Es hora de entrar de lleno en el objeto principal de nuestra profesión, y de ahondar en las particularidades del producto estrella de nuestros gabinetes: el audífono.
Nuestra labor diaria gira en torno a él, por lo que es imprescindible conocer a la perfección sus características y funcionamiento. Al igual que existen muchas formas de pérdida auditiva, existen diversos tipos de audífonos; pero todos comparten la misma función: ser dispositivos electrónicos que amplifican y cambian el sonido para permitir una mejor comunicación.
En esta primera entrega, nos volcaremos de lleno en explicar las peculiaridades de los Audífonos Intra Canal, alojados dentro del canal auditivo.
Antes de nada, para situarnos en el contexto del tema que nos ocupa, conviene echar la vista atrás y analizar la evolución que han tenido los audífonos a través de unas breves pinceladas históricas.
Es curioso ver cómo hace muchísimo tiempo ya se comenzaron a utilizar ayudas para resolver la pérdida de audición en los seres humanos.
REFERENCIAS HISTÓRICAS.
Ya en el Antiguo Imperio Romano se hablaba de unos artilugios con forma de lanza o trompeta que ayudaban a las personas que no oían bien. Estos instrumentos diseñados con forma de cuerno conseguían principalmente dos objetivos: acercar la fuente del sonido y concentrar toda la presión sonora en el canal auditivo del hipoacúsico de la época. Rudimentario pero efectivo.
Durante un largo periodo de tiempo no hubo demasiados avances en este sentido, aunque sí se produjeron algunos cambios en las formas y tamaños (camuflados en sillones, jarrones, etc.). Pero nada más, hasta que en los albores del siglo XX se aplicó la electricidad para crear equipos que transmitieran el sonido de forma más eficaz.
Estos avances, unidos a los éxitos conseguidos en la amplificación del sonido sin generar distorsión, consiguieron poner las bases de lo que actualmente conocemos como audífono.
Durante todo el siglo pasado fueron incorporándose adelantos electrónicos a estos primeros equipos como fueron las válvulas, los transistores, las baterías más pequeñas, etc. Lo que condujo a una miniaturización en la década de los 50. Los audífonos se empezaban a hacer más pequeños y a parecerse más a los actuales Retroauriculares.
Pero hasta la década de los 80, con la aparición de los circuitos integrados, no se pudo crear el primer audífono alojado por completo en el canal auditivo. Y hasta los años 90 no se fabricó el primer audífono realmente invisible (CIC o Pretimpánico).
Gracias a la digitalización de los componentes de los audífonos, desde mediados de la década de los 90 hasta la actualidad, hemos podido presenciar el surgimiento de gran diversidad de prótesis y prestaciones, que han aumentado la capacidad de procesamiento del espectro sonoro contribuyendo a generar una calidad acústica excepcional en nuestras prótesis actuales.
Avances, todos ellos, que no pueden quedar “en saco roto”, por lo que debemos formarnos y conocer el producto que manejamos a la perfección. Por ejemplo, ¿sabemos realmente cómo funciona?
FUNCIONAMIENTO BÁSICO
Queremos dejar claro cuáles son los componentes básicos de un audífono digital actual y su modo de funcionamiento. Más adelante, en siguientes ediciones de revista, iremos desgranando uno de sus componentes para explicarlos con más detalle.
Los siete componentes esenciales de un audífono son:
1. Micrófono
La Real Academia de la Lengua (RAE) lo define muy bien. Es un “aparato que transforma las ondas sonoras en corrientes eléctricas para su amplificación”, por lo que esta parte es el elemento primordial del audífono. Técnicamente es denominado transductor de entrada, y de su buen o mal funcionamiento influirá enormemente la calidad del sonido que reciba nuestro paciente. Por otra parte, existen varios tipos de transductores de entrada, como son los micrófonos electromagnéticos, electret…
2. Filtro Antialiasing Analógico/Digital
Es un elemento previo obligatorio a la conversión de la señal analógica que genera el micrófono en señal digital. Limpia la señal eliminando aquello que no es necesario o no es procesable, y que dificultaría la conversión añadiendo distorsiones molestas.
3. Conversor Analógico/Digital (A/D)
Este elemento es el gran avance de las últimas décadas de la humanidad. Supone poder transformar señales analógicas en señales digitales, es decir 0 y 1. Y de esta forma poder procesar las señales a nuestro antojo y prácticamente sin límites.
