La pérdida auditiva afecta a más de 1.500 millones de personas en el mundo y se prevé que en los próximos años haya un incremento significativo de esta cifra. Además, la presbiacusia está asociada a múltiples patologías como la demencia o la depresión y llega a suponer un elevado coste económico y social. Actualmente, la pérdida de audición no tiene cura, solo tratamientos más o menos eficaces. Por este motivo, la comunidad científica internacional se centra en prevenir, en la medida de lo posible, esta afección.
Un nuevo estudio publicado, revela que tener un porcentaje elevado de grasa corporal puede estar vinculado con la pérdida auditiva.
Esta investigación hace hincapié en que la acumulación en brazos y piernas de grasa, supone un aumento del riesgo de padecer pérdida auditiva neurosensorial, y la realidad es que, en estos casos, la probabilidad de presentar esta patología aumenta en 1,45.
No obstante, aunque existe una relación, los investigadores recuerdan que las asociaciones no tienen por qué ser causales.
El estudio también señala que las mujeres jóvenes con pérdida auditiva neurosensorial son más susceptibles a los indicadores de la composición corporal.
Información sobre el estudio
El estudio se realizó en 147.296 adultos, cruzando los datos de sus composiciones corporales con una prueba del umbral de reconocimiento del habla (SRT). También se llevó a cabo una investigación prospectiva con 129.905 participantes sobre la pérdida auditiva neurosensorial de referencia y, durante 15 años, se efectuó un seguimiento para analizar la asociación entre la composición corporal y la pérdida auditiva neurosensorial de nueva aparición.

El estudio se realizó en 147.296 adultos, cruzando los datos de sus composiciones corporales con una prueba del umbral de reconocimiento del habla.
Dicho estudio, publicado con el título «Associations Between Body Composition and Sensorineural Hearing Loss Among Adults Based on the UK Biobank» (Relaciones entre la composición corporal y la pérdida auditiva neurosensorial en adultos de la base de datos UK Biobank), se ha divulgado a través de la revista Otolaryngology Head Neck Surgery.
Fuentes
www.hear-it.org