Nuestra profesión es relativamente joven, comparándola con otras del campo sanitario.
De hecho, fue en el año 1976 cuando se pusieron los pilares de la actual Asociación Nacional de Audioprotesistas – Audiólogos Protésicos (ANA), creada por un grupo de personas que vendían aparatos para sordos con el objetivo de unirse para poder mejorar su trabajo y dar un mejor servicio a sus pacientes.
Unos años después ya se fueron estableciendo los estudios correspondientes de nuestra profesión, dando lugar a lo que en la actualidad se conoce con el nombre oficial de audiólogos protésicos.
Al tiempo, se han ido sucediendo los títulos de los estudios, siempre dentro de la Formación Profesional de nuestro país; pasando del título de Técnico Especialista al de Técnico Superior de Audioprótesis para ser, en estos momentos, Técnico Superior en Audiología Protésica. Un ciclo formativo que se imparte en diversas escuelas extendidas por todo el territorio nacional.
Las diferentes Juntas Directivas de la Asociación, que han representado y representan a los profesionales de la audición ante las distintas administraciones,
han trabajado intensamente para lograr que la audioprótesis sea una profesión sanitaria reconocida, donde el audífono se considere un producto sanitario (basándonos siempre en normativas oficiales).
De tal manera que seamos los únicos facultativos especialistas para prescribirlos y que su adaptación se realice en una consulta preparada dentro de nuestro establecimiento sanitario.
Y es preciso recalcar de forma clara que, en nuestra consulta dedicada a la audición y adaptación de audífonos, únicamente puede ejercer la persona titulada como Técnico en Audiología Protésica, igual que en la de la óptica solo puede ejercer el óptico – optometrista.
Destacaríamos también el gran avance que, en relativamente poco tiempo, han experimentado los audífonos.
Al principio, y no hace muchos años, eran simplemente unos pequeños altavoces más o menos sofisticados; pero en la actualidad han llegado a ser de altísima calidad perfeccionando su tecnología, y haciendo que pérdidas auditivas que antes no se podían adaptar, ahora sean posibles abordar; mejorando así la calidad de vida de un gran número de personas que tienen problemas auditivos.
CONOCIMIENTOS, A LA ÚLTIMA
Pero esto no sólo se debe al gran avance tecnológico de las prótesis. En igualdad de condiciones, se debe a la alta formación que poseen los audiólogos-protésicos. Y, para ello, es absolutamente necesario estar actualizado en los últimos conocimientos y en las novedosas técnicas de adaptación. Es importante preparar y realizar los exámenes técnicos a los pacientes con gran meticulosidad aún sabiendo que, para ello, hay que dedicar muchas HORAS de nuestro trabajo.
Y no exagero al poner horas con mayúscula porque así es.Detectar y tratar los problemas auditivos no es sencillo en la mayoría de los casos. Pueden tratarse desde un simple tapón de cerumen hasta cualquiera de los problemas en la vía auditiva que llegan hasta el cortex cerebral.
Y es que son muchos y muy complejos los datos a examinar.
En bastantes ocasiones no es fácil compensar la pérdida auditiva de los pacientes. Aun conociendo el problema y los mejores avances técnicos disponibles, hay que dedicar mucho tiempo y recursos para poder realizar una adaptación óptima e individualizada para cada uno.
Nuestro campo profesional no es un añadido a otro negocio más o menos rentable. Para estar en él es necesario, y obligatorio, hacer una amplia inversión económica en el equipamiento. También es obligatorio tener, cuando el propietario no es titulado oficial, un director técnico titulado que debe estar presente en el establecimiento mientras éste permanezca abierto al público (porque así lo exigen las leyes).
Y hay que invertir, casi independientemente de la rentabilidad, en aquellos audífonos que mejor puedan ayudar a las personas que acudan a nuestro establecimiento buscando una solución auditiva.
“Hay que dedicar mucho tiempo y recursos para poder realizar una adaptación óptima e individualizada”
INVERTIR EN LA VOX POPULI
El mejor consejo que desde la Asociación podemos dar a los profesionales es que consigan clientes satisfechos. Los buenos comentarios de las personas atendidas en nuestras consultas son la publicidad más rentable para la consolidación de nuestro negocio.
Y consiguientemente la peor publicidad es una mala información de un paciente descontento, que indique que con el aparato adaptado no oye bien o que no lo usa. Por ello, es absolutamente necesario hacer las cosas bien ya que llevar un audífono va siendo cada vez más natural y puede ser nefasto para todos que generemos la opinión de que los audífonos no solucionan los problemas auditivos o que creamos fama de que no se hacen bien los estudios y las adaptaciones.
En nuestro campo no suele ser beneficioso para nadie la publicidad fácil del 2×1, la política de precios baratos, etc. Las personas con problemas de audición miran, más que el precio, el servicio profesional, el resultado de su adaptación, la solución de su problema auditivo y la mejoría de su calidad de vida.
Por otro lado, la buena preparación y la asistencia anual a Congresos o Jornadas Técnicas deben ser obligatorias para todos aquellos que quieren ser buenos profesionales. En la actualidad hay muchos y buenos expertos que se esfuerzan en prepararse a conciencia y hacer de su profesión algo importante en el mundo de la sanidad española, pero aún queda mucho por hacer.
Me gustaría añadir otros campos en donde los audiólogos protésicos son competentes como, por ejemplo, en la rehabilitación auditiva, la medición del ruido, los equipos de protección auditiva para empresas, etc.
Por último, indicar que otra función de la Asociación es la ayuda a los asociados frente a las malas prácticas que existen (no tener en un establecimiento al titulado oficial obligatorio, publicidades engañosas, ventas por internet, ventas ambulantes en pueblos o centros de salud…).
De hecho son muchas las denuncias que se reciben y que, desde la Asociación, tramitamos a los organismos correspondientes; consiguiendo en muchos casos la paralización de algunas prácticas y la sanción de sus infractores.
Por ello, invito a los profesionales a pertenecer a la Asociación Nacional de Audioprotesistas – Audiólogos Protésicos (ANA).