Moldes personalizados

07/09/2020 | Comparte:

Moldes personalizados con filtros de alta fidelidad para músicos

Autor: Susana Domínguez

«Si soy un aficionado a la música y solo acudo a recitales y pubs una o dos veces por mes ¿debería invertir en este tipo de moldes?» Esta es una pregunta habitual entre un amplio colectivo de la población que cada vez está más concienciado de las repercusiones que el exceso de decibelios puede tener para nuestros oídos a medio y largo plazo.

La prioridad es usar protección auditiva para situaciones en las se esté inmerso en una atmósfera plena de sonidos fuertes. Para pubs o conciertos donde la música supera los niveles permitidos, se puede elegir un sinnúmero de tapones económicos que permiten seguir escuchando igual la música y prevenir el daño auditivo.

Sin embargo, si hablamos de músicos, tenemos que explorar otras opciones de moldes de alta calidad y fidelidad con filtros que difieren de los anteriormente mencionados. La mejor manera de tener acceso a ellos es visitar a un «audioprotesista» que tomará una correcta impresión (bien profunda) de sus conductos auditivos con una pasta especial que enviará al laboratorio para la fabricación de estos moldes siliconados con filtros.

Para los músicos que practican frecuentemente y tienen funciones ocasionalmente, esta será una excelente manera de proteger sus oídos al mismo tiempo que preservan la calidad de la música que están escuchando.Los profesionales músicos que practican a diario y tienen conciertos frecuentemente necesitarán medidas más serias de protección auditiva. La mejor solución para este grupo de usuarios es el IN-EAR-MONITOR (IEMs) que permite a los músicos escuchar el MIX MONITOR con un nivel ajustable de ON-OFF del sonido mezclado, todo esto teniendo los oídos acústicamente sellados cuando ambos moldes están bien y cómodamente adaptados.

Se encastran pequeños micrófonos en miniatura reproduciendo los sonidos del medio ambiente con natural direccionalidad y calidad sonora.

IEMs son la única manera profesional por la cual los músicos pueden tener una alta protección auditiva que simultáneamente preserve la integridad de la música. Para profesionales expuestos diariamente a altas intensidades sonoras, IEMs son una herramienta tan esencial como su equipo musical (guitarra, consola, etc.). El rango de precios de estos equipos en EE.UU. oscila entre 400 y 600 dólares.

El trauma acústico es una lesión irreversible, usa tapones

Un concierto o la asistencia a un pub pueden ser los causantes de un acúfeno transitorio y causar una hipoacusia neurosensorial de tipo temporal, pero ambos normalmente se resuelven después de un período de descanso sonoro. Sin embargo, recientes investigaciones han encontrado que no hay «daño temporal auditivo» y que esos pequeños síntomas momentáneos en el individuo son indicativos de «daño permanente».

Esto es lo que llamamos «pérdida auditiva sub-clínica» porque estos daños auditivos no son detectados en estudios audiológicos de rutina y solo pueden ser descubiertos a través de una audiometría de altas frecuencias o en las otoemisiones acústicas (más exactamente los productos de distorsión, observándose generalmente escotomas en frecuencias contiguas a las del acúfeno que por lo general sobreviene después de tal exposición a ruidos fuertes).El daño inducido por ruido daña el oído igual que el sol daña la piel. Nos dicen que usemos pantallas solares antes de exponernos al sol, sombreros, etc. así que también debemos aprender a usar «protección auditiva bajo el aspecto de moldes de oído» cuando sea necesario para proteger nuestros oídos (como lo hacemos con nuestra piel de los efectos nocivos del sol).

Si un individuo se expone a sonidos fuertes voluntariamente, como un concierto de rock, o involuntariamente, por ejemplo en el gimnasio donde se suele utilizar música con intensidades altas, deberá usar «protección auditiva» por su propia responsabilidad. Podemos prevenir el daño auditivo evitando exponernos a sonidos de tal intensidad usando la protección auditiva adecuada.
Los protectores auditivos son muy pequeños y los hay de diferentes tipos en la industria.

La protección auditiva es medida en NRR y puede extenderse de 11 a 33 decibelios (dB).

¿Qué es el NRR (Noise Reduction Ratio)?

La agencia de protección ambiental en los Estados Unidos de América (Environmental Protection Agency) exige un NRR (niveles de reducción de ruido) incluyendo, los «moldes no a medida». Esta medida está basada en la mínima cantidad de reducción de ruido alcanzada por el 98% de las personas que fueron testeadas en un laboratorio de pruebas de ensayo.
La NRR no reduce el nivel de decibelios en un ambiente determinado con un número preciso indicado como reducción, es decir, que un NRR de 30 en un ambiente ruidoso de 100 dB no reduce la intensidad sonora a 70 dB, sino que, efectuando la medición correcta, diríamos que el sonido se reduce a 88,5 dB.

