Investigadores crean ratones con audición «supranormal» potenciando las sinapsis del oído interno

20/08/2024 | Comparte:

Autor/a: Redacción GA
En un estudio pionero del Instituto de Investigación Auditiva Kresge de Michigan Medicine, los investigadores han logrado crear una audición supranormal en ratones, lo que arroja luz sobre las causas de la pérdida auditiva oculta en los seres humanos. Este logro notable no solo abre el camino a posibles tratamientos humanos, sino que también proporciona información crucial sobre el procesamiento y los trastornos auditivos.

Avanzando en la ciencia auditiva

El equipo de investigación, dirigido por el Dr. Gabriel Corfas, director del Instituto Kresge, ya había explorado el uso del factor neurotrófico neurotrofina-3 (Ntf3) para mejorar las respuestas auditivas en ratones. Sus estudios anteriores demostraron que aumentar los niveles de Ntf3 en el oído interno podría promover la recuperación del trauma acústico y mejorar la audición en ratones de mediana edad.

Este nuevo estudio, publicado en PLOS Biology, da un paso significativo más allá al aplicar el mismo enfoque a ratones jóvenes y sanos, lo que da como resultado la mejora de las capacidades de procesamiento auditivo más allá de los niveles naturales.

«Sabíamos que suministrar Ntf3 al oído interno de ratones jóvenes aumentaba el número de sinapsis entre las células pilosas internas y las neuronas auditivas, pero no sabíamos qué efectos tendría tener más sinapsis en la audición. Ahora demostramos que los animales con sinapsis adicionales en el oído interno tienen umbrales normales (lo que un audiólogo definiría como audición normal), pero pueden procesar la información auditiva de maneras supranormales» afirma Gabriel Corfas, Ph.D.

Metodología y hallazgos

El estudio consistió en alterar la expresión de Ntf3 para manipular el número de sinapsis entre las células pilosas internas y las neuronas. Las células pilosas internas, ubicadas dentro de la cóclea, convierten las ondas sonoras en señales que se transmiten al cerebro a través de estas sinapsis. Los investigadores crearon dos grupos de ratones jóvenes: uno con densidad de sinapsis reducida y otro con densidad de sinapsis aumentada, lo que dio como resultado los ratones con audición supranormal.

Aumentar los niveles de Ntf3 en el oído interno podría promover la recuperación del trauma acústico y mejorar la audición en ratones de mediana edad.

Ambos grupos se sometieron a la prueba de inhibición de la «pausa prepulso», que evalúa la capacidad de detectar estímulos auditivos breves. En esta prueba, se coloca a un sujeto en una cámara con ruido de fondo, seguido de un tono fuerte, ya sea solo o precedido por un breve silencio. La detección de este silencio reduce la respuesta de sobresalto, lo que permite a los investigadores medir la eficiencia del procesamiento auditivo.

Los resultados fueron sorprendentes. Los ratones con menos sinapsis necesitaron intervalos más largos para detectar el intervalo de silencio, lo que respalda la hipótesis de que la densidad de sinapsis está relacionada con la pérdida auditiva oculta en los seres humanos. La pérdida auditiva oculta describe dificultades en la audición que no son detectables mediante pruebas estándar pero que pueden afectar la comprensión del habla en entornos ruidosos. Los resultados de esta prueba se correlacionan con el procesamiento auditivo humano, lo que proporciona información valiosa sobre la afección.

Sin embargo, los hallazgos más sorprendentes surgieron en los ratones con mayor cantidad de sinapsis. Estos ratones no solo mostraron picos mejorados en las respuestas acústicas del tronco encefálico, sino que también obtuvieron mejores resultados en la prueba de inhibición de «prepulso de brecha», lo que indica una mayor capacidad para procesar más información auditiva que sus contrapartes.

«Nos sorprendió descubrir que, cuando aumentamos el número de sinapsis, el cerebro pudo procesar la información auditiva adicional. Y esos sujetos actuaron mejor que los ratones de control en la prueba de comportamiento», continúa el investigador.

Implicaciones para la audición humana

Este estudio desafía la creencia previa de que la pérdida de células ciliadas es la causa principal de la pérdida auditiva en humanos que envejecen. En cambio, los investigadores apuntan a que la pérdida de sinapsis de células ciliadas internas puede ser la señal inicial en el proceso de pérdida auditiva. Esto hace que las terapias dirigidas a preservar, regenerar o aumentar el número de sinapsis sean enfoques prometedores para tratar varios trastornos auditivos.

Los investigadores apuntan a que la pérdida de sinapsis de las células ciliadas internas puede ser la señal inicial en el proceso de pérdida auditiva.

Las implicaciones van más allá de la pérdida auditiva. «Algunos trastornos neurodegenerativos también comienzan con la pérdida de sinapsis en el cerebro», explicó Corfas «por lo tanto, las conclusiones de los estudios del oído interno podrían ayudar a encontrar nuevas terapias para algunas de estas enfermedades devastadoras».

Esfuerzo de investigación integral

El artículo de investigación, titulado De la pérdida auditiva oculta al procesamiento auditivo supranormal mediante la modulación de la densidad sináptica de las células ciliadas internas mediada por la neurotrofina 3, incluye como coautores a
Ji Lingchao, MD, Ph.D., Beatriz C. Borges, Ph.D., David T. Martel, Ph.D., Calvin Wu, Ph.D., Charles Liberman, Ph.D. y Susan E. Shore, Ph.D. El estudio aprovechó varios núcleos de investigación de Michigan, incluida la investigación con animales, la expresión genética, la histología, la imagenología y la biología molecular.

Este enfoque integral garantiza resultados sólidos y confiables. La RT-PCR cuantitativa confirmó los cambios esperados en la expresión de Ntf3 y el impacto posterior en la densidad de sinapsis.

Además, la inmunotinción de las cócleas mostró diferencias significativas en los contactos sinápticos en los ratones modificados en comparación con los controles, lo que valida la manipulación de la expresión de Ntf3.

