Cuando un paciente de avanzada edad acude a nuestro gabinete para adquirir unas prótesis auditivas, debemos realizar una serie de exámenes e informes que nos ayuden a ofrecerle la mejor solución para sus necesidades. A los procedimientos habituales, conviene añadirles cualquier otra prueba que pueda ser útil para una adaptación más adecuada en función de las características de cada uno.
Las pruebas audiológicas, recogidas en los protocolos normalizados de trabajo y que utilizamos habitualmente para la adaptación protésica son las siguientes:
- Anamnesis.
- Otoscopia.
- Acumetría.
- Impedanciometría.
- Audiometría Tonal (aérea y ósea).
- Umbral de Incomfort.
- Logoaudiometría (Umbral de Recepción Verbal (URV) y Máxima Discriminación).
- Asesoramiento y elección de la ayuda auditiva.
- Entrega: instrucciones de uso de su nueva ayuda auditiva y consejos sobre limpieza y mantenimiento.
- Verificación en Campo Libre con y sin audífonos de la Ganancia Funcional.
- Protocolo de revisiones.
Existen otras pruebas que nos ayudan a confirmar los datos obtenidos de la audiometría, como por ejemplo, la Prueba de SISI en el caso de detectar Reclutamiento o la Prueba de Fatiga en el caso de una Hipoacusia Neurosensorial Retrococlear, incluso si se sospecha de Zonas Cocleares Muertas, TEN Test.
Podemos realizar una adaptación completamente personalizada con el uso de las medidas REM, que nos permiten ver in situ lo que realmente está pasando dentro del CAE del paciente. De esta forma verificamos si realmente hemos conseguido llegar a las curvas objetivo de la adaptación, con lo que las curvas de simulación que vemos en el software del fabricante no resultarían de mucha utilidad.
No debemos nunca olvidar que, aunque hagamos las mejores pruebas audiológicas y seleccionemos el mejor audífono del mercado, siendo ambas cosas fundamentales, la parte más importante, tanto para la elección del modelo como para la estrategia de la adaptación, es la anamnesis. Esta nos va a desvelar los datos imprescindibles para elegir el camino correcto. Aunque la batería de preguntas básicas se hace de forma rutinaria, cuando se trata de personas mayores es esencial ampliar esta entrevista a lo largo de toda la visita e indagar un poco más sobre el paciente. Y esto ¿por qué? Hay cuatro puntos fundamentales en este tipo de pacientes que debemos tener siempre presentes y que no se nos pueden pasar por alto:
1. Está demostrado que existe un deterioro cognitivo a partir de los 60/65 años. Numerosos estudios demuestran que el aislamiento que supone para las personas mayores la pérdida auditiva puede ser un agravante del deterioro de sus funciones intelectuales, atención, memoria, etc.
2. Los cambios en la visión por la edad comienzan a producirse en torno a los 40 años y se acentúan en los mayores de 65/70.
Los deterioros habituales de las funciones visuales en personas mayores son:• Disminuye la agudeza visual.
• Se altera la percepción del color.
• Se atenúa la visión del contraste entre el objeto y el fondo.
• Mengua la capacidad de adaptación a los cambios del nivel de iluminación.
• Se pierde la acomodación a la visión cercana.
• Es más fácil sufrir deslumbramiento.
• Se reduce la capacidad para fusionar la información de ambos ojos.
• Disminuye la visión de profundidad.
• Los reflejos y los movimientos oculares son más lentos.
• La visión en la periferia del campo de visión se deprime.
Todo esto debemos tenerlo en cuenta ya que, debido al desarrollo de la tecnología, los fabricantes de ayudas auditivas confeccionan modelos cada vez más pequeños, manteniendo potencia y prestaciones audiológicas. Por lo tanto, llevan montados consumibles (filtro de micrófono, filtro de auricular, adaptadores, batería, etc.) de un tamaño tan pequeño, que son un reto casi imposible para nuestros usuarios mayores.
