Cuestionario APHAB Abbreviated Profile of Hearing Aid Benefit
Utilidad y aplicación en el centro auditivo
Autor
Jesús Millán Moya
Técnico Superior en Audiología Protésica
El uso del cuestionario APHAB es una forma de objetivar y medir la percepción subjetiva del paciente en la adaptación de los audífonos, así como en los ajustes durante las posteriores revisiones periódicas.
Una de las pruebas que empleamos en Centro Auditivo Jesús, como parte de la adaptación de audífonos en nuevos usuarios y en aquellos más experimentados tras renovar las audioprótesis, es el Cuestionario APHAB o Abbreviated Profile of Hearing Aid Benefit.
Tal y como lo describe el organismo donde fue creado, el Hearing Aid Research Lab o HARL (entidad que surgió en 1984 bajo la dirección de la doctora Robyn Cox como parte del Centro para Iniciativas de Investigación y Estrategias Comunicativas para Discapacitados de la Universidad de Menfis o CRISCI), el APHAB es un cuestionario de 24 preguntas en el que los pacientes informan del grado de problema que experimentan en la comunicación o con el ruido en varias situaciones cotidianas.
El beneficio es calculado comparando la dificultad reportada por los pacientes en cada situación sin audífonos con la cantidad de dificultad en idénticas situaciones pero con el uso de los mismos.
El cuestionario APHAB proporciona puntuaciones en cuatro subescalas que son: facilidad de comunicación (EC o Ease of Communication), reverberación (RV o Reverberation), ruido de fondo (BN o Background Noise) y ruidos molestos (AV o Aversiveness)1.
Este cuestionario es una versión reducida del PHAB, que es un estudio que contiene 66 preguntas, puntuadas en siete subescalas, y que se utiliza con el mismo objetivo que el APHAB y en las mimas circunstancias.
El uso de estos cuestionarios es una forma de objetivar y medir la percepción subjetiva del paciente, y nos orienta a la hora de realizar los ajustes pertinentes en los audífonos durante las revisiones periódicas.
La eficacia del PHAB ha quedado más que demostrada y aceptada por parte de la comunidad científica mediante varios estudios y por ello se decidió, como citan los autores Juan Cifre-Astorga, Josefa Isabel Benlloch-Fornés y Joaquín Vidal-López, abreviar estos cuestionarios sin menoscabar información surgiendo una versión abreviada denominada APHAB (Coz y Alexander, 1995). (2018:209, Actas XII Congreso de la Asociación Española de Audiología)2.
El cuestionario APHAB
Nuestro formulario de anamnesis incluye el cuestionario APHAB traducido al castellano, de modo que es una de las pruebas que realizamos a todos nuestros pacientes que usan o usarán audífonos.
Este no solamente nos es útil para comparar el grado de dificultad que experimenta la persona con y sin audífonos, sino que también nos permite comparar el grado de dificultad que experimenta con el audífono que ya porta la persona con uno nuevo, o una adaptación con otra diferente en el mismo dispositivo.
Esto es muy útil porque en ocasiones los usuarios nos proporcionan información confusa, contradictoria o poco veraz, pero el test empleado en el momento idóneo nos va a permitir cuantificar de forma más objetiva estas percepciones, que no dejan de ser subjetivas.
La información obtenida (que hay que interpretar) nos permitirá conocer dónde podemos mejorar o realizar cambios concretos para disminuir el grado de dificultad en la comunicación de nuestros pacientes en los audífonos y el grado de beneficio que le están reportando a los usuarios las decisiones que hemos tomado a la hora de adaptar las audioprótesis.
El cuestionario, en nuestro caso, lo realizamos generalmente cuando al nuevo usuario ya se le han adaptado sus audífonos y los ha utilizado correctamente siguiendo nuestras pautas durante unos días.
Tras la primera adaptación solemos citar a la persona a la semana o a los pocos días (en función de las características del paciente) y en esa segunda revisión es cuando realizamos el test.
Este requiere para su finalización unos 10 minutos y nos proporciona información, que nuestra experiencia nos ha demostrado, puede ser también útil mostrar al usuario, explicándole los resultados para que vea por sí mismo el grado de mejoría (a través de los gráficos obtenidos).
A continuación aparecen tres casos concretos de pacientes reales y bajo diferentes circunstancias, donde analizamos los resultados obtenidos y posibles modificaciones que podríamos implementar.
Caso 1. Ficha Técnica
DATOS
Hombre de 72 años.
Pérdida auditiva asimétrica de tipo neurosensorial.
OD Pérdida Moderada de Grado II (65 dBHTL).
OI Pérdida Leve (38 dBHTL).
Logoaudiometría:
DMáx. OD=100% a 70 dBHTL
DMáx. OI= 100% a 100dBHTL.
Logoaudiometría binaural en campo libre: DMáx.=100% a 75dBHTL. Gráfico comparativo del «porcentaje de problema» obtenido sin audífono, con audífono y el «porcentaje de beneficio» (diferencia del porcentaje sin audífono menos el porcentaje con audífono) en cada subescala del paciente del caso 1.
ANAMNESIS
Este paciente consideraba que solo necesitaba una adaptación monoaural porque por su experiencia, comparando la audición de cada oído individualmente, pensaba que el OD oía bien (al menos mejor que el OI).
Por ello, no quería utilizar dos audífonos (de hecho estuvo varios años dudando porque siempre le intentaban hacer ver que necesitaba dos, pero él creía que era únicamente una decisión comercial).
En este caso dejamos abierta la puerta a la adaptación de un segundo audífono según los resultados que obtuviéramos con una adaptación monoaural inicialmente, haciendo que él mismo fuera consciente de la diferencia entre el uso de uno o dos, ya que, por los resultados durante el estudio auditivo especialmente la logoaudiometría binaural en campo libre), estábamos convencidos de que lo ideal sería usar dos.
Después de una semana con un único audífono en OI los resultados del cuestionario APHAB fueron los que se muestran a continuación.

