan una mala discriminación del habla.
— Refiere que oye la voz y otros sonidos de forma atenuada.
— Evidencia dificultad para oír sonidos agudos.
— Entiende mal las conversaciones en lugares ruidosos.
— Tiene problemas para entender conversaciones por teléfono.
— Hace repetir frecuentemente lo que se le dice.
— Pide a los demás que hablen más despacio, claro y/o alto.
— Sube el volumen de la televisión y de cualquier otro dispositivo electrónico.
— Se queja de percibir zumbidos en los oídos.
Fuente
Comisión para la detección precoz de la hipoacusia. Asociación Española de Pediatría, Sociedad Española de Otorrinolaringología y FIAPAS, 2024.