Direcciones futuras

Los hallazgos abren nuevas vías para la investigación auditiva y posibles terapias. Al demostrar que una mayor densidad de sinapsis conduce a un mejor procesamiento auditivo, el estudio sugiere que enfoques similares podrían beneficiar a los humanos, en particular a quienes padecen pérdida auditiva oculta o deterioro auditivo relacionado con la edad.

Para obtener más información, acceda al artículo de investigación completo en el enlace: https://journals.plos.org/plosbiology/article?id=10.1371/journal.pbio.3002665


Referencia

Ji, L., Borges, BC, Martel, DT, Wu, C., Liberman, MC, Shore, SE y Corfas, G. (2024). De la pérdida auditiva oculta al procesamiento auditivo supranormal mediante la modulación de la densidad sináptica de las células ciliadas internas mediada por la neurotrofina 3. PLOS Biology. DOI: 10.1371/journal.pbio.3002665.

Publicado en:
GA #57

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Las opciones de formación se multiplican en diferentes formatos y los fabricantes de audífonos se esmeran en sus presentaciones de nuevos productos, invirtiendo además buena parte de su tiempo y de su personal en instruir a los audiólogos para obtener el mejor rendimiento posible de las nuevas plataformas. Con algunos años en la profesión, no es nada extraño escuchar al usuario novel, tras haber estrenado sus primeros audífonos, pronunciar frases del tipo «pues yo creía que esto era más fácil», o «creí que la cuestión era ponérselos y ya está». Suelen sorprenderse de lo completa que es la evaluación, de lo meticulosa que es la selección del audífono adecuado y de lo detallada y objetiva que es la programación de la prótesis. Lo mismo podría decirse de las explicaciones que acompañan a la adaptación, relativas a la progresión en el uso, a la limpieza y mantenimiento, o al funcionamiento de accesorios y aplicaciones. 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Para muchos usuarios, especialmente los de edad más avanzada o hipoacusias más complejas, el proceso de adaptación requiere de un programa complementario y dirigido de rehabilitación y entrenamiento para favorecer la habituación y mejorar la inteligibilidad. Por esta razón, se hace absolutamente imprescindible confeccionar un protocolo de seguimiento que nos permita revisar periódicamente su caso y mantenerles informados acerca de todos aquellos recursos que se adecúen a sus necesidades y permitan mejorar su calidad auditiva. Visto esto, la rehabilitación auditiva es claramente mucho más que vender un audífono, siendo este sin duda su vehículo principal. Convencer de esto a un paciente en su primera visita no es tarea fácil, pero lo será mucho más si nos esforzamos por la calidad en el trabajo y gestionamos nuestros recursos y nuestro conocimiento con ese fin último. Hace años escuché a un directivo de una casa comercial una frase que me parece significativa. 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La importancia de la atención centrada en la familia