Gráfico comparativo del «porcentaje de problema» obtenido sin audífono, con audífono y el «porcentaje de beneficio» (diferencia del porcentaje sin audífono menos el porcentaje con audífono) en cada subescala del paciente del caso 1.
El grado de dificultad para comunicarse en ambientes de fácil comunicación (EC) sin audífono era del 31,2% y con audífono del 20,7% (es decir, el grado de dificultad cayó u obtuvo un beneficio del 10,5%); en ambientes reverberantes (RV) pasó del 45,8% al 29% (beneficio del 16,8%); en ambientes con ruido de fondo (BN) fue del 56,2% al 45,7% (beneficio del 10,5%); para sonidos molestos (AV) pasó de un 45,8% a un 70,7% (en lugar de mejorar, realmente empeoró un 24,8%); y de forma global obtuvo un beneficio del 12,6%.
Estos datos, en primer lugar, nos hacen ver que el paciente se encuentra incómodo en presencia de sonidos de alta intensidad y tendríamos que hacer las pertinentes modificaciones en la adaptación del audífono.
Pero también nos permiten ver que el grado de mejoría no ha sido del todo bueno, porque este no ha superado el 17%.
Esto fue utilizado como dato objetivo para hacerle ver al paciente que realmente, a pesar de lo que él consideraba, necesitaría tratar los dos oídos y, por lo tanto, para obtener un grado de beneficio verdaderamente alto sería recomendable una adaptación binaural.
Finalmente, el paciente accedió a la prueba y los resultados obtenidos mostraron un grado de mejoría bastante más alto que con una adaptación monoaural.

Gráfico comparativo del «porcentaje de problema» obtenido con un audífono, con dos audífonos y el «porcentaje de beneficio« (diferencia del porcentaje con un audífono menos el porcentaje con dos audífonos) en cada subescala del paciente del caso 1.
Tras realizar los cambios pertinentes en el audífono del OI y adaptar el del OD, se comprueba que el beneficio global ha pasado de un 12,6% a un 33,6%; en ambientes de fácil comunicación pasamos de un beneficio del 10,5% al 28,3%; en ambientes reverberantes del 16,8% al 22,8%; en ambientes con ruido de fondo del 10,5% pasamos al 49,7%; y en presencia de sonidos molestos pasamos de empeorar a mejorar un 20,8%.
En estos casos, el cuestionario no solo nos ayuda a hacer una adaptación más precisa, sino que refuerza nuestro mensaje y nos da credibilidad frente al paciente, haciéndole ver que el hecho de insistir en una adaptación binaural no es fruto de una decisión meramente comercial, sino que es lo que verdaderamente le da un beneficio mayor.
Caso 2. Ficha Técnica
DATOS
Hombre de 28 años.
Pérdida auditiva simétrica mixta.
OD Pérdida Moderada de Grado II
(67 dBHTL).
OI Pérdida Severa de Grado I (78 dBHTL).
Logoaudiometría:
DMáx. OD=100% a 100 dBHTL.
DMáx. OI= 90% a 100dBHTL.
Pérdida auditiva sin tratar desde la infancia. Intervenido quirúrgicamente varias veces en oído medio y en CAE.
ANAMNESIS
En este paciente el objetivo del cuestionario fue comparar también el grado de beneficio que obtenía después de una semana de uso de los primeros audífonos que utiliza en su vida.
En este caso los resultados fueron radicales, porque sin audífonos estaba absolutamente aislado y la comunicación era nefasta o inexistente.
Este es un caso bastante particular, y obtuvimos valores muy buenos, ya que pasaba de escuchar a no escuchar, con y sin audífonos respectivamente.

