Riesgos del infrasonido y el ultrasonido
El ruido puede causar pérdida de audición. ¿Hay sonidos que no se pueden escuchar ni sentir?
La mayoría de las personas no pueden oír los infrasonidos ni los ultrasonidos. Hasta ahora, se suponía que estas ondas sonoras inaudibles eran inofensivas. Sin embargo, el científico Timothy Leighton de la Universidad de Southampton en Inglaterra lo ha puesto en duda.
Las personas escuchan sonidos que se encuentran en el rango de frecuencia de 16 a 19.000 Hercios, y los que mejor se perciben son aquellos que se sitúan entre los 2000 y los 5000 Hercios.
El ruido es causado por vibraciones y se propaga como ondas sonoras. Se puede medir la fuerza del sonido (la presión sonora). La medida que se muestra es el nivel de presión sonora expresada en decibelios. Si se producen fluctuaciones de presión, estas se perciben con el oído. El número de vibraciones por segundo (la frecuencia) determina el «tono». Cuanto mayor sea una frecuencia, mayor será el tono. Las personas escuchan sonidos que se encuentran en el rango de frecuencia entre 16 y 19.000 Hercios y pueden percibir mejor aquellos situados entre 2000 y 5000 Hercios. En estos valores se desarrollan las conversaciones.
Los niños con una audición sana pueden incluso oír hasta 30.000 Hercios al nacer. Sin embargo, esta capacidad disminuye a lo largo de la vida porque los cilios del oído son destruidos por la exposición al ruido en la vida cotidiana, y son precisamente estos los responsables de la transmisión de ondas sonoras que el cerebro reconoce como ruido.
Los niños con una audición sana pueden oír hasta 30.000 Hercios al nacer, pero esta capacidad disminuye a lo largo de la vida porque los cilios del oído son destruidos por la exposición al ruido.
Los sonidos ultrasónicos tienen una frecuencia superior a 19.000 Hercios, mientras que los infrasonidos están por debajo de 16 Hercios. La mayoría de las personas no escuchan los infrasonidos ni los ultrasonidos porque son demasiado bajos o excesivamente altos. Pocos adultos son capaces de oír frecuencias de 20.000 Hercios, pero si lo hacen, lo que perciben es en forma de pitidos.
Pocas personas perciben el ultrasonido
La vida cotidiana moderna ya no funciona sin ultrasonido. Innumerables dispositivos utilizan estas ondas como señales. En las estaciones de tren, los altavoces emiten constantemente ondas ultrasónicas, mientras que los sensores ultrasónicos se encargan de abrir las puertas automáticamente. Algunas personas parecen poder oír y sentir estos ultrasonidos. A menudo, reaccionan con mareos, náuseas,
tinnitus o dolores de cabeza.
El profesor Leighton lleva varias décadas investigando las ondas ultrasónicas y es uno de los expertos más destacados en este campo. En una de sus publicaciones más reciente advierte de que los ultrasonidos transmitidos a través del aire pueden ser perjudiciales para la salud.
Para demostrar su tesis, empezó a medir ondas ultrasónicas en lugares públicos. Acompañado de su equipo, investigó si se producían ondas ultrasónicas en estaciones de tren, escuelas, estadios deportivos, piscinas, museos, bibliotecas o en el interior de los automóviles, y cuál era su intensidad.
En cada uno de esos lugares se demostró la existencia de ondas ultrasónicas. Las más fuertes procedían de los sistemas de altavoces. Incluso, algunos voluntarios del equipo de Leighton se quejaron de dolores de cabeza y mareos cuando estuvieron cerca de aquellos dispositivos. Tras el éxito de esta medición, el experto estudió las directrices sobre ecografía existentes en todo el mundo que datan de los años 1960 y 1970 y que nunca han sido revisadas.
Límites bajos
Leighton parte de que los valores límite anteriores eran demasiado bajos y que las ondas pueden afectar claramente a la salud de personas sensibles. Sin embargo, muchos médicos lo dudan. Dado que los sonidos inaudibles no tocan los cilios, el sonido no los destruye. El otorrinolaringólogo suizo Andreas Schapowal también critica la tesis de Leighton, pero pide una definición más precisa de ultrasonido. Los dispositivos que funcionan con ultrasonidos deben utilizar frecuencias significativamente superiores a los 20 kilohercios. Esto significa que los adultos y los niños no pueden oírlos.
Una aplicación para medir las ondas ultrasónicas
Hasta ahora, Timothy Leighton no ha podido demostrar que la ecografía realmente cause dolores de cabeza, náuseas y otros síntomas. Por eso, el investigador ahora quiere recopilar más datos utilizando las redes sociales. Con una aplicación gratuita, cualquiera puede medir ondas ultrasónicas presentes en el aire con su teléfono inteligente. Los resultados se recogen en Instagram bajo el hashtag #UltrasoundInAir documentados con la hora y la ubicación.