4. Procesador Digital de la Señal Acústica
También llamado DSP (Procesamiento Digital de la Señal), es el corazón de un audífono actual, ya que es donde se transforma la señal de entrada. Aquí radican todas las prestaciones de los audífonos actuales, en función de los logaritmos elegidos por cada fabricante sin olvidarnos que es el proceso donde, como en los antiguos audífonos analógicos, se amplifica la señal. También es el elemento indispensable donde se aplican los reductores de ruido, los localizadores del habla, antifeedback o direccionalidad… En suma, todas las prestaciones actuales de nuestros audífonos digitales.
5. Conversor Digital/Analógico
Una vez que la señal digital ha sido procesada por el DSP tenemos que volver a transformar estos 0 y 1 en una señal perceptible por un ser humano. Es decir, tenemos que transformar la señal digital en analógica.
6. Filtro Antialiasing Digital/Analógico
Es un elemento idéntico al Filtro Antialiasing Analógico/Digital pero en sentido inverso. Prepara la señal para que pueda ser enviada al transductor de salida.
7. Auricular
Técnicamente llamado transductor de salida es el último componente de los audífonos y al igual que el micrófono es el elemento que, según su funcionamiento, influye directamente en la calidad sonora que recibe nuestro paciente; ya que su función es la de transformar la señal eléctrica en presión sonora, que es lo que activa nuestro sistema auditivo.
8. Otros
No podemos olvidarnos de otros componentes opcionales, como son los pulsadores de cambio de programa, los controles de volumen, la bobina telefónica, los componentes inalámbricos, etc. No son imprescindibles para la audición pero ayudan y facilitan el manejo y la adaptación de los audífonos.
Por lo tanto, el esquema básico de funcionamiento de un audífono es el siguiente:
La presión sonora es convertida por el micrófono en una corriente eléctrica que es limpiada por el filtro antialiasing. Posteriormente el audífono transforma dicha señal en digital (0 y 1), que es procesada a nuestro antojo por el DSP y nuevamente enviada a un filtro antialisasing. A continuación se transforma de nuevo la señal digital en analógica y lo envía finalmente al auricular para convertirla en presión sonora, amplificada y procesada según las necesidades de nuestros pacientes.
Gráfico del funcionamiento
CLASIFICACIÓN DE LOS AUDÍFONOS
Existen en el mercado diferentes tipos de audífonos, según su funcionalidad y diseño. Los más conocidos son:
RETROARTICULARES
Son las prótesis que se alojan por detrás del pabellón auricular transmitiendo la señal procesada al canal auditivo de nuestros pacientes mediante un tubo acústico o cable. Dentro de esta tipología existen varios modelos distintos:
- Con molde acústico: Este modelo conduce la señal procesada por el audífono al canal auditivo mediante un tubo acústico que termina en un molde a medida de nuestro paciente que puede ser de muchas formas, tamaños y acabados, según las necesidades específicas que presente.
- Adaptación abierta: Es un modelo más reciente que el anterior, surgido a partir de la innovación de los antifeedback que permiten mantener el canal auditivo abierto sin oclusión. Aunque la señal se conduce mediante un tubo no es necesario utilizar un molde acústico, sino sólo una pequeña pieza estándar que permite mantener el tubo en el canal auditivo.
- Con el auricular en el canal: También llamados RITE, RIE… Son la última innovación en modelos retroauriculares. Este modelo se diferencia de los anteriores porque se extrae el auricular del bloque del audífono, manteniendo el resto de componentes (micrófono, batería, procesador, bobina…) detrás del pabellón y el auricular introducido dentro del canal mediante un cable. Esto permite tener una adaptación mixta de los modelos anteriores. Podemos amplificar más la señal sin problemas de retroalimentación, podemos mantener el oído completamente abierto, podemos reducir el tamaño del bloque del audífono haciéndolo más estético, el cable es mucho más fino que el tubo acústico mejorando la estética… De esta manera nos beneficiamos de las ventajas de los audífonos Retroauriculares y de los Intra al tener el auricular alojado dentro del canal. En definitiva este tipo de audífonos ha revolucionado el mercado actual. En la actualidad el 70% de los audífonos adaptados en España son de este tipo. Aunque la aparición reciente de nuevos audífonos intraauriculares está nivelando un poco la balanza entre Intras y Retros.
DENTRO DEL CANAL
Son aquellos adaptados con el bloque completo alojado dentro del canal auditivo. Este modelo, como el anterior, tiene varios subtipos:
Los que utilizan el pabellón auditivo:
También llamados audífonos concha en gran parte adaptados a pacientes con pérdidas auditivas severas, en donde necesitamos utilizar la concha del pabellón para ubicar un auricular y una batería más grandes; ya que si fueran alojados por completo dentro del canal no cabrían.
