Se acercan las fiestas navideñas y todo se llena de luces y villancicos. Este año hay especiales ganas de celebración porque, con un coronavirus más normalizado, estamos deseando compartir veladas y risas con amigos y familias. Sin embargo, para las personas con discapacidad auditiva, estos eventos, lejos de ser relajados y agradables, pueden convertirse en momentos de estrés y ansiedad, al ser celebraciones con mucho ruido y muy concurridas, lo que, a menudo, les impide entender las conversaciones.
Por este motivo, si tenemos cerca a alguien con estas necesidades especiales, no está de más recordar los consejos de los expertos para hacerles más fáciles e integradoras estas reuniones.
Como primera recomendación, conviene informar a todas las personas que vayan a asistir al encuentro de que hay una persona con pérdida auditiva entre los participantes y que requerirá una mayor atención. Lo más importante será mantener el volumen normal en las conversaciones para evitar el exceso de bullicio.
Si la persona con pérdida auditiva lleva audífonos, es importante que antes de la reunión compruebe que las pilas están en perfecto estado o que la batería tiene toda su carga.
Otro detalle a tener en cuenta será la ubicación de estas personas en la mesa o en el lugar en torno al cual se desarrolle la celebración. Se les debe asignar un sitio lo más alejado posible de fuentes generadoras de ruido como reproductores de música, altavoces o televisión, e incluso apartados del trasiego que puede suponer el acceso cercano a la cocina.

Además, se aconseja retirar de la mesa todos aquellos obstáculos como centros con flores o velas demasiado altas que podrían impedirles recurrir a leer los labios si lo estiman oportuno.
Los acompañantes van jugar un papel fundamental para facilitarles la participación y deberán estar pendientes de indicarles el tema de la conversación o de repetirles frases o palabras que no hayan entendido.
Si la persona con pérdida auditiva lleva audífonos, es esencial que antes de la reunión compruebe que las pilas están en perfecto estado o que la batería tiene toda su carga, porque las horas de uso, seguro, van a ser más que en días normales. Por supuesto, deben estar bien adaptados y colocados. Si se trata de personas mayores con problemas de destreza o memoria, se aconseja que otros miembros de la familia les ayuden en estas tareas.

Por último, los expertos también recuerdan la importancia de evitar el uso de petardos como manifestación de celebración porque las personas con pérdida auditiva son especialmente sensibles a este tipo de sonido fuerte y seco.
Con estas sencillas pautas, podemos contribuir a hacer de la Navidad un gran regalo de integración.