Gráfico comparativo del «porcentaje de problema» obtenido sin audífonos, con audífonos y el «porcentaje de beneficio» (diferencia del porcentaje sin audífonos menos el porcentaje con audífonos) en cada subescala del paciente del caso 2.
En situaciones de fácil comunicación (EC) pasa de un grado de dificultad del 93% a un 1% (beneficio del 92%); en ambientes reverberantes (RV) va del 97% al 6,5% (beneficio del 90,5%); en ambientes con ruido de fondo (BN), del 99% al 21% (beneficio del 78%); y en presencia de sonidos molestos (AV) pasa del 35,8% al 15,3% (beneficio del 20,5%), obteniendo un beneficio global en una primera semana de adaptación del 86,8%.
En este paciente, en vista de los resultados obtenidos, pensamos que podríamos intentar mejorar los valores para la comunicación en presencia de sonidos molestos, pero se decidió no modificar nada en ese momento por las características del paciente, de la adaptación, del tiempo que ha estado sin tratar, del entorno laboral y de otras circunstancias.
Caso 3. Ficha Técnica
DATOS
Mujer de 69 años.
Pérdida auditiva simétrica de tipo neurosensorial.
OD Pérdida Moderada de Grado I
(58,75 dBHTL).
OI Pérdida Moderada de Grado I
(55 dBHTL).
Logoaudiometría:
DMáx. OD=100% a 100 dBHTL.
DMáx. OI= 90% a 80dBHTL.
Pérdida auditiva progresiva que apareció hace más de 15 años y fue tratada mediante audífonos hace 11 años.
Se le adaptan nuevos audífonos porque no encuentra beneficio con los antiguos, que se encuentran en muy mal estado.
ANAMNESIS
En esta paciente se realizó el cuestionario APHAB para comprobar el grado de mejoría o beneficio obtenido con los nuevos audífonos en comparación con los antiguos. Los resultados fueron los que se observan en las gráficas siguientes.
Durante el estudio auditivo se observó que podría darse la presencia de reclutamiento especialmente en OI (y así se confirmó), ya que en la logoaudiometría alcanzaba un 90% de inteligibilidad como máximo a 80 dBHTL, pero esta decrecía a partir de este punto conforme aumentaba la intensidad sonora. Esto nos hace plantearnos posibles problemas en presencia de sonidos especialmente altos, lo cual se tuvo en cuenta en la adaptación.
De hecho, uno de los problemas que venía experimentando con los audífonos antiguos era molestias para determinados sonidos altos y así se refleja en los datos obtenidos para ese audífono (CIC Old).

Gráfico comparativo del «porcentaje de problema» obtenido con los audífonos CIC antiguos, con los audífonos CIC nuevos y el «porcentaje de beneficio» (diferencia del porcentaje con los audífono antiguos menos el porcentaje con los nuevos) en cada subescala de la paciente del caso 3.
En este caso en concreto se realizó el cuestionario después de un mes de adaptación por diversos motivos que impedían a la paciente acudir antes al centro.
Así, después de este tiempo de uso observamos que el grado de beneficio obtenido de forma global es del 63,1%, cayendo el nivel de dificultad en ambientes para fácil comunicación (EC) de un 95% a un 13,2%, en ambientes reverberantes (RV) del 72,7% al 27%, en ambientes con ruido de fondo (BN) del 78,5% al 16,8%, y en presencia de sonidos molestos (AV) pasa de un 58,2% a tan solo un 1% de dificultad con el nuevo audífono, obteniendo unos porcentajes de beneficio del 81,8%, 45,7%, 61,7% y 57,2% respectivamente.
En presencia de sonidos molestos precisamente, tras haber tomado las medidas oportunas para evitar problemas por la presencia de reclutamiento, conseguimos un beneficio muy alto, al igual que de forma general en la adaptación.
Conclusiones
El cuestionario APHAB es muy útil en el centro auditivo por diversos motivos. Uno de ellos es que el usuario puede ver gráficamente el grado de beneficio obtenido con el uso de audífonos, lo cual permite reforzar nuestro mensaje y las propuestas audioprotésicas que le planteamos en vista de las necesidades.
Todo esto ayuda también a que el grado de satisfacción de los pacientes sea más alto, porque ellos perciben su mejoría, ven que las decisiones que tomamos en la adaptación dan buenos resultados, y esto es especialmente importante en aquellos pacientes que dudan, que son más desconfiados, o que no terminan de estar convencidos del problema y las necesidades que pueden tener.
Realizar el cuestionario no requiere más de 10 minutos y es verdaderamente eficaz si se utiliza e interpreta correctamente.
Bibliografía
(1). Our history. (S.F.). Hearing Aid Research Lab (HARL): Our history.Memphis, EE.UU.: harlmemphis. Recuperado de http://harlmemphis.org/index.php/about/ our-history/
(2). Cifre-Astorga J., Benlloch-Fornés J.I. y Vidal-López J. (2016). Beneficio a largo plazo del uso de prótesis auditivas. Actas XII Congreso de la Asociación Española de Audiología, Investigación y Práctica Clínica en Audiología, (209). Madrid, España. AEDA.

Jesús Millán Moya
Técnico Superior en Audiología Protésica
Propietario y Director Técnico de Centro Auditivo Jesús en San José de La Rinconada