El término «discapacidad de terceros» («Third – Party Disability») hace referencia a las dificultades que enfrentan los familiares o personas cercanas a alguien con una discapacidad debido a la condición de salud de esa persona. Dicha «discapacidad» fue identificada por la OMS y propuesta como un camino de estudio en 2001. Los problemas auditivos son la discapacidad de comunicación más común en las personas mayores. El amplio impacto de la pérdida de audición total o severa significa que no solo la persona con discapacidad experimenta las consecuencias, sino también los miembros de su familia. Estos las sufren en forma de aislamiento social y dificultades de comunicación en el núcleo doméstico. Suelen surgir sentimientos de frustración debido a la necesidad constante de repetir información. En este ámbito íntimo, aumentan los niveles de estrés, al tener que adaptarse a nuevas formas de comunicación. Todo esto puede llevar a que sea necesario hacer cambios en la dinámica familiar, requiriendo ajustes en actividades y conversaciones. Igualmente, pueden surgir problemas en las relaciones, con posibles malentendidos y tensiones, y una carga emocional significativa por la preocupación sobre el bienestar del familiar con discapacidad auditiva. En los últimos años, ha surgido este enfoque de «atención centrada en la familia» aplicado a los mayores en el ámbito de la salud, con resultados significativos tanto en la efectividad de los tratamientos, como en los índices de adherencia a los mismos. Los profesionales del sector somos conscientes del impacto emocional con el que llegan los familiares a la consulta, especialmente cuando la situación lleva instaurada largo tiempo. El concepto de «atención centrada en la familia» comenzó a ganar reconocimiento en el campo de la salud a partir de las décadas de 1980 y 1990. Este enfoque tuvo su origen en la atención pediátrica y la medicina de familia, donde se reconoció que involucrar a la familia en el cuidado del paciente podía mejorar los resultados de la intervención y el bienestar general. En los últimos años, ha surgido este enfoque de «atención centrada en la familia» aplicado a los mayores en el ámbito de la salud, con resultados significativos tanto en la efectividad de los tratamientos como en los índices de adherencia a los mismos. No es sorprendente, por lo tanto, que numerosos estudios en Audiología hayan concluido que los adultos mayores con discapacidad auditiva tienen más probabilidades de conseguir resultados satisfactorios con el uso de audífonos cuando se involucra activamente a la familia en el proceso. Cuando en audiología se utiliza un enfoque centrado en la familia, el audiólogo considera las necesidades del individuo, así como la de sus allegados. Estudios sobre la implementación de este enfoque documentan mejoras en múltiples aspectos (Dunst et al., 2007) incluidos el estado general del paciente, el comportamiento, la funcionalidad familiar y la autoeficiencia, y el acceso a los servicios de intervención y ayuda.  Tan solo un 27% de los familiares del paciente acude a las citas audiológicas y la participación de estos en las consultas es muy limitada, alrededor del 13%. A pesar de estas evidencias, los estudios (Ekberg et al., 2015, Preminger et al., 2012) demuestran que la asistencia de familiares a las citas audiológicas es baja (27%) y la participación de estos en las consultas, muy limitada (13%).  El análisis de estos encuentros muestra que los audiólogos solemos dirigir las preguntas al paciente sin alentar a la familia cuando quería participar. Esta actitud puede deberse, en parte, al esfuerzo del profesional por establecer una comunicación efectiva con el paciente, evitando subestimarlo cuando puedan existir dificultades en la comunicación. Al mismo tiempo, el audiólogo también busca que el paciente se sienta escuchado y comprendido, asegurándose de que no perciba que alguien está hablando por él. A menudo, notamos que, ante preguntas dirigidas al paciente, los miembros de la familia quieren contribuir respondiendo ellos. Considerando la importancia de la intervención activa de la familia en el proceso, los audiólogos debemos diseñar estrategias que fomenten la comunicación con los familiares. En este sentido, no solo es crucial la actitud del profesional auditivo, sino también la filosofía general de la organización en cuanto a la importancia de este aspecto y los costos asociados a implementar estas prácticas. Meyer et al proponen promover activamente la participación de la familia. Esto implica expresar a los familiares la importancia de su presencia y animarlos a acompañar al paciente en las siguientes citas. La anamnesis representa un momento crucial en el que los acompañantes pueden percibir la relevancia de su intervención o, por el contrario, sentir que su presencia no es necesaria si no se les alienta a participar activamente. Resaltar su papel se convierte en un nuevo objetivo. Involucrar a la familia durante la anamnesis permite obtener una perspectiva diferente de lo que realmente está sucediendo, especialmente en aquellos casos de personas mayores que no son plenamente conscientes de su discapacidad o no la reconocen. Promover una «comprensión compartida» de la situación es importante. No es inusual que la percepción del alcance del problema sea diferente entre ambos. No solo el paciente tiene problemas para escuchar a su familia, sino que su familia también se siente frustrada cuando no puede comunicarse con él. Se han identificado cuatro roles que los audiólogos pueden fomentar en los acompañantes durante el proceso de rehabilitación auditiva de su familiar: — En primer lugar, la participación de la familia en la toma de decisiones es fundamental. La familia proporciona información relevante que permite al audiólogo comprender mejor la intervención que se debe realizar. Asimismo, su implicación en la toma de decisiones es crucial para que compartan el proceso de rehabilitación y brinden apoyo a la persona con dificultades auditivas, generando así un esfuerzo conjunto para mejorar la situación familiar. Establecer unidos los objetivos del COSI (Client-Oriented Scale of Improvement) permitirá que todos se involucren también en su consecución. — En segundo lugar, los beneficios de que un miembro de la familia esté presente durante las citas para ayudar a comprender y recordar la información relevante proporcionada son incuestionables. Este aspecto es fundamental. Al igual que la familia puede apoyar el proceso de rehabilitación auditiva, también puede ser una fuente principal de rechazo al proceso si está poco informada o no tiene expectativas realistas sobre los resultados que se pueden obtener. ¿Cuántos pacientes han acudido a nuestras consultas decepcionados por el resultado de sus audífonos, después de que se les haya dicho en su ámbito familiar «no llevas los audífonos» cuando