¿Qué es la «interferencia binaural» y cómo debemos afrontarla?
Una de las principales características del sistema auditivo humano es la binauralidad. Esta permite que podamos escuchar y entender una conversación en entornos ruidosos, así como localizar la procedencia de los sonidos.
Pero, ¿qué ocurre cuando, como audiólogos, debemos hacer frente a pacientes que, pese a tener pérdida auditiva bilateral, no se encuentran cómodos con dos audífonos? Existe un fenómeno conocido como «interferencia binaural» que puede estar detrás de esta insatisfacción y conocerlo, puede ser de gran ayuda para nuestros pacientes.
¿Alguna vez como audiólogo has sentido que fracasabas al convertir una adaptación monoaural en binaural?
«El proceso natural de audición es binaural y por ello, los pacientes con pérdida auditiva bilateral, se benefician también de la audición binaural». Este es uno de los primeros principios que todo estudiante de audiología aprende.
En esta misma publicación, Lidia Roselló ha explicado recientemente las ventajas de la audición binaural y las consecuencias negativas de realizar adaptaciones monoaurales en pérdidas bilaterales, o de dejar sin adaptar pérdidas unilaterales, no solo en lo relativo a la organización cerebral, que se estructura de forma anómala, sino también en lo que respecta a la pérdida de las ventajas que aporta a la audición un sistema diseñado para funcionar a la perfección en modo binaural.
Todos hemos comprobado los beneficios que los pacientes consiguen cuando pasan del uso de un solo audífono a dos. Desafortunadamente, esto no siempre es posible: cofosis, oídos con baja discriminación, contraindicaciones… Pero cuando es viable, la mayoría de los pacientes detectan estos beneficios rápidamente.
Sin embargo, de la misma manera que el audiólogo constata habitualmente el beneficio binaural en sus pacientes, también es cierto que, con seguridad, es capaz de recordar casos en los que tras equipar binauralmente al paciente, este beneficio no fue tal, en especial en presencia de ruido.
Cuando esto ocurre, la primera conclusión del audiólogo es clara: se ha cometido un error en el proceso de evaluación o de adaptación. Sin embargo, una vez revisado el procedimiento y solucionados los errores que hayan podido detectarse (si los hubiera), en algunos de estos pacientes el problema permanece.
Aun cuando las pruebas de verificación objetivas y subjetivas indican que la adaptación es correcta, la queja del paciente es la misma: continúa con problemas que no son compatibles con lo verificado y en situaciones de ruido, entiende mejor anulando uno.
Levine et al. (1993) describieron el reducido beneficio que obtienen ciertos pacientes con patología neurológica (en concreto, esclerosis múltiple) de la binauralidad. Otros estudios también muestran el compromiso en las habilidades binaurales en presencia de ruido que sufren los pacientes con otitis medida crónica (Hall&Grose, 1995).
Pero dejando a un lado estos casos especiales, los pacientes a los que se alude unos renglones más arriba no muestran patologías diferentes al resto, que sí encuentran el beneficio esperado con la adaptación del segundo audífono.
Cox et al. (2011) presentaron un estudio sobre la preferencia de la binauralidad frente a las adaptaciones monoaurales: el 46% de los usuarios escogieron la adaptación monoaural frente a la binaural.
Sin embargo, hay que destacar que en la mayoría, las causas no eran solo auditivas, sino que se aludían razones de estética, miedo al estigma, económicas, de destreza manual, etc. Estos motivos no son objeto de análisis en este artículo. Nos centraremos en el 8-17% de los pacientes adaptados binauralmente, que sentían que oían peor con dos audífonos que con uno.
En 1993 Jerger describió un fenómeno en el que con seguridad, podemos encontrar la base de estos casos: la «interferencia binaural». En ese año Jerger presentó el primer estudio que demostraba que algunos pacientes, especialmente de edades avanzadas (pero no exclusivamente), se desenvolvían peor con dos audífonos que con uno. Y la evidencia de esta situación venía avalada tanto por resultados de pruebas conductuales, como electrofisiológicas.
En palabras del propio Jerger «La interferencia binaural ocurre cuando la señal que llega a un oído, interfiere en la señal que llega al otro, cuando la estimulación es binaural». La comunicación es peor con dos audífonos que con el uso de uno, porque un oído interfiere de forma negativa en el otro. Esta desventaja ocurre especialmente en situaciones de ruido.