Para determinar el nivel de exposición sonora, podemos utilizar el siguiente cálculo:

1– Restamos 7 al valor de NRR que se proporciona en decibelios (dB).
2– Dividir el resultado por 2.
3– Restamos este resultado del nivel original de exposición de ruido en decibelios (dB).Siguiendo con el ejemplo anterior, diremos que, si a una NRR de 30 le restamos 7, a ese resultado lo dividimos por 2 y luego, restamos ese valor de los decibelios existentes en el lugar, obtendremos esta fórmula:
NRR 30 – 7= 23/2 = 11,5, entonces a 100 dB – 11,5 = 88,5 dB

¿Cuál es el correcto uso de protección auditiva (tapones auditivos)?

El uso de tapones auditivos es la única estrategia para prevenir la pérdida de audición y paliar el daño ocasionado por sonidos fuertes cuando nos exponemos en forma diaria y continua a sonidos que superen los 80 dB.

Muchos creen que el solo hecho de no asistir más a lugares ruidosos o eliminar por completo los sonidos de su vida es la solución perfecta, pero esta creencia está lejos de la realidad.

Esta estrategia de «marcharse del sonido» lo único que consigue es que el individuo pierda sensibilidad frente a los sonidos ambientales de mediana o alta intensidad y este efecto es perjudicial a largo plazo.

Por tal motivo, la única solución es el uso de tapones protectores cuando haya sonidos fuertes en el ambiente a niveles no permitidos, pero si se trata solo de escuchar sonidos o ruidos de moderada intensidad que molesten, habrá que intentar alejarse de la fuente sonora ya que esto generará un alivio momentáneo, pero de ninguna manera habrá que evitar su exposición en la vida diaria porque generaríamos un desorden en el control automático de ganancia que posee la vía auditiva a lo largo de toda su trayectoria.

No hay unanimidad en el uso de tapones auditivos de forma preventiva, por lo que el individuo al que molesten los sonidos ambientales (hiperacusia) solo debería recurrir a su implementación cuando haya sonidos fuertes y nocivos (por encima de 80 decibelios) en el ambiente que justifiquen su colocación.

A menudo, se da la circunstancia de que las personas hacen uso indiscriminado de estos accesorios y los aplican aun en situaciones donde no es necesario su uso.
En cuanto a los padres de hijos adolescentes, hoy por hoy, están siendo cada vez más conscientes de cómo protegerlos concienciándoles de lo nocivo que es para la salud auditiva el uso de música a niveles altos.

Es difícil estudiar la pérdida auditiva inducida por ruido en la población adolescente (ya sea con el uso inadecuado de auriculares o por la asistencia a discotecas o recitales), porque los efectos de la exposición a sonidos peligrosos para la salud auditiva son «acumulativos» por el paso del tiempo y además, dependiendo de la duración de la exposición a los mismos.

La pérdida auditiva inducida por ruido tiene un comienzo gradual y puede llevar años hasta ser cuantificada correctamente. Se dice que entre el 15-20 % de las personas que utilizan auriculares en sus oídos para escuchar música diariamente, lo hace dentro de estos niveles no permitidos y es debido al ruido de fondo imperante en el ambiente donde están desarrollando dicha acción (calle, autobús, metro, etc.).

En cuanto a la población de adolescentes, la pérdida de audición producida por escuchar a altos niveles de sonido no tiene configuración audiométrica diferente de aquella que registran trabajadores de la industria textil, odontólogos, trabajadores de aeropuerto, minería o músicos. Nuestros oídos no son susceptibles a un solo tipo de sonidos (las frecuencias agudas), sino a todos los niveles de sonidos que sean fuertes y peligrosos.

¿Cuáles son entonces los niveles de sonido considerados como seguros auditivamente?

El Instituto Nacional para la Sordera y otras patologías de la comunicación (National Institute on Deafness and Other Communications Disorders:NIDCD) establece que: «Larga o repetitiva exposición a sonidos iguales o por encima de 85 dB, puede causar pérdida auditiva. Esta afirmación es engañosa. Por este motivo, la Environmental Protection Agency (EPA) ajustó los «estándares ocupacionales» de exposición a sonidos basándose en mediciones de 24 horas al día -en lugar de 8 horas de trabajo- y 365 días -en vez de 240 días de trabajo- (como eran los antiguos parámetros de cálculo), para determinar que ya un promedio de 70 dB diarios puede o debe ser tenido en cuenta como causante de posible pérdida auditiva inducida por ruido. Los actuales niveles de exposición se han ajustado con menos decibelios a los planteados con anterioridad por otros Institutos.