no han entendido un mensaje por algún motivo? La presencia de los miembros de la familia permite que comprendan conjuntamente las ventajas de cada opción, como audífonos, accesorios y estrategias de comunicación, haciéndose conscientes de las necesidades y posibilidades reales de solución. — En tercer lugar, la familia debe ser parte de la solución. Los audiólogos debemos ser capaces de hacer que los familiares se sientan protagonistas en el proceso. Es esencial educar tanto al paciente como a la familia en estrategias de comunicación; deben aprender a hablarse desde la misma habitación, a llamar la atención del paciente antes de comenzar a hablarle y a promover comunicaciones con buena luminosidad y de frente. Involucrar a la familia durante la anamnesis permite obtener una perspectiva diferente de lo que realmente está sucediendo, especialmente en el caso de personas mayores que no son conscientes de su discapacidad o no la reconocen. En este contexto, hay un aspecto crucial en el que, en algunos casos, la familia será determinante: al acudir a las citas con su familiar, tendrán la oportunidad de aprender tareas como insertar correctamente los audífonos en el oído, cambiar las pilas o manejar el cargador, limpiar los dispositivos y comprobar su funcionamiento. Sabemos que realizar estas tareas, o incluso recordarlas, puede suponer un reto para algunos usuarios. Involucrar a sus allegados para que comprendan que puede ser necesario que ellos asuman esta responsabilidad es crucial para que su familia pueda beneficiarse plenamente de estas soluciones. — Por último, vivir una discapacidad auditiva es complejo y la cita de adaptación de unos audífonos es realmente un momento emotivo para algunos pacientes. Sentir el apoyo de un familiar en esa situación, no afrontarlo solo, facilita el momento. El proceso suele necesitar tres citas: inicial, de adaptación y de revisión. Idealmente, sería beneficioso que se involucrara a la familia para asistir a todas ellas. La participación de la familia en el proceso de rehabilitación debe ser considerada un medio esencial para facilitar el buen manejo de los audífonos, lo cual redunda en una mejora de los resultados y, por ende, en la satisfacción del paciente. Al involucrar a los miembros de la familia y hacerlos participar activamente en el programa de rehabilitación, el paciente se siente apoyado por su entorno familiar. La asistencia de la familia en el programa de rehabilitación incrementa significativamente las probabilidades de éxito. La familia debe ser parte de la solución y los audiólogos debemos ser capaces de hacer que los familiares se sientan protagonistas en el proceso. ¿Qué factores condicionan la participación familiar según Meyer et al.? — El enfoque del centro sobre la participación familiar. El papel del audiólogo, así como la filosofía al respecto del centro determinarán la relevancia que se da a la presencia de la familia en el proceso. Se puede tomar un papel activo, convocando a los familiares a las siguientes citas. Frases como «¿hay alguien que te pueda acompañar en la siguiente cita?» o «la siguiente cita es muy relevante y puede ser de ayuda que acuda alguien contigo», motivarán la participación. Sería pertinente realizar un análisis de la relación actual de nuestros centros con los familiares para evaluar posibles mejoras en esta interacción.  — Limitaciones de tiempo. Agendar citas disponibles que convengan a los miembros de una familia con varios integrantes puede suponer un gran reto. Por otro lado, la cantidad de tareas que es necesario realizar en las citas audiológicas deja a los audiólogos poco tiempo para dedicar a las familias y proporcionar la atención necesaria. Un enfoque centrado en la familia puede requerir citas más extensas, lo cual podría no ser siempre viable en términos de costo y recursos humanos. — Conceptos erróneos sobre la rehabilitación auditiva. La percepción errónea de que la presencia familiar no es necesaria, similar a otros contextos de salud como visitas al dentista u óptico, puede llevar a que los pacientes acudan a las consultas iniciales sin acompañantes. Esta falta de comprensión sobre la complejidad del proceso de rehabilitación auditiva puede impactar negativamente en la participación familiar. — Necesidades y prioridades no coincidentes entre los miembros de la familia. La familia puede ser impulsora del proceso o detractora: algunas pueden minimizar las dificultades, mientras que otras pueden observar problemas que el paciente no reconoce, afectando así a su participación en el proceso. — Dinámica familiar. Las distintas dinámicas familiares requieren enfoques personalizados por parte de los audiólogos para asegurar una intervención efectiva. Algunas familias pueden no desear participar activamente, mientras que otras pueden ejercer una influencia negativa al estar en de-sacuerdo con el proceso. Situaciones de tensión entre los miembros familiares también pueden influir en la manera en que se aborda y se promueve la participación familiar. El análisis del papel de la atención centrada en la familia en la rehabilitación audiológica de adultos con discapacidad auditiva destaca la necesidad fundamental de la participación familiar en nuestra práctica profesional. Al examinar los roles que pueden desempeñar las familias en el proceso de rehabilitación, se pone de manifiesto la importancia de su implicación, siendo protagonistas secundarios de las consecuencias de la discapacidad auditiva de su familiar.  Los estudios respaldan que la participación activa de la familia en el proceso no solo incrementa la satisfacción del paciente, sino que también mejora los resultados del tratamiento. A pesar de esta evidencia, la proporción de pacientes que acuden acompañados es baja y, cuando lo hacen, su participación es limitada. La participación de la familia en el proceso de rehabilitación debe ser considerada un medio esencial para el buen manejo de los audífonos, lo cual redunda en una mejora de los resultados. Como audiólogos, nuestro papel tiene que centrarse en desarrollar estrategias y protocolos que coloquen tanto al paciente como a la familia en el centro del proceso de rehabilitación. Referencias Ekberg K, Meyer C, Scarinci N, Grenness C, Hickson L. Family member involvement in audiology appointments with older people with hearing impairment. Int J Audiol. 2015 Feb; 54(2):70-6.  Bamm EL, Rosenbaum P. Family-centered theory: origins, development, barriers, and supports to implementation in rehabilitation medicine. ArchPhysMedRehabil. 2008 Aug; 89(8):1618-24. Sonia BajoAudióloga / Audioprotesista CV Autor Técnico Superior en Audiología ProtésicaDiplomada en Logopedia.Habilitación Tinnitus & Hyperacusis Therapy MC.Experta en Acúfenos e Hiperacusia, tratamiento TRT, en RV Alfa Centros Auditivos.Docente en el Máster de Audiología Universidad Europea Miguel de Cervantes.

