En el número anterior de la revista profundizamos en los potenciales evocados auditivos de tronco cerebral (PEATC) y de estado estable (PEAee). Por lo que hoy le llega el turno a los corticales (CAEPs), que son respuestas eléctricas que se registran mediante electrodos colocados en la superficie del cráneo tras la presentación de diferentes estímulos sonoros. A continuación, conoceremos su tipología y aplicaciones clínicas en la práctica audioprotésica.
Consulta: ¿Qué información nos aportan los potenciales evocados auditivos corticales?
Respuesta del experto: Los potenciales evocados auditivos corticales o cognitivos (CAEPs), también denominados de latencia larga, se definen como sucesos bioeléctricos generados en varios niveles de la vía auditiva (tálamo y corteza auditiva). Las respuestas pertenecen al área temporal y témporo-parietal (Wood and Wolpaw, 1982) y proporcionan información sobre la funcionalidad e integridad de estructuras auditivas centrales; es decir, sobre el modo en que el cerebro interpreta y utiliza los sonidos. Se registran entre los 50 y 1400 ms.
Su objetivo es identificar los mecanismos neurales del procesamiento central auditivo. Se utilizan para registrar la detección y la identificación del sonido a nivel neural y para la valoración del efecto de la rehabilitación de personas con desórdenes de comunicación de origen auditivo. En su respuesta intervienen aspectos endógenos (atención) y exógenos (estímulo auditivo).
Los patrones de respuesta están determinados por la sincronía de la respuesta neural y el alcance de la activación neuronal tras la presentación del estímulo. La amplitud de cada componente representa la intensidad de la respuesta y la latencia el tiempo que transcurre entre la presentación del estímulo y la aparición de la respuesta bioeléctrica.
TIPOS DE CORTICALES
Existen diferentes tipos de CAEPs que proporcionan información sobre las habilidades del paciente para procesar el habla. Los más estudiados son P1-N1-P2, P300, el potencial de disparidad denominado Mismatch Negativity (MMN), N400 y P600. Varían en función del componente que investigan y requieren protocolos específicos.
P1-N1-P2
El complejo P1-N1-P2 reviste gran interés para la audiología ya que permite estimar el umbral de audición y la detección del sonido y sus componentes fonético-acústicos en una zona más central que la que evalúan los potenciales auditivos de tronco cerebral (Hyde, 1977). Se lo llama “potencial obligatorio” ya que su presencia corresponde a los primeros indicios de detección neural. No indica capacidad de discriminación, pero ésta no puede desarrollarse si no existe detección previa. El componente P1 del complejo aparece aproximadamente a los 50 ms siguientes a la presentación del estímulo. Es un complejo predominantemente exógeno dado que las características del estímulo afectan la forma de la respuesta. Sin embargo, también está influenciado por componentes endógenos como la atención, y su respuesta es más consistente cuando el paciente está despierto. Los generadores de la respuesta P1 se sitúan en la corteza auditiva primaria, mientras que los de la respuesta N1 y P2 lo hacen en la corteza auditiva primaria y secundaria. El componente P1 en la población pediátrica tiene mayor amplitud y latencia (150-250 ms), y se ve afectado por la maduración por lo que se considera un biomarcador de los cambios madurativos. Aunque no se trata de una prueba de discriminación, los cambios en el complejo P1-N1-P2 que se producen como consecuencia de cambios en la información acústica del estímulo reflejan la capacidad de una persona para discriminar el estímulo.
Mismatch Negativity
También llamado potencial de disparidad, se registra entre los 100 y 250 ms. Para su producción se presentan estímulos repetitivos según un modelo en el que se intercala un estímulo raro o poco frecuente con otros frecuentes. El registro de la respuesta es más evidente con el sujeto despierto y atento, aunque no es necesario que preste atención al estímulo.
P300
Este CAEP representa un nivel alto de procesamiento en la vía auditiva. Se registra mediante una onda positiva alrededor de 300 ms tras la presentación del estímulo y se genera en zonas auditivas y no auditivas del cerebro. Además, se relaciona con los procesos cognitivos de estímulos relevantes (frecuentes e infrecuentes) presentados de manera aleatoria donde el sujeto debe centrar su atención en el estímulo infrecuente (paradigma oddball). A diferencia del MMN, el sujeto debe atender al estímulo raro (infrecuente), por ejemplo, contando cuántos se presentan. La latencia y la amplitud de las ondas guardan relación con la facilidad para discriminar el estímulo diferente. Al igual que MMN este potencial está influenciado por diversos factores que comprometen su utilidad clínica.
N400/P600
Estos potenciales se han utilizado más en la investigación que en la clínica. Se basan en tareas de procesamiento semántico y sintáctico, utilizando palabras incongruentes en el contexto de una frase. El N400 aparece a los 400 ms tras la presentación de oraciones con incongruencia semántica, como por ejemplo: “el hielo está caliente” y el P600 se produce como consecuencia de errores en las reglas sintácticas.
APLICACIONES CLÍNICAS
Los potenciales P1-N1-P2 permiten estimar el umbral de audición aportando además información de la llegada del sonido al córtex auditivo. Tienen la ventaja de ser más rápidos que los ABR y se realizan en estado de vigilia. No obstante, su presencia no implica indemnidad de la vía auditiva completa, ya que sólo valora una pequeña parte. Su uso reviste gran interés para cuantificar los efectos de la amplificación con audífonos en el cerebro (Billings, 2013). Los estímulos se presentan a campo libre y la aparición del potencial contribuye a la verificación de los ajustes del audífono. Los CAEPs pueden registrarse también en usuarios de implante coclear, permitiendo objetivar los cambios en la maduración de la vía auditiva, valorar la programación, etc. No obstante, los audífonos y los IC introducen artefactos que pueden afectar la respuesta y deben ser tenidos en cuenta en los protocolos.
El interés clínico del MMN reside en la valoración de niños con dificultades de aprendizaje de origen auditivo o con alteraciones del procesamiento central auditivo. Permite evaluar de manera objetiva la discriminación de tonos y fonemas; y aunque todavía existen muchas limitaciones en su aplicación debido a la falta de especificidad y a la dificultad de visualizar la respuesta individualmente, promete ser una herramienta de valoración objetiva útil para identificar a niños con problemas en la discriminación de sonidos.
La utilidad clínica del componente P300 se asocia al estudio de la función auditiva en pacientes con alteraciones cognitivas y enfermedades neurodegenerativas, y también en la evaluación de habilidades de percepción auditiva específicas. Actualmente existen investigaciones sobre los componentes N400 y P600 para establecer su utilidad clínica en el diagnóstico audiológico y su relación con los procesos cognitivos auditivos superiores.