En el procedimiento a seguir en un estudio profesional de la función auditiva no pueden faltar las siguientes pruebas, que detallamos brevemente a continuación, y sobre las que profundizaremos en las siguientes ediciones de la revista.
Me estoy iniciando en la profesión, y me gustaría conocer qué pruebas no pueden faltar en un primer Estudio Audiométrico, para valorar el instrumental que necesito utilizar.
1.- ANAMNESIS
Son los datos que extraemos de la vida del paciente, de su familia, del medio en el que ha vivido, las experiencias que ha tenido, incluyendo sensaciones anormales, estados de ánimo o actos concretos observados por el paciente o por otras personas con la fecha de aparición y duración.
2.- EXPLORACIÓN DEL OÍDO
2.1.- Inspección
Se realiza sin instrumental y con buena iluminación. Para detectar cualquier anomalía hay que observar con detalle las características de la conformación del pabellón auricular, la entrada al conducto auditivo externo y las zonas vecinas: mastoides, cuello…
2.2.- Palpación
Se presiona suavemente con los dedos buscando puntos dolorosos en mastoides y por delante del conducto.
2.3.- Otoscopia
Es la maniobra de exploración detallada del conducto auditivo externo y la membrana timpánica con instrumental (otoscopio).
3.- ACUMETRÍA
Mediante la acumetría se obtiene una cuantificación poco precisa, pero muy orientativa, acerca del grado de audición. Hoy en día es un método poco utilizado en la práctica audioprotésica. Existen dos tipos de acumetría según el estímulo que se aplique: utilizando la voz del explorador y con diapasones (o con el vibrador del audiómetro). Pruebas Weber, Rinne, Bing, etc.
4.- AUDIOMETRÍA
La audiometría valora la función auditiva con mayor precisión que la acumetría, ya que mediante el audiómetro se administra un estímulo (tono o palabra) a una intensidad concreta. Esto nos permite cuantificar y representar en un audiograma la pérdida auditiva del paciente; pero sin olvidar que estas pruebas se realizan bajo la subjetividad del mismo.
4.1.1.- Liminar: Ósea y Aérea
El objetivo de estas pruebas es obtener, tanto por vía aérea como ósea, los niveles mínimos de intensidad a los que la persona explorada es capaz de percibir estímulos acústicos presentados en forma de tonos puros.
4.1.2.- Supraliminar:
Umbral de molestia, Diplacusia, Fowler, Reger, etc.
Son pruebas que se realizan a intensidades superiores a los umbrales de audición, con el objetivo de diferenciar entre hipoacusias cocleares o retrococleares.
4.2.- Audiometría Vocal
Se basa en presentar al paciente palabras bisilábicas y fonéticamente balanceadas a diferentes intensidades. Esta prueba informa de la capacidad de discriminación del paciente, es decir, de la capacidad comunicativa del mismo; por lo que es primordial para la posterior adaptación, ya que el objetivo es mejorar la comunicación del mismo.
5.- IMPEDANCIOMETRÍA
Es la medición objetiva de la dificultad para la transmisión de la energía sonora del oído externo y medio.
5.1.- Reflejo Cocleoestapedial
Es la prueba donde se determina el estado de los mecanismos de defensa del oído externo y medio ante estímulos con intensidades altas.
5.2.- Timpanometría
Es la medición de la compliancia o capacidad de vibración del tímpano.
Y de forma indirecta del estado de la función tubárica.
6.- POTENCIALES EVOCADOS
Es la prueba más objetiva que hay. Consiste en observar cambios en el electroencefalograma del paciente, tras la administración de estímulos acústicos de frecuencias e intensidades variables mediante electrodos aplicados en determinadas zonas de la cabeza.
Cuando se registran dichos cambios, las respuestas eléctricas de los potenciales de neuronas de la vía auditiva se denominan potenciales evocados auditivos. Con estas respuestas a los estímulos, podemos afirmar de forma objetiva que el paciente percibe sensaciones sonoras.