Hiperacusia, tinnitus, misofonía y fonofobia (Segunda parte)

La relación entre misofonía, tinnitus, hiperacusia y fonofobia no está completamente establecida, existen algunas conexiones y superposiciones entre estos trastornos auditivos como síntomas y características. Sin embargo, es importante destacar que son trastornos distintos. En raras ocasiones, se presentan individualmente, siendo lo más frecuente, encontrar en la clínica la aparición simultánea de varios de estos problemas a la vez. Misofonía Misofonía (del griego μίσος mísos «aversión» y φωνή foné «sonido») «fuerte odio por el sonido» o sensibilidad selectiva al sonido, describe una actitud negativa al sonido repetido y periódico. El término misofonía fue propuesto por primera vez por Pawel Jastreboff y Margaret Jastreboffen 2003 para descubrir una reacción anormalmente fuerte que ocurre en respuesta a un sonido que es significativo para ese individuo. La misofonía junto a la fonofobia se engloba en la esfera psicológica, ya que la molestia dependerá de las experiencias previas del paciente con dicho sonido, normalmente de carácter negativo. El rango de emociones reportadas en la misofonía es muy amplio. Incluye el término fonofobia: miedo al sonido. La fonofobia es una forma específica de la misofonía que se produce concretamente por el pensamiento irracional del miedo a los sonidos y los daños que estos pueden provocar en el sistema auditivo, como aumentar los tinnitus si existen y/o causar dolor físico (algiacusia). La algiacusia, al igual que la hiperacusia, puede confundirse con el reclutamiento como anteriormente se ha descrito. La misofonía junto a la fonofobia se engloba en la esfera psicológica (trastorno neurológico), ya que la molestia dependerá de las experiencias previas del paciente con dicho sonido (normalmente de carácter negativo), el contexto del mismo o su propio perfil psicológico. La reacción de intensidad del paciente está determinada no tanto por las características físicas del sonido desencadenante, sino más bien por su perfil psicológico, el contexto y las interpretaciones cognitivas que el individuo hace sobre la fuente específica de los sonidos que influyen en la intensidad y la falta de control de sus reacciones (Brout et al., 2018). La investigación sugiere que la misofonía podría clasificarse como un trastorno discreto, ya que los síntomas se presentan en un patrón estable y consistente y los pacientes informan vías de desarrollo similares (Schroder et al., 2013; Jager et al., 2020). Una dificultad en la regulación de las emociones y la presencia de habilidad afectiva exacerban la gravedad de los síntomas y pueden afectar el funcionamiento laboral, escolar y social del individuo a largo plazo (Rosenthal et al., 2022).  Según Swedo et al., (2022), son sonidos cotidianos producidos por el cuerpo de otras personas como comer, sorber o masticar, o por ciertos objetos que generen ruidos o pitidos los que pueden desencadenar ansiedad y conductas agresivas en el paciente. La ansiedad, según algunos autores, es de las emociones más sentidas, mientras que para otros autores esta sería principalmente anticipatoria. El cuadro sintomático de los sujetos misofónicos incluye correlatos neurofisiológicos como sensación de presión en el pecho, cabeza, brazos y tensión muscular general, entre otros. Sin embargo, la gama de emociones que se pueden experimentar es muy amplia y los sujetos también reportan tristeza, pérdida de control y alienación (Jager et al., 2020). A menudo, las reacciones de irritación o disgusto se convierten rápidamente en ira o incluso en odio, que se dirige al individuo que lo produce y no al sonido, incluyendo a menudo la idea de daño (Schroder et al., 2013). El cuadro sintomático de los sujetos misofónicos también incluye correlatos neurofisiológicos como sensación de presión en el pecho, cabeza, brazos y tensión muscular general. En menor medida también se reporta aumento de la presión arterial y ritmo cardíaco, dificultad para respirar, sudoración y dolor físico (Edelstein et al., 2013). Los estímulos que provocan las reacciones descritas se denominan disparadores y pueden ser tanto auditivos como visuales. La masticación y la respiración nasal son los detonantes más comúnmente reportados; los desencadenantes visuales se informan solo ocasionalmente; mientras que los sonidos ambientales ocurren únicamente de manera secundaria en comparación con los desencadenantes auditivos y visuales (Jager et al., 2020). En estos casos se desaconseja diagnosticar misofonía en sujetos cuya elicitación es generada únicamente por sonidos ambientales, invitando a considerarla solo como una hipersensibilidad genérica a los sonidos.  El contexto social parece jugar un papel importante en la regulación de las reacciones misofónicas. Estos parecen volverse más extremos si los sonidos son producidos por personas importantes para el individuo (Edelstein et al., 2013). La misofonía se asocia a untrastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad. Etiología La misofonía se describe inicialmente como una manifestación particular de los trastornos de ansiedad, los trastornos obsesivo-compulsivos (TOC) o una afección subyacente relacionada con la audición (Norris et al., 2022). Hasta la fecha, algunos autores sugieren la posibilidad de tratar la misofonía como un potencial trastorno psiquiátrico discreto, ya que tanto la manifestación sintomatológica como sus vías de desarrollo ocurren de acuerdo con un patrón estable y coherente (Schroder et al., 2013; Jager et al., 2020). Estos avances en el conocimiento del fenómeno se han visto favorecidos por las numerosas investigaciones sobre la etiología, aunque todavía estamos lejos de respuestas ciertas debido a la escasez de estudios experimentales (Rouw y Erfanian, 2018). Dado el creciente número de personas con misofonía, que a menudo se identifican a sí mismas como tales en los grupos de apoyo en línea, es imperativo que esta condición atraiga más atención entre los investigadores y los médicos. Algunos informes sugieren que los síntomas misofónicos pueden ser parte de otras afecciones como el síndrome de Tourette, el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), la ansiedad generalizada y el trastorno esquizotípico, lo que indica que ciertos casos de misofonía pueden atribuirse a un trastorno subyacente. También se han reportado síntomas misofónicos e hiperreactividad sensorial en niños con TOC y varios otros trastornos del desarrollo neurológico, como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), los trastornos