Este estudio refleja de forma muy breve el proyecto de fin de estudios del técnico audioprotesista Ubaldo Moreno. El artículo refleja, en primera persona, su experiencia y su interés por el comportamiento de los usuarios de audífonos, un campo poco explorado dentro del sector, del que apenas hay información. El estudio se llevó a cabo analizando unas variables concretas sobre 50 casos de pacientes reales.
PALABRAS CLAVE: Audífonos, conducta, usuarios, comportamiento, personalidad.
INTRODUCCIÓN Y PLANTEAMIENTO
Tras más de quince años de experiencia en la adaptación de audífonos, siempre me llamo la atención cómo la gran mayoría de los pacientes que acuden a un centro auditivo se han desarrollado como personas siendo normoyentes, y cómo por el paso de los años, en su gran mayoría, o por otras circunstancias acaban padeciendo un déficit auditivo que les afecta en mayor o menor grado.
Cada uno de ellos acude al gabinete por causas similares, indicando que su audición ya no es como era, pero sin embargo a cada uno de ellos les afecta de una manera diferente. También es distinta la forma en la que afrontan este conflicto, con la consabida repercusión que tiene sobre sus relaciones sociales y sobre sí mismos; así como también es diferente la manera en que deciden, o no, ponerle solución, y cuanto tiempo necesitan para adaptarse a ello.
Más allá de los comentarios típicos como “el paciente hipoacúsico se vuelve desconfiado” o “el sordo se aísla progresivamente”, apenas hay información sobre el comportamiento de estos pacientes, sobre sus rasgos de personalidad o sobre su conducta; y esto es precisamente lo que quería estudiar.
Pronto me encontré con el hándicap de que apenas había información al respecto, puesto que no hay estudios que unan la psicología con la hipoacusia, y yo tampoco podía hacer mucho más, pues soy audioprotesista, aunque siempre me interesó el terreno psicológico y terapéutico. Así que no me desanime y gracias a mi inquietud personal, que también era una necesidad, me plantee lo siguiente:
Punto 1º: Busqué información sobre clasificaciones de personalidad, rasgos de comportamiento y sus autores, para estudiar y conocer un poco más un terreno que era nuevo para mí.
Punto 2º: Basándome en lo anterior, elaboré unos criterios de clasificación, que tuviesen que ver con la realidad del día a día en un gabinete auditivo.
Punto 3º: Apliqué los puntos 1º y 2º a la práctica, seleccionando 50 casos reales de personas adaptadas, e intente llegar a algunas conclusiones, siempre teniendo claro que este trabajo no pretendía ser extensivo ni generalista, sino sólo pretendía observar lo que había sucedido en estos 50 casos.
CRITERIOS DEL PROYECTO
*Nota: Dada la extensión del artículo, se omite toda la parte relacionada con el punto 1º anteriormente citado, así como su justificación y repercusión en el punto 2º, que sí aparece en el proyecto original.
Pérdida Auditiva
Valoré en qué situación acudió el paciente al gabinete con respecto a su deficiencia auditiva, y establecí dos respuestas: “le afecta”, para quienes manifestaron preocupación y “lo tolera” para quienes no manifestaron gran apuro por su audición.
Tiempo
Establecí las categorías “rápido” y “lento”, para valorar si la decisión de probar unos audífonos fue espontánea o ya venían con esa intención; o si por el contrario se tomaron un tiempo o necesitaron de más de una visita al gabinete para tomar la decisión.
Criterio de decisión
Aquí me basé en dos opciones: “técnico” para las personas que tienen más tendencia a entender los aspectos técnicos de la adaptación para tomar la decisión, y “práctico”, en oposición a estos, para los que se basan más en la atención recibida, en la empatía con el audioprotesista o en otros aspectos como en su cercanía al gabinete.
Grado de satisfacción
En este apartado utilicé tres variables: “alto”, “indiferente” y “bajo”. Este punto era muy difícil de valorar, y en cualquier caso no quería basarme en el aspecto técnico de la adaptación sino en cómo los pacientes percibían el beneficio del uso de audífonos en su día a día, y así lo manifestaban en el gabinete.
Otras variables
Me interesaba también distinguir las personas que, después de un tiempo, hablaban de otras cosas aparte de los audífonos y generaban relación, así como de los pacientes que basaban las visitas con el audioprotesista básicamente en la adaptación; y el punto intermedio entre estos, que son las personas que hablaban un poco de todo, pero de forma coloquial, sin llegar a profundizar. Con lo cual nombré “sí” a los primeros, “no” a los segundos y “normal” a los terceros.
DESARROLLO
Grupos de trabajo
Con los criterios anteriormente expuestos fui clasificando cada una de las fichas correspondientes a los 50 pacientes y para estudiarlo decidí crear grupos de trabajo: primero separando por edad y sexo, luego agrupándolos por sexo y finalmente tratándolos a todos como un único grupo, quedando la distribución así:
Grupo 1: Mujeres de 40 a 59 años (11 casos).
Grupo 2: Mujeres de 60 a 75 años (13 casos).
Grupo 3: Hombres de 40 a 59 años (12 casos).
Grupo 4: Hombres de 60 a 75 años (14 casos).
