¿Cómo están viviendo la vuelta al cole con mascarilla los niños con hipoacusia? Los micrófonos remotos, sus grandes aliados.
Autor: Ruth Torres
© Imágenes cortesía de Oticon.
Si alguien nos dice FM, quizá aún se nos venga a la cabeza, sobre todo a los más veteranos, el farragoso momento de sincronizar canales, comprobar contactos de los receptores, evitar interferencias con el aula contigua… Y por supuesto, pensamos en niños. Pocas veces nos acordamos de que los pacientes adultos también pueden beneficiarse de esta tecnología en muchas situaciones cotidianas. Pero con el inicio del curso escolar, queremos centrarnos en los niños y en su ámbito académico.
Es sabido por todos que existen distintas situaciones en las que se hace más difícil escuchar. Los tres clásicos enemigos, incluso de los audífonos e implantes tecnológicamente más avanzados, siguen siendo el ruido de fondo, la reverberación (eco, mala acústica) y la distancia entre la persona que habla y el usuario. A día de hoy, por desgracia, tenemos que añadir una cuarta limitación que es la que supone el uso generalizado de mascarillas. Ya son muchos los estudios que han objetivado cómo el habla se ve deteriorada con el mismo. Por ello, ahora más que nunca, debemos priorizar el uso complementario de micrófonos remotos en el entorno escolar.
El aprendizaje se basa fundamentalmente en la percepción auditiva. Los niños, en general, necesitan unas condiciones de audibilidad mejores que los adultos para conseguir el mismo nivel de discriminación. En el caso de los menores con hipoacusia, la necesidad es aún mayor, por lo tanto, la calidad del estímulo auditivo ha de ser óptima la mayor parte de su jornada. En caso contrario, el deterioro en la inteligibilidad del mensaje oral puede producir un déficit de atención que afecte a la asimilación de contenidos, pudiendo contribuir a un bajo rendimiento académico.
No olvidemos que el estímulo oral puede ser audible pero no inteligible. El contexto ayuda y el lenguaje no verbal también. Este último también se ve notablemente afectado por el uso de la mascarilla. En cuanto a lo estrictamente auditivo, debemos saber que la detección de pequeños detalles acústicos, conocida como cierre auditivo, es una habilidad de procesamiento auditivo de nivel superior, de modo que los escolares más pequeños la tienen aún por desarrollar.
Ese desarrollo de las habilidades auditivas del lenguaje se ve, a su vez, condicionado por la calidad acústica de la señal. Por lo tanto, se cierra un círculo en el que el adecuado desarrollo del lenguaje depende de un input auditivo de calidad, del mismo modo que las habilidades auditivas más avanzadas dependen de un lenguaje más desarrollado. Cuanto mejor sea la señal que recibe el cerebro en construcción de un niño, más oportunidades le estaremos dando para desarrollar sus habilidades de lenguaje y aprendizaje en general.
Llegados este punto, la respuesta a la tan repetida pregunta de «¿a partir de qué edad se recomienda el uso de FM?» debería ser indiscutiblemente «desde el momento en que el niño empieza a usar audífonos». Los sistemas de comunicación inalámbrica deberían considerarse una parte más en el proceso de adaptación protésica. Sin embargo, la realidad, sobre todo en nuestro país, sigue estando lejos de las recomendaciones de la evidencia científica.
En general, los sistemas de micrófono remoto (hasta hace poco conocidos como sistemas de FM) consisten en un micrófono transmisor y un receptor. El micrófono se coloca cerca de la fuente sonora (en este caso el maestro) y transmite la señal de forma inalámbrica al receptor colocado en el procesador del usuario (en este caso el alumno con audífono y/o implante), respetando los ajustes que tengan sus prótesis. Se dice que el sistema ha de ser «transparente»: audífono/implante y micrófono remoto actúan de forma conjunta, pues se respetan los parámetros y características dispuestas en el sistema de amplificación primario. El uso del micrófono remoto permite una actitud de escucha más relajada, disminuyendo la fatiga ocasionada por el constante esfuerzo que requiere el escuchar en condiciones adversas, proporcionando una señal de habla de calidad imprescindible para desarrollar patrones auditivos adecuados que sienten la base para un buen desempeño en futuras situaciones acústicas desfavorables.
En la actualidad, los sistemas disponibles son (extraído de Programa Infantil Phonak): el sistema de frecuencia modulada (FM), la tecnología de transmisión de 2,4 GHz y el sistema Roger.
1. El sistema de FM a su vez puede ser:
• De tecnología clásica: la ganancia que aporta es siempre la misma, sin importar el nivel del ruido ambiente.
• De tecnología dinámica (Dynamic): la ganancia que aporta se ajusta al nivel del ruido ambiente.
2. La tecnología de 2.4 GHz estándar transmite utilizando una banda de frecuencias centrada en los 2.4 GHz (similar al Bluetooth y WiFi). La ganancia que aporta es siempre la misma, reduciendo sus beneficios cuando aumenta el ruido de fondo.
3. El sistema Roger está basado en la tecnología de 2,4 GHz pero con la característica exclusiva de ganancia adaptativa. Es decir, a mayor nivel de ruido ambiente la señal que llega a través del micrófono eleva su volumen para hacerse más audible sobre el ruido de fondo; cuando este se reduce, también lo hace el volumen de la señal. Además, Roger mejora la tecnología de otros sistemas que transmiten en esta misma banda, reduciendo el tiempo de transmisión, para que no exista retraso entre lo que se ve por la lectura labial y lo que se oye. Estas características aportan mayor inteligibilidad en condiciones acústicas adversas, mejorando la calidad de la señal y otorgando mejores resultados por encima de cualquier otra tecnología.
No debemos olvidarnos que además de la clásica y evidente indicación de sistema de micrófono remoto en los niños con hipoacusia corregida, también pueden beneficiarse de estos sistemas, individuos sin audífonos con pérdidas auditivas leves no adaptadas, con trastornos del procesamiento auditivo central o con otras patologías no propiamente auditivas, como el déficit de atención (con o sin hiperactividad), la dislexia o trastornos generales del desarrollo, entre otros, ayudando al niño a concentrarse en los sonidos que realmente desea o necesita escuchar. Por otra parte, la utilización de este sistema también beneficia a los profesores disminuyendo el esfuerzo vocal.
Es una realidad que las aulas escolares son ambientes acústicamente pobres. Este año, debemos añadir una nueva dificultad y es el deterioro del habla que genera esta nueva normalidad que nos ha tocado vivir con el uso continuado de mascarillas.
Por ello, como audioprotesistas, debemos dejar atrás prejuicios originados por ciertas dificultades que nos presentaban en el pasado las emisoras de FM, pues estos se han visto claramente superados por los novedosos y cómodos sistema de micrófonos remotos que, sin lugar a dudas, se convertirán en el mejor aliado de los niños con hipoacusia, este año más que nunca.
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RUTH TORRES
Audióloga
Diplomada en Logopedia y Terapia Ocupacional.
Diplomada en Audiología.
Técnico Superior en Audiología Protésica.
Audióloga en Clínica Universidad de Navarra (Madrid) y en Aurea TAV.
Docente en el Máster de Audiología de la Universidad Europea Miguel de Cervantes.