del espectro autista y el síndrome X frágil. El patrón de síntomas de la misofonía también comparte algunas características que se encuentran en otros trastornos de ansiedad y personalidad (Ferreira et al., 2013). Valoración clínica Según Schroder et al. (2013), actualmente sugirieron que la misofonía se clasificara como un trastorno psiquiátrico distinto, en lugar de solo un síntoma de otra afección neurológica o psiquiátrica, y que podría clasificarse dentro de los trastornos del espectro obsesivo-compulsivo. Sin embargo, subrayó que clasificar la misofonía como tal sería prematuro y se necesitan más estudios sobre el tema. Otros autores también propusieron seis criterios diagnósticos para la misofonía:   A) La presencia o anticipación de sonidos específicos producidos por otras personas provoca una reacción física impulsiva y aversiva, comenzando con irritación o disgusto y que instantáneamente se convierte en ira.B) Esta ira desencadena una profunda sensación de pérdida de autocontrol con arrebatos potenciales, pero raros, agresivos.C) El individuo reconoce que la ira o repulsión es excesiva, irrazonable o desproporcionada a las circunstancias o factor estresante.D) El individuo tiende a evitar la situación misofónica o, si no tiene éxito, permanece en la situación con intensa incomodidad, ira o repulsión.E) La ira, aversión o evitación del individuo causa angustia o interferencia significativas en su vida.F) La ira, la aversión o la evitación del individuo no se explican mejor por otro trastorno, como el trastorno obsesivo-compulsivo o el trastorno de estrés postraumático. Tabla 1. Criterios diagnósticos para la misofonía (Schroder et al., 2013) Para algunos pacientes, el inicio de los síntomas parece estar relacionado con la sensación de disgusto al escuchar la masticación de los miembros de la familia durante la infancia, lo que resultaría en un proceso de condicionamiento después de la exposición repetida a estos eventos que lleva a manifestaciones misofónicas o conductas de evitación. Los síntomas pueden presentarse simultáneamente con trastornos neurológicos, de salud mental y especialidades médicas diferentes. Ciertas condiciones pueden ser descartadas a través de análisis de sangre y otras pruebas médicas como las genéticas. Muchos trastornos tienen como base la alteración de genes, «trastornos epigenéticos», donde los genes pueden activarse o desactivarse a través del medio ambiente. Las pruebas genéticas pueden parecer precisas, pero no se debe tomar como un resultado definitivo. Por último, la neurociencia puede presentarnos diferencias cerebrales y otras pruebas neuronales y fisiológicas, que ayudan con el diagnóstico. Sin embargo, esta es una transición extremadamente lenta y aún no se refleja en el DSM-5 o ICD-11 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales- Asociación Americana de Psiquiatría y Clasificación Internacional de Enfermedades - Organización Mundial de la Salud), por lo que se tiene que encontrar con un diagnóstico diferencial: el proceso de distinguir las condiciones en las que los síntomas se superponen (Vitoratou et al., 2023) (Rosenthal et al., 2021). Para algunos pacientes, el inicio de los síntomas parece estar relacionado con la sensación de disgusto al escuchar la masticación de los miembros de la familia durante la infancia, lo que resultaría en un proceso de condicionamiento. Resultados El paciente puede sufrir misofonía por un trastorno neurológico de base, por experiencias negativas vividas con determinados sonidos, por estímulos auditivos malinterpretados por el sistema límbico o por un posible trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad por no saber controlar los impulsos sonoros. Los principales síntomas que podemos observar son reacciones específicas (ira, ansiedad, pánico), desarrollo de un trastorno neurológico asociado a los sonidos, aislamiento, o en casos graves, reacciones y comportamientos violentos hacia el foco sonoro (objetos, animales o personas). No hay cura para la misofonía, pero los tratamientos actuales tienen un enfoque más psicológico para tratar de disminuir los síntomas del paciente. La hiperacusia tiene sus causas más centradas en otras enfermedades de origen como la enfermedad de Lyme, enfermedad de Ménière, síndrome de Williams y capítulos traumáticosfísicos como contusión cerebral, exposición prolongada a volúmenes altos de sonido, impactos sonoros (explosión) o lesiones por cirugía del oído, entre otros. Todas estas causas dan lugar a que el paciente en la clínica refiera dolor de oídos, plenitud ótica, malestar, ansiedad o incluso en casos graves, ataques de pánico. El tinnitus es la patología más común que podemos encontrar en la clínica diariamente debido a la pérdida de audición, infección, problemas cardiovasculares, tumores cerebrales o de oído interno, estrés o bruxismo, entre otras. El paciente indicará principalmente que nota zumbidos en los oídos de características personales (rugidos, chasquidos, murmullo intermitente o constante, uni o bilateral, etc.). El tratamiento para el tinnitus es el más eficaz de todas las patologías mediante ayudas auditivas, generadores de ruido y terapia TRT, además de incluir una dieta baja en sal y un programa de actividades lúdicas en el día a día del paciente. Por último, la fonofobia tiene sus causas principales en conductas negativas aprendidas, malas experiencias o una función cerebral alterada. Los síntomas físicos del paciente en la clínica diaria son los propios de las fobias, acompañados de otros psicológicos y conductuales. Los tratamientos más efectivos y utilizados actualmente son la relajación y la terapia de conducta.  La misofonía se asocia a un trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad. En las siguientes tablas se indican las causas, síntomas y tratamientos de cada uno de los términos revisados:  Tabla 2 Causas de cada una de las patologías. Elaboración propia. MISOFONÍA*HIPERACUSIATINNITUSFONOFOBIA• Trastorno neurológico de base. • Experiencias negativas vividas con determinados sonidos. • Malinterpretación de los estímulos auditivos. • Posible asociación a un trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad.• Exposición a altos niveles de decibelios durante un tiempo prolongado. • Exposición violenta a altos niveles de decibelios en un tiempo corto (disparo arma de fuego). • Contusión cerebral. • Enfermedad de Lyme. • Enfermedad de Ménière. • Acúfenos. • Lesión por cirugía del oído. • Trastornos de la articulación temporomandibular. • Dehiscencia del conducto semicircular superior del oído interno. • Parálisis facial periférica.