Autor: Dr. Serafín Sánchez
El conocimiento de los implantes cocleares se ha extendido entre los profesionales del sector sanitario y entre la población, pero ¿qué es exactamente un implante coclear? ¿Cómo puede ayudar en su día a día a los afectados por una pérdida auditiva? ¿Es recomendable para todas las hipoacusias? Profundizamos en esta alternativa que contribuye a mejorar la calidad de vida de muchas personas.
El implante coclear es un dispositivo electrónico utilizado para reemplazar la función de determinadas áreas anatómicas lesionadas situadas en el oído interno. Proporciona al paciente la capacidad auditiva adecuada para integrarse en el mundo sonoro y adquirir unas habilidades auditivas que le permitan comunicarse con un lenguaje oral.
En las personas con audición normal, el sonido ingresa por el conducto auditivo externo alcanzando la membrana timpánica, que a su vez transmite las vibraciones a un sistema de pequeños huesos ubicados en el oído medio. El estribo, el huesecillo localizado más profundamente, se articula con la ventana oval y transmite las vibraciones a un medio líquido que llena el interior de la cóclea. El movimiento de este líquido provoca deformaciones mecánicas en la membrana del interior de la cóclea, las cuales son detectadas por células sensoriales ciliadas que residen en el órgano de Corti.
Estas células ciliadas convierten las vibraciones mecánicas en señales eléctricas, que son conducidas por el nervio auditivo hasta el cerebro. El implante coclear sustituye a las células de la cóclea, estimulando directamente el nervio auditivo y enviando las señales al cerebro sin intervención de medios mecánicos. El implante coclear no amplifica el sonido como hacen los audífonos, sino que lo procesa, lo descompone en sus elementos formantes y lo codifica para transformarlo en estímulos eléctricos.
Es importante que los pacientes puedan distinguir entre lo que es una audición funcional y una audición normal, sobre todo para la familia, que tiende a atribuirle al implante la «solución» de la sordera. Las expectativas suelen ser muy altas y deben estar reajustadas individualmente en cada caso. El implante no le devuelve al paciente una audición normal, pero sí funcional y con cierta aproximación a la «normalidad». Para aprovechar al máximo los beneficios que se pueden conseguir con un implante coclear es necesario un período de condicionamiento y aprendizaje, cuya finalidad es ayudar al cerebro del paciente a realizar lo que este hace de forma natural cuando no existe una pérdida auditiva. La capacidad auditiva se desarrolla progresivamente con el implante coclear, ampliando cada vez más la precisión discriminativa del paciente hasta alcanzar la máxima eficacia. Lo más relevante de esta técnica son sus resultados: la recuperación de la audición en una persona parcial o totalmente sorda y, como consecuencia, su integración en el mundo escolar, laboral y social. Conviene también conocer las limitaciones que conlleva para obtener una óptima comprensión por ejemplo en los sitios ruidosos, en conversaciones cruzadas o si los hablantes se encuentran fuera de la visión frontal.
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El implante coclear es un dispositivo que tiene dos grupos de componentes, uno externo y otro interno, con cuatro características técnicas comunes para todos los modelos de implantes:
a) un micrófono para captar los sonidos del exterior;
b) un procesador externo colocado detrás de la oreja que transforma los sonidos en señales eléctricas y las codifica y que se acompaña de una batería de alimentación;
c) un sistema de transmisión de las señales codificadas mediante radiofrecuencia, que comunica el procesador externo con los componentes implantados, con los que se mantiene en posición gracias a un imán;
d) una antena con un receptor y un estimulador alojados quirúrgicamente en el cráneo, situados detrás de la oreja, que están unidos a un haz de electrodos que el cirujano introduce en la cóclea. En algunos modelos más modernos, el procesador del habla y el transmisor se han combinado en una unidad que no requiere un cable externo y no precisa ningún elemento situado sobre la oreja.
Otorrinolaringólogos especializados llevan a cabo la cirugía del implante coclear en un hospital acreditado. Después de la cirugía y de un período de recuperación breve (un mes), se procede a adaptar los niveles de intensidad de los estímulos eléctricos durante el proceso de programación. La programación debe ser repetida con regularidad para asegurarse de que el paciente está oyendo correctamente.
Entre todas las posibilidades de utilización de múltiples dispositivos de ayuda auditiva, ¿en qué personas está indicada la implantación coclear?