Grupo 5: Mujeres de 40 a 75 años (24 casos).
Grupo 6: Hombres de 40 a 75 años (26 casos).
Grupo 7: Mujeres y hombres de 40 a 75 años (50 casos).
Resultados por grupos de trabajo
*Nota: Dada la extensión del artículo, se adjunta únicamente lo más relevante en cada caso, omitiendo el resto que sí aparece en el proyecto original.
Grupos del 1 al 4:
Destaca la toma de decisión “rápido” por parte del grupo de mujeres de más edad.
En el grupo de hombres de más edad sobresale “lo tolera”.
En oposición a estos dos grupos, en los dos grupos de menos edad tanto de hombres como de mujeres predomina más la variable “le afecta”.
En los grupos de más edad, los hombres asumen mejor la hipoacusia como consecuencia del paso del tiempo, y frente a esto las mujeres parecen más seguras, pues deciden más rápido a la hora de ponerle solución.
En los grupos de menos edad se observa que están más afectados por la hipoacusia, y podemos interpretar que ésta la padecen de forma precoz y les supone mayor hándicap que a los grupos de más edad, que tienen más asumido el deterioro progresivo de las facultades físicas.
Grupos 5 y 6:
Predominio de la decisión “rápido” por parte de las mujeres, mientras que en los hombres está más equilibrado, aun siendo la mayoría “lento”.
El perfil “técnico” decide “lento” en todos los casos, y está prácticamente presente en el grupo de hombres, siendo casi inexistente en el de mujeres.
El perfil “técnico” es muy significativo en los hombres, y esto conlleva una decisión más lenta, siendo éste el punto más significativo en la diferencia con el grupo de mujeres, pues ellas parecen basarse o mostrarse más sensibles frente a otros criterios.
Grupo 7:
Al tratarlos a todos dentro de un mismo grupo la tendencia en la conducta se estandariza bastante y, en general, podemos decir que son personas que les afecta su déficit auditivo y que necesitan un tiempo para tomar la decisión al respecto. Los aspectos técnicos de las adaptaciones no son los factores más relevantes a la hora de afrontar la decisión del uso de prótesis o no; y en general dan una valoración positiva al uso de audífonos. Con respecto al criterio de si utilizan otros temas de conversación, los resultados no indican una tendencia dominante, con lo cual podemos pensar que, en estos casos estudiados, la hipoacusia no es un factor determinante en el grado de implicación en las relaciones sociales.
DESARROLLO
Como hemos visto a lo largo del estudio, cada persona es única, así como su comportamiento, su forma de vivir y sus experiencias. Cierto es que frente a la dificultad de padecer hipoacusia se normalizan algunas formas de su conducta en lo que respecta a cómo deciden actuar sobre ella, y en este caso frente al uso de audífonos. Pese a esto no debemos olvidar que como personas diferentes que son, en cada caso tendremos que adaptarnos a su realidad individual.
Siento que es importante darles una solución u orientación respecto a su déficit de audición, no únicamente desde el punto de vista técnico o protésico (esto ya sabemos, en mayor o menor grado, y cómo hacerlo dependiendo del caso), sino también desde el punto de vista humano, que se sientan tratados como personas que están siendo tenidas en cuenta como tal.
Mi conclusión final es que este proyecto podría ser un interesante punto de partida para un estudio riguroso sobre lo que planteo, que se llevase a cabo conjuntamente con los pacientes, y en el que el tiempo dedicado y el número de participantes fuese mayor. Todo ello abordado por un equipo multidisciplinar de profesionales. El haber hecho este estudio ha sido un trabajo muy interesante a nivel personal, en el cual he puesto mucha ilusión y empeño; y he podido descubrir otra parte muy interesante de esta profesión que es la audioprótesis.
Bibliografía
“La Psicología del Rostro” de Mauricio Xandró.
“Temperamento y Carácter” de Ramón Fuster.
Artículos:
“Clasificación y diagnóstico en los trastornos de personalidad” de J.M.Menchon.
“Clasificación de la personalidad” de Mayuri Echevarría.
“La Personalidad” de la Fundación Canfranc.
“Tipos de Personalidad” del Proyecto Pv.
“Manual de Patología General”.
“La Personalidad” de Datacraft.
“Clasificación de la personalidad y sus trastornos” de la revista de Estudios Sociales.
“Tipología Corporal y Temperamentos”.
“Jung y le Senne” de Sandra María Cerro.
“Los 4 Temperamentos” del Centro MonteSobaneres.
“El Temperamento” de Monserrat Molina Vives.
“La Personalidad” de la Filosofía Fácil.
“La Tipología de Jung” de Pablo Martínez Vila.
“Tipos psicológicos” de Myers Briggs.
“Tipos de personalidad según Renato Le Senne” de Cineteca 2010.
“La introversión y extroversión según las teorías de la personalidad”.
“Le Senne, escuela con cerebro” de Esther Astudillo.
“Relevancia de algunos conceptos y arquetipos de C.Jung” de Ana Mª Hertogue.
“La sombra y su integración psicológica” de Ángel Almazán.
“Por el sendero de Jung” de José Francisco Zamorano.