• Migraña. • Síndrome de Williams. • Depresión • Pérdida de audición.• Pérdida de audición inducida por ruido. • Infecciones del oído. • Enfermedades del corazón o de los vasos sanguíneos. • Enfermedad de Ménière. • Tumores (cerebrales, oído interno). • Estrés emocional. • Lesión cerebral traumática. • Cerumen excesivo. • Causado por varias partes del cerebro, y no solo aquellas que se encargan de la audición. • Medicaciones(que contienen quinina y quinidina). • Trastorno neurosensorial (percepción distorsionada de las señales sonoras).  • Bruxismo o trastornos temporomandibulares. • Disfunción de la trompa de Eustaquio.•Experiencias negativas. • Genética y conducta aprendida. • Función cerebral.*Lo cierto es que las causas verdaderas de esta afectación siguen siendo un misterio, aunque se han postulado algunas hipótesis como las antes mencionadas. No hay cura para la misofonía, pero los tratamientos actuales tienen un enfoque más psicológico para tratar de disminuir los síntomas del paciente. Tabla 3 Síntomas de cada una de las patologías. Elaboración propia. MISOFONÍA*HIPERACUSIATINNITUSFONOFOBIA• Desarrollo de trastorno neurológico asociado a los sonidos. • Reacciones específicas de cadapersona (desde ira, ansiedad o pánico). • Aislamiento progresivo para evitar cualquier tipo de sonido incómodo o intolerante para ellos. • En casos más graves, el paciente puede manifestar comportamientos violentos hacia los demás, hacia animales o hacia objetos involucrados con dichos sonidos.• Dolor de oído.  Sensación de tener cuerpos extraños dentro de los oídos. • Ataques de pánico.• Ansiedad protagonizada por episodios de llanto difícilesde justificar. • Acúfenos (percepción de sonidos generados dentro del oído del paciente). • Mareos y vértigo (hiperacusia vestibular) cuando se perciben sonidos desagradables. • Malestar. • Distorsiones e intolerancia general a muchos sonidos que no afectan a la mayoría de las personas. • Comportamiento de evitación de situaciones sonoras y sociales.• Zumbido en los oídos sin existencia de una fuente de sonido externa. • Rugidos. • Chasquidos. • Siseos. • Campanilleos. • Murmullos. • Sonido subjetivo. • Sonido persistente o intermitente. • Ronroneo. • Sonido de ruido blanco. • Grillos. • Sonido pulsátil. • Enfermedad de Wernicke.• Síntomas habituales de las fobias como son: — Síntomas físicos: sudoración, respiración anormal, aceleración del latido del corazón, temblores, escalofríos, dolor en el pecho, sequedad de boca, mareos, dolor de cabeza, etc. — Síntomas psicológicos: pensamientos distorsionados respecto a la situación o estímulo.   — Síntomas conductuales: evitación de la situación o estímulo temido. Tabla 4 Tratamientos para cada una de las patologías. Elaboración propia. MISOFONÍA*HIPERACUSIATINNITUSFONOFOBIA• La misofonía no tiene cura. Desde un enfoque psicológico suele acudirse a un tratamiento cognitivo-conductual para tratar los síntomas derivados del trastorno, así como los posibles pensamientos disfuncionales asociados al mismo.El objetivo es que la persona afronte sus miedos y pueda, además, desahogarse durante las terapias. Los profesionales de la medicina más apropiados para atender estos casos son los psiquiatras y neurólogos. Como las opciones terapéuticas distintas a la terapia mental son escasas, el enfoque cognitivo-conductual suele aportar mayores beneficios.• Restablecer la tolerancia del oído frente a los sonidos (terapias como por ejemplo T. Ruido de banda ancha y ruido rosa o T. Reentrenamiento para acúfenos) •Antiinflamatorios esteroideos. • Medidas preventivas como no exponerse a altos niveles de ruido. • Cesar la toma de cualquier medicamento en caso de sentir sensibilidad elevada a los sonidos. • Reducir el estrés y mejorar la calidad del sueño.• Adaptación de prótesis auditivas (en caso de pérdidas auditivas, momentos de estrés, con funciones de sonido y música). • Ocupación de la mente en tareas agradables para el paciente. • Convivencia con el propio tinnitus asimilándolo. • Dieta baja en sal y eliminar comida precocinada. • Terapia sonora secuencial (TSS) • Terapia de reentrenamiento auditivo (TRT).• Terapia de conducta (exposición progresiva a los estímulos fóbicos, entrenamiento en técnicas de manejo de ansiedad y reestructuración cognitiva orientada a combatir las ideas catastróficas), en ocasiones combinado con tratamiento psicofarmacológico. • Hipnosis clínica unida a la relajación. Conclusiones Las causas de la misofonía, hiperacusia, tinnitus y fonofobia son muchas y algunas comunes entre sí, por ello, es importante analizar lo que el paciente nos describe en la clínica y preguntarle sus sensaciones, síntomas, dolencias, qué cree que le produce los síntomas que siente. Escuchar al paciente es la clave. En clínica, es más común encontrar pacientes que sufran un cuadro clínico de varias patologías (tinnitus + misofonía, por ejemplo) que por sí solas, por lo que hay que prestar especial atención a sus explicaciones. Destacar que, mientras la hiperacusia y el tinnitus son afectaciones de funcionamiento del sistema auditivo que pueden ser tratadas, existe la posibilidad de desarrollar otras enfermedades secundarias a nivel de trastornos de conducta si el paciente no es correctamente tratado y escuchado. En este caso pasaríamos a otro nivel de tratamiento más psicológico para ayudar al afectado a sobrellevar la situación y no generar grados más altos de dolencias. El trabajo multidisciplinar es esencial para ayudar al paciente. Las causas de la misofonía, hiperacusia, tinnitus y fonofobia son muchas y algunas comunes entre sí. Por último, podemos clasificar la misofonía como un síndrome; hiperacusia y tinnitus como trastornos auditivos relacionados con patologías del sistema nervioso central (SNC); y la fonofobia como una enfermedad englobada en la esfera psicológica. En clínica, es más común encontrar pacientes que sufran un cuadro clínico de varias de estas patologías, que una por sí sola, por lo que hay que prestar especial atención a las explicaciones que aporten. Referencias bibliográficas American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, 5th Edition: American Psychiatric Publishing. Angulo, A., Brocal, F., Feijoo, S., Harguindey, A., Roselló, L., Salobral, S., y otros. (2018). Audiología: Teoría y práctica. Madrid, España: Egea Ediciones. Baguley, D. M., Cope T. E., McFerran D. J. (2016). 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Terapia genética, la nueva esperanza en el tratamiento de la pérdida auditiva