Los programas de implantes cocleares priorizan la atención de los niños que nacen con una hipoacusia congénita, ya que se necesita aprovechar el período crítico de adquisición del lenguaje oral para proporcionarles el recurso imprescindible de la audición. Dicho período se extiende entre el nacimiento y los tres o cuatro años de edad y es cuando se pueden conseguir las máximas prestaciones del implante y los niños desarrollan un lenguaje oral y unos rendimientos escolares similares a los que tiene un niño normoyente. Por ello, es muy importante que los sistemas sanitarios dispongan de programas de cribado neonatal para la detección precoz de la hipoacusia congénita, pero que además tengan unidades de audiología dotadas de tecnología y profesionales expertos en realizar diagnósticos precisos que faciliten la adaptación de soluciones audioprotésicas, la instauración de tratamientos médicos o la realización de cirugías de implantación coclear.
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No obstante, el implante coclear puede devolver la audición a personas de cualquier edad que la han perdido tras sufrir alguna enfermedad otológica una vez que se encontraban en la etapa de adquisición del lenguaje, o bien cuando ya lo habían adquirido y utilizado anteriormente.
Podemos afirmar que son candidatos para recibir un implante coclear todos los pacientes que presentan una hipoacusia profunda bilateral de localización coclear al sufrir una disfunción en sus células sensoriales, y que no obtienen un buen rendimiento para la percepción y adquisición del lenguaje con una prótesis auditiva convencional. Progresivamente, se han ido definiendo más grupos de pacientes en los que el implante coclear proporciona relevantes beneficios. Son casos de hipoacusias unilaterales con audición contralateral normal, de hipoacusias asimétricas, de pacientes con caídas en agudos con conservación de frecuencias graves, de acúfenos o de enfermedad de Ménière. En estos pacientes, la indicación debe establecerse después de valorar cada caso individualmente, ya que en muchas ocasiones los implantes cocleares no aportan ventajas superiores a las de los audífonos convencionales o a las de los implantes de conducción ósea.
No obstante, el implante coclear puede devolver la audición a personas de cualquier edad que la han perdido tras sufrir alguna enfermedad otológica una vez que se encontraban en la etapa de adquisición del lenguaje, o bien cuando ya lo habían adquirido y utilizado anteriormente.
Podemos afirmar que son candidatos para recibir un implante coclear todos los pacientes que presentan una hipoacusia profunda bilateral de localización coclear al sufrir una disfunción en sus células sensoriales, y que no obtienen un buen rendimiento para la percepción y adquisición del lenguaje con una prótesis auditiva convencional. Progresivamente, se han ido definiendo más grupos de pacientes en los que el implante coclear proporciona relevantes beneficios. Son casos de hipoacusias unilaterales con audición contralateral normal, de hipoacusias asimétricas, de pacientes con caídas en agudos con conservación de frecuencias graves, de acúfenos o de enfermedad de Ménière. En estos pacientes, la indicación debe establecerse después de valorar cada caso individualmente, ya que en muchas ocasiones los implantes cocleares no aportan ventajas superiores a las de los audífonos convencionales o a las de los implantes de conducción ósea.
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Un factor muy importante para predecir el rendimiento del implante coclear es el tiempo de deprivación auditiva. Los mejores resultados se pueden esperar en aquellas personas en las que ha pasado poco tiempo desde la aparición de la sordera y ya habían utilizado con anterioridad ampliamente el lenguaje oral. Otro factor que influye en el éxito de esta solución es el apoyo familiar y el interés del paciente por mejorar su capacidad de comunicación oral. Nuestro centro apuesta por impulsar un tercer elemento que condiciona unos mejores resultados y que consiste en basar la habilitación o rehabilitación del lenguaje en la Terapia Auditiva Verbal, con la que se involucra a la familia para recrear entornos comunicativos orales similares a los que tenemos las personas cuando aprendemos nuestro propio lenguaje e idioma en la primera infancia.
¿Existe un límite de edad para la implantación coclear?