En este mismo estudio, Jerger concluía que este fenómeno no estaba asociado al grado de asimetría entre las audiometrías de ambos oídos, ya que ocurría en igual proporción tanto en pacientes con audiometrías simétricas como en aquellos con audiometrías de gran asimetría entre oídos.
Incluso siendo aún un fenómeno en investigación, parece que las principales causas que provocan la interferencia binaural son:
— Alteraciones en la transferencia interhemisférica debido a los cambios que sufren las fibras del cuerpo calloso, asociados a la edad.
— Desajustes interaurales de tono y de la fusión binaural.
— Prolongada deprivación unilateral.
No existe, de momento, un protocolo consensuado que nos permita estudiar la posibilidad de interferencia binaural en los pacientes a modo predictivo antes de la adaptación. Las herramientas más utilizadas para confirmar la presencia de este fenómeno, una vez se sospecha, son:
— Test de dígitos dicóticos.
— Pruebas a campo libre en ruido (HINT, etc…).
— Pruebas electrofisiológicas, (los beneficios de la escucha binaural son objetivables en los registros de potenciales de latencia media).
Para el audiólogo, tener en cuenta la posibilidad de que ocurra este fenómeno es crucial. Esto le va a permitir que salten las alarmas ante un paciente con quejas que no se corresponden con los datos de la verificación.
De los test enumerados, las pruebas a campo libre con ruido de competencia son fáciles de implementar y pueden ayudarnos a corroborar lo que el paciente experimenta. También puede hacerlo el test de dígitos dicóticos que resulta muy sencillo de realizar en el gabinete.
En cualquier caso, si sospechamos que estamos ante un caso de interferencia binaural con el uso de dos audífonos, ¿qué se puede hacer? Los expertos aconsejan como primera medida, continuar utilizando audífonos en ambos oídos, en aquellas situaciones de escucha en las que no se evidencia interferencia binaural.
Si en situaciones cotidianas sin ruido de competencia, el paciente puede usar sin dificultad y con beneficio los dos audífonos, debe hacerlo. De esta manera se evitarán las consecuencias negativas de la deprivación auditiva, que solo agravarían el fenómeno ya existente de interferencia binaural.
En aquellos casos de interferencia binaural por deprivación auditiva (pacientes que solo han llevado audífono en un oído aun existiendo una pérdida bilateral por mucho tiempo), se recomienda especialmente la rehabilitación o entrenamiento auditivo.
El entrenamiento de las funciones binaurales es posible y debemos fomentarlo en los pacientes que hayan sufrido deprivación auditiva durante largos períodos.
Esta medida también se puede adoptar en el resto de pacientes en los que se registra el fenómeno: el entrenamiento auditivo aporta beneficios.
En las situaciones críticas, con ruido de fondo, en las que más se evidencia el fenómeno de interferencia binaural, se sugiere que el paciente retire el audífono que interfiere.
En este caso, el audiólogo debe asesorar al paciente sobre el uso de otros dispositivos que ayuden a compensar la pérdida de la binauralidad: accesorios de conectividad, micrófonos remotos o sistemas de FM.
En conclusión y en palabras de Mussoi and Benter (2018), «la posibilidad de interferencia binaural no debe de cambiar la práctica general de adaptaciones binaurales».
Sin embargo, el audiólogo debe tener presente la posibilidad de este fenómeno especialmente cuando el paciente expresa una queja reiterada de oír mejor con un audífono que con dos, incluso cuando se ha comprobado que la adaptación es correcta.
Deberá entonces verificar si existe o no interferencia binaural y, en caso de confirmarse, hacer las indicaciones necesarias al paciente para que esta eventualidad no impida el uso satisfactorio de los audífonos, tomando las medidas oportunas.
Autor:
Sonia Bajo
Audióloga y Audioprotesista
Diplomada en Logopedia.
Comunicadora en Lengua de Signos.
Habilitación Tinnitus & Hyperacusis Therapy MC.
Experta en Acúfenos e Hiperacusia y tratamiento TRT.
Audiología Infantil y Tercera Edad.
rvalfa.com