En un avance sin precedentes en el campo de la medicina, una innovadora terapia genética ha logrado devolverle la audición a un bebé en Reino Unido, marcando un hito en la forma de abordar la hipoacusia hereditaria. Este prometedor tratamiento no solo ha transformado la vida de la pequeña y su familia, sino que también abre la puerta a nuevas posibilidades para quienes sufren pérdida auditiva profunda en todo el mundo. La protagonista de esta historia es una niña inglesa, Opal Sandy, de apenas 18 meses, diagnosticada con sordera profunda desde el nacimiento debido a una mutación genética en el gen OTOF. Este gen es crucial para la función normal de las células ciliadas del oído interno, que son las responsables de convertir las ondas sonoras en señales eléctricas para que el cerebro pueda interpretarlas como sonido. La mutación en el gen OTOF impide que estas células funcionen correctamente, dando como resultado una pérdida auditiva severa. La niña forma parte de en un ensayo clínico que se está llevando a cabo en Reino Unido, Estados Unidos y España.  La historia de Opal Opal Sandy, es la niña más joven que ha recibido este tipo de tratamiento. Nació completamente sorda debido a una rara condición genética, la neuropatía auditiva, causada por la interrupción de los impulsos nerviosos que viajan desde el oído interno hasta el cerebro. Con once meses, sus padres se enfrentaron a la difícil decisión de someterla a un nuevo tratamiento experimental. Cuatro semanas después de recibir la infusión de terapia genética en su oído derecho, Opal respondió al sonido, incluso con el implante coclear en su oído izquierdo apagado. Actualmente, puede oír sonidos tan suaves como un susurro y ha comenzado a hablar, diciendo sus primeras palabras como cualquier bebé, las típicas, «mamá» y «papá». Los padres, felices y muy agradecidos, han descrito los avances como un milagro, destacando el impacto positivo que la terapia ha tenido en la calidad de vida de su hija. «Cuando Opal pudo oírnos aplaudir por primera vez sin ayuda, fue alucinante. Nos pusimos muy contentos cuando el equipo clínico confirmó a las 24 semanas que su audición también captaba sonidos más suaves e incluso el habla», se emociona la madre de Opal, Jo Sandy. Cuatro semanas después de recibir la infusión de terapia genética en su oído derecho, Opal respondió al sonido, incluso con el implante coclear en su oído izquierdo apagado. El procedimiento de infusión genética de Opal La neuropatía auditiva puede deberse a una variación en un solo gen, conocido como gen OTOF. El gen produce una proteína llamada otoferlina, necesaria para permitir que las células pilosas internas del oído se comuniquen con el nervio auditivo. Aproximadamente unas 20.000 personas en Reino Unido, Alemania, Francia, España e Italia son sordas debido a una mutación en el gen OTOF. Los niños con una variación en este gen suelen pasar la prueba de detección neonatal, ya que las células ciliadas funcionan, pero no se comunican con el nervio. Esto significa que esta pérdida auditiva no suele detectarse hasta los dos o tres años de edad, cuando comienza a notarse un significativo retraso en el habla. Las mutaciones en el gen OTOF se pueden identificar mediante pruebas genéticas estándar. En el caso de Opal, se la catalogó como una persona en riesgo porque su hermana mayor padecía la enfermedad y el diagnóstico se confirmó mediante un resultado de prueba genética cuando la niña tenía tan solo tres semanas de vida. El procedimiento que se ha utilizado para tratar Opal se basa en una técnica de terapia genética que utiliza un virus modificado e inofensivo (AAV1) como vector para introducir una copia funcional del gen OTOF en las células afectadas del oído interno. Esta terapia se administra directamente en el oído mediante una infusión. Aproximadamente unas 20.000 personas en Reino Unido, Alemania, Francia, España e Italia tiene pérdida auditiva provocada por una mutación en el gen OTOF. El virus modificado actúa como un vehículo que transporta el ADN saludable a las células ciliadas, donde se integra en el ADN de la célula y permite la producción de la proteína necesaria para la audición. Este proceso no solo restaura la función de las células ciliadas, sino que también tiene el potencial de ofrecer una solución duradera para la sordera hereditaria causada por esta mutación genética específica. Durante la cirugía, mientras Opal recibía la terapia genética en el oído derecho, le colocaron un implante coclear en el oído izquierdo. Los médicos notaron una mejora continua en la audición de Opal en las semanas posteriores y a los seis meses confirmaron en su oído tratado niveles de audición cercanos a los normales para sonidos tan suaves, como los susurros. El Proyecto Esta intervención se enmarca en el proyecto piloto CHORD, que se está llevando a cabo en el Reino Unido, en España y en Estados Unidos, con una duración de cinco años, y en el que está previsto que participen cerca de una veintena de pacientes. Su objetivo es demostrar que la terapia genética puede proporcionar audición a los niños que nacen con neuropatía auditiva. «Estos resultados son espectaculares y mejores de lo que se esperaba. La terapia genética ha sido una utopía en otología y audiología durante muchos años y estoy muy emocionado de que finalmente sea una realidad. Esperamos que esto sea el comienzo de una nueva era para las terapias génicas para el oído interno y para muchos tipos de pérdida auditiva», concluye el profesor Manohar Bance, cirujano del oído en el Cambridge University Hospitals NHS Foundation Trust e investigador principal del ensayo. Un futuro lleno de esperanza Este ensayo, que llega sesenta años después de que se inventara el implante coclear, el cual ha sido el tratamiento generalizado para pacientes con pérdida auditiva relacionada con la OTOF, viene a demostrar que la terapia genética podría ser una alternativa futura a esta solución. El caso de Opal es un rayo de esperanza para miles de familias que conviven con la realidad de la pérdida auditiva hereditaria. La posibilidad de una cura o una mejora significativa en la calidad de vida de sus seres queridos es un sueño que está cada vez más cerca de hacerse realidad. Así lo cree John Evans, padre de un niño de tres años con sordera genética, «esta noticia nos llena de optimismo. Saber que hay avances reales y tangibles en el tratamiento de la sordera genética nos da una nueva perspectiva sobre el futuro de nuestro hijo». Por su parte, en España también se ha dado el primer paso. El pasado 2 de mayo, los médicos de la Clínica Universidad de Navarra operaron a Abril, la primera niña española que ha sido tratada dentro de este ensayo clínico, y que al igual que Opal, ha recibido la versión correcta del gen empaquetada en virus inofensivos. Opal Sandy antes de la intervención En Estados Unidos, dentro de otro ensayo similar se ha tratado a Aissam, un niño de 12 años que ha conseguido recuperar la audición, aunque probablemente no logre ya aprender a hablar.  Proceso de terapia genética El procedimiento que se ha utilizado para tratar Opal se basa en una técnica de terapia genética que utiliza un virus modificado e inofensivo (AAV1) como vector para introducir una copia funcional del gen OTOF en las células afectadas del oído interno. También China está llevando a cabo este tipo de terapias. Aquí, el proyecto es el primero que usa terapia genética bilateral y se ha realizado con cinco niños con DFNB9 en el Hospital Oftalmológico y Otorrinolaringológico de la Universidad de Fudan de Shanghai. El procedimiento ha sido similar a los mencionados anteriormente, se inyectaron copias funcionales del transgén humano OTOF transportado por un virus adenoasociado (AAV) en los oídos internos de los pacientes mediante una cirugía mínimamente invasiva.  Los cinco niños recuperaron la audición en ambos oídos, con importantes mejoras en la percepción del habla y la localización del sonido. Incluso, dos de los pequeños han demostrado atención hacia la música, una señal auditiva considerada como más compleja.
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