La edad no constituye ninguna limitación para la implantación coclear. Antes del primer año de vida es posible que se produzcan maduraciones de la vía auditiva que acaben mejorando o normalizando algunos casos de hipoacusias detectadas en el nacimiento, por lo que es prudente esperar hasta que el niño cumple un año para estar seguros de que los problemas auditivos son reales y se confirma la indicación de implante coclear. No obstante, las mejoras en tecnologías diagnósticas audiológicas, radiológicas y genéticas permiten identificar un número creciente de niños hipoacúsicos severos o profundos que pueden beneficiarse del implante coclear antes de cumplir un año. Después de esta edad, los equipos de detección precoz de la pérdida auditiva congénita se esfuerzan en diagnosticar todos los casos que se pueden mejorar con un implante coclear durante el período crítico de adquisición del lenguaje hasta el entorno de los tres o los cuatro años.
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La adolescencia es una edad compleja en la vida de cualquier joven y los adolescentes hipoacúsicos incrementan esta complejidad, tanto con la aceptación de las limitaciones de su discapacidad, como con el rechazo visceral a muchas soluciones auditivas, entre ellas los implantes cocleares.
Nuestro centro, además, promueve la implantación de las personas mayores y muy mayores que puedan beneficiarse de un implante coclear. Es cierto que en estas edades existen unos condicionantes de enfermedades concomitantes que aconsejan no implantar, como son los casos de pacientes con importantes deterioros cognitivos o problemas neurológicos. Pero hay que considerar que la presbiacusia es una condición muy común a partir de los 60-65 años, con una intensidad de la pérdida auditiva variable pero progresiva. Muchas de estas personas van a encontrar en los audífonos la solución idónea para su problema.
Sin embargo, un número significativo de ellas van a apreciar que su audífono deja de serles útil, bien porque la capacidad amplificadora de este resulta insuficiente para superar los umbrales auditivos, o bien porque el cerebro no es capaz de entender los sonidos que le llegan por su vía auditiva. Está plenamente demostrada la influencia de la presbiacusia en el aislamiento de las personas mayores, en la generación de importantes episodios y estados de depresión, y en causar y acelerar su deterioro cognitivo. La literatura científica es contundente al afirmar que la aplicación de soluciones auditivas en el grupo de edad de las personas mayores hipoacúsicas es el único factor modificable para evitar estos impactos negativos. Nuestros pacientes implantados a edades incluso mayores de 75 años están muy satisfechos con su nuevo dispositivo que les ha hecho volver a salir a la calle, reunirse con sus amistades, ser útiles para sus familias, recuperar la vida social y olvidarse del aislamiento y la depresión.
¿Qué aporta un implante coclear que lo hace diferente de otras ayudas auditivas?
Los implantes cocleares no son la primera opción en la mayoría de las hipoacusias puesto que las audioprótesis convencionales aportan suficiente amplificación sonora y capacidad de comprensión de las palabras y las frases, especialmente con los nuevos modelos dotados de amplias prestaciones de conectividad a teléfonos móviles, electrodomésticos, salas de conciertos y espectáculos, micrófonos escolares y entornos de FM. El implante coclear adquiere su valor cuando los audífonos no son capaces de proporcionar al paciente discriminación y comprensión sonora en unos umbrales muy elevados de detección del sonido, ya que estimula directamente al nervio auditivo sin requerir superar ninguna limitación en los procesos de transmisión y transducción de los sonidos, y además, lo hace mediante una estimulación frecuencial selectiva.
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¿Por qué es mejor colocar implantes cocleares bilaterales en algunos casos?
Los beneficios de la audición binaural son bien conocidos, tanto para normoyentes como para portadores de audífonos. La binauralidad es determinante para la localización de la fuente sonora, para eludir el efecto sombra de la propia cabeza y para la mejora de la audición y la comprensión en ambientes ruidosos. Si bien las mayores limitaciones para la implantación coclear bilateral residen en los elevados costes económicos, en los niños se impone como procedimiento de elección para que estos beneficios se disfruten en el período de la vida infantil de adquisición del lenguaje oral, de desarrollo de las habilidades sociales basadas en la comunicación oral y de aprendizaje escolar.
El cerebro recibe así una estimulación desde ambas vías auditivas y se evita la reordenación de los circuitos neuronales cerebrales auditivos para otras funciones no auditivas. Andalucía fue pionera en imponer de modo normativo la implantación coclear bilateral, sin depender de las opiniones de algunos médicos o de administradores sanitarios.
Autor
DR. SERAFÍN SÁNCHEZ
OTORRINOLARINGÓLOGO
Jefe de Servicio ORL del Hospital Virgen de Macarena de Sevilla.
Director de la unidadde Audiología e Implantes Cocleares.