3. La artrosis se sitúa entre las primeras causas de discapacidad para la población mundial y su incidencia en las personas mayores es del 70%. Se trata de la enfermedad articular más frecuente en la actualidad y se prevé que en los próximos años crezca debido al aumento de la expectativa de vida. Es una enfermedad degenerativa, inflamatoria y crónica del aparato locomotor, debida al desgaste de las articulaciones (concretamente del cartílago articular), que termina provocando el roce de los huesos y su desgaste.
Una de las articulaciones que más movimiento tiene a lo largo de nuestra vida es la articulación temporomandibular (ATM), luego es lógico pensar que a mayor edad, existe un riesgo más elevado de sufrir una disfunción de esta articulación
.Para las personas mayores usuarias de audífonos es un caballo de batalla, ya que el dolor que produce irradia hacia el oído y muchas veces nos centramos en hacer correcciones de los moldes, carcasas, etc., cuando la solución está en derivar al profesional adecuado para su valoración.
Otro de los errores comunes cuando existe un exceso de movilidad en la ATM es la elección de audífonos intracanales, con el riesgo de acoplamiento de los mismos, por lo que tendremos que tener especial atención en la elección del sistema antifeedback.
También hay que tener en cuenta que el origen embriológico del oído medio (OM) y de la articulación temporomandibular es el mismo, existiendo por lo tanto una íntima relación entre la ATM, la cavidad timpánica y las trompas de Eustaquio. Una disfunción a nivel de dicha articulación puede provocar una disfunción tubárica, así como otras posibles alteraciones (vértigos, tinnitus, etc.).
4. El oído es el sistema periférico de la audición, pero para que el reconocimiento e interpretación del mensaje sea el adecuado necesitamos que el procesamiento auditivo a nivel central sea correcto. En las personas mayores habitualmente se ralentiza este procesamiento, lo que conlleva una percepción del habla como un sonido continuo en detrimento del entendimiento.
Aunque podríamos enumerar más causas, de todo lo anterior se deduce que la adaptación de audífonos en personas mayores muchas veces viene dificultada por problemas que, en principio, no se relacionan con los datos audiométricos obtenidos, ni con el tipo de prótesis elegida.
A las pruebas habituales, deberíamos incorporar otros test complementarios como los siguientes:
• Pruebas Cognitivas (Test Minimental1, Test del Reloj2).
• Pruebas que valoren el procesamiento auditivo central, como por ejemplo el Test de Escucha Dicótica, que es relativamente fácil para valorar la integración, interacción o disociación binaural.
• Resolución Temporal para valorar el procesamiento temporal, capacidad para poder percibir variaciones rápidas de tiempo. Prueba de Patrones de Frecuencia y Patrones de Duración.
Al contemplar de una forma más general la problemática de la persona podremos ofrecer la mejor solución y el apoyo necesario tanto al usuario como a sus familiares, que en el caso de las personas mayores son invitados casi obligatorios en todo el proceso de la adaptación protésica.
Desde un punto de vista aún más global y sabiendo la relación que existe entre el procesamiento auditivo y el visual, no deberíamos pasar por alto que un problema visual muchas veces viene relacionado con un problema auditivo.
Debemos aprovechar que nuestros establecimientos sanitarios están integrados por profesionales de ambas especialidades para ofrecer un estudio completo visión/audición.
Asimismo, es preciso añadirle un protocolo de revisiones exhaustivo con el que podamos ir monitorizando la adaptación, y complementarlo con rehabilitación auditiva. En este sentido está demostrado que el uso del método Knaster mejora la discriminación en pacientes con Hipoacusia Neurosensorial Coclear y Reclutamiento.
Otro tipo de rehabilitación es la Estimulación Neuro-Auditiva mediante software de música filtrada donde se consiguen mejoras en el umbral de audición y en el entendimiento, así como en la atención, concentración y memoria.
Notas:
1. Prueba de T.E.A. Ediciones (www.teaediciones.com), previa acreditación de profesional sanitario.
2. El test del dibujo del reloj o clockdrawing test (CDT)
3. Método Knaster. http://www.jknaster.org/
Autora:
Técnico Superior en Audiología Protésica
Responsable de Audiología del grupo Opticalia San Gabino, Madrid
Máster de Experto en Audiología (Universidad de Salamanca)