Alojados dentro del canal auditivo:
Son aquellos audífonos a medida que se alojan por completo en el canal auditivo de nuestro pacientes. Además, son más estéticos que los retroauriculares convencionales, salvo algunos RIE de algunos fabricantes.
Alojados por completo dentro del canal auditivo:
También llamados CIC o invisibles. Son idénticos a los anteriores pero todos sus componentes (auricular, batería…) son mucho más pequeños y pueden ser adaptados a un nivel más profundo dentro del canal auditivo, despareciendo prácticamente en su interior.
Alojados muy cerca del tímpano:
También llamados Pretimpánicos. La única variación con los CIC reside en su adaptación. Son prótesis que se alojan prácticamente pegadas al tímpano de nuestros pacientes.
OTROS
En esta última clasificación queremos englobar tres tipos de prótesis auditivas que, por sí mismas, podrían conformar una tipología. Sin embargo, por su bajo nivel de adaptación o por la poca influencia que nuestra profesión como audioprotesistas tiene en ellas, las vamos a considerar como otras adaptaciones. Esto no quita que debamos conocer a fondo las peculiaridades de cada una de ellas. Hablamos de los implantes cocleares, de los implantes osteointegrados y de las varillas auditivas, entre otros.
a) IMPLANTE COCLEAR: es un transductor que trans- forma las señales acústicas en señales eléctricas que estimulan la cóclea y, a su vez, el nervio auditivo. Estas señales eléctricas son procesadas a través de las diferentes partes de las que consta el implante coclear, y que se dividen en Externas e Internas:
Externas: micrófono, procesador y transmisor (no deja de ser un audífono como los anteriormente comentados).
Internas: receptor-estimulador (implantado por un otorrino en el mastoides) y electrodos (introducidos dentro de la cóclea por el otorrino).
Ambas partes (externa e interna) se ponen en contacto por un cable y un imán.
Como seguro que muchos de vosotros deseáis saber más sobre esta manera de ayudar a nuestros pacientes, os reemplazamos a que ampliéis vuestros conocimientos en nuestra siguiente revista, dedicada exclusivamente a los implantes cocleares
.b) Implante óseo (osteointegrado): son dispositivos electrónicos que se implantan total o parcialmente, mediante cirugía, con el fin de provocar vibración en la cadena osicular y así estimular el oído interno. Hay diferentes opciones: Soundbridge (BoneBridge), Baha®, Sophono, MET-Carina, Esteem… Será el otorrino el que valore cuál es mejor según sea la pérdida auditiva y el mayor o menor desarrollo de la cadena osicular y el grosor del hueso externo.
c) Varillas auditivas: pueden ser tanto de vía aérea como de vía ósea, y en ambos casos utilizan la varilla de una gafa convencional para alojar el bloque del audífono pudiendo utilizar como transductor de salida un auricular alojado en oído del paciente (varilla auditiva aérea) o un vibrador óseo (varilla auditiva ósea) que debe ser colocado con la mayor precisión posible en el mastoides para que mediante la vibración se estimule la cadena osicular y con ello el oído interno. Una opción más que recomendable que está completamente en manos de los audioprotesistas, y que es ideal para pacientes con vías óseas conservadas o con problemas de supuraciones u otras patologías de oído externo.
PARTES DE UN AUDÍFONO INTRA
Una vez que hemos definido esta tipología de audífonos, es conveniente echar un vistazo a su composición, para ver en detalle las partes de las que está compuesto.
FASE PLATE
Es la parte visible y más externa de este tipo de audífonos. En el Face Plate están alojados el pulsador multifunción, el control de volumen, el receptáculo del micrófono, el portapilas, el conector para programación… Es decir, todos aquellos componentes que debe manejar nuestro paciente.
BLOQUE
Es el área del audífono que agrupa todos los componentes (micrófono, placa base, auricular, bobina, etc.).
CÁPSULA
Es la pieza del audífono donde se alojará el bloque. Está hecha a medida del canal auditivo de nuestro paciente. En ella se adapta el conducto del venting, una prestación que elimina algunos efectos de oclusión y deja ventilar el canal auditivo evitando condensaciones.
FILTRO AURICULAR
Es la zona más cercana al tímpano de nuestro paciente y por donde sale el sonido emitido por el auricular, que se protege con una maya o especie de colador para que no llegue la cera al auricular y se obstruya.