La diferencia entre la exposición a ruidos públicos (recreacionales) y ocupacionales (laborales) está en manos del Instituto Nacional de Seguridad Ocupacional y Salud (National Institute for Occupational Safety and Health).

A continuación mostramos una tabla proporcionada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) (World Health Organization: WHO) del año 2011 con los tiempos de exposición a diferentes niveles de sonidos que son seguros para la salud auditiva de cada individuo.

Note: LAeq is the equivalent continuous noise level.
Sources: World Health Organization (Europe). (2011) Burden of disease from environmental noise. WHO Regional Office for Europe. Retrieved from
http://www.eurowho.int/data/assets/pdf_file/0008/383921/noise-guidelines-engpdf?ua=1; World Health Organization (Europe). (2018). Environmental noise guidelines for the European region. WHO Regional Office for Europe. Retrieved from http://www.euro.who.int/_data/assets(pdf_file/0008/383921/noise-guidelines-eng.pdf?ua=1

¿Cuáles serían entonces las recomendaciones a la población en general?

Hay bastantes áreas donde a veces existe un profundo desconocimiento de la problemática. Habría que remitirse a la educación en la escuela y aleccionar sobre cuándo un sonido es muy fuerte para que cada uno asuma su propio riesgo y sea capaz de estar motivado para protegerse.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) está trabajando con los fabricantes para incorporar estándares de seguridad en la escucha de dispositivos, que están relacionados con cuánto de fuerte puede ser un sonido y cuánto tiempo es posible exponerse a dicho sonido (nuevo ingrediente). Esta tarea no es fácil debido a que cada auricular (en el oído, earphone; o en la cabeza, headphone) que se adosa a un dispositivo, tiene un diferente nivel de salida de sonido aun cuando la canción que se está escuchando no es modificada en intensidad a través del control de volumen.

Por lo tanto, se están haciendo esfuerzos para dirigir las capacidades técnicas y llevar a cabo los cálculos necesarios, con el fin de establecer estándares voluntarios que guíen a los fabricantes del mercado para evitar estos posibles futuros daños auditivos en la población mundial.

La OMS estima que 1.1 billón de personas jóvenes entre 12-35 años de edad están en riesgo de presentar una pérdida de audición debido al uso de sonido recreativo de forma inadecuada.
Deanna Meinke, PhD, actualmente co-directora de un programa internacional denominado «DANGEROUS DECIBELS» (DECIBELIOS PERJUDICIALES) está realizando una serie de workshops educacionales para generar concienciación sobre los riesgos de la pérdida auditiva inducida por ruido. Este material está disponible en 41 países y se ha entrenado a alrededor de 2000 educadores cualificados para desarrollarlo globalmente de una manera efectiva.

Desde nuestro lado, como profesionales de la salud auditiva, deberíamos enseñar a nuestros pacientes y padres de pacientes el uso correcto, así como las situaciones pertinentes de aplicación de la protección auditiva a efectos de obtener un conocimiento masivo sobre este tipo de cuidados auditivos.

Referencias

www.ATA.org
www.earplugstore.com

Kardous, C., Therman, C.L., Morat, T.C. &Lotz, W.G. (February 8, 2017). Understanding Noise Exposure limits: Occupatioal versus general environmental noise. NIOSH Science Blog.
https://www.osha.gov/lawsregs/regulations/standardnumber/1910/1910.95AppB.
www.roberttraynor.com

Su, B. & Chan, D. (2017) Prevalence of hearing loss in US children and adolescents: Findings.
From NHANES 1988-2010. JAMA Otolaringology – Head and Neck Surgery, 1: 143(9): 920-927.
Doi: 10.1001/jamaoto.2017.0953.

Tinnitus Today Magazine, Vol. 44, No. 2, Summer 2019.

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Introducción a la evaluación y tratamiento del acúfeno.

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SUSANA DOMÍNGUEZ
FONOAUDIÓLOGA

Unidad de Acúfenos de Otoneurología
(Clínica de Neurociencias INEBA).
Responsable Audiología del Servicio de ORL
(Hospital Italiano de Buenos Aires).
Investigadora de los trastornos del Procesamiento Auditivo.
Docente en el Máster de Audiología de la Universidad
Europea Miguel de Cervantes.

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La discapacidad auditiva a examen en los centros de mayores

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que un tercio de las personas mayores de 65 años en todo el mundo experimenta algún grado de pérdida de audición. Este porcentaje aumenta con la edad, y se confirma que uno de cada dos mayores de 85 años presenta este déficit sensorial. En el contexto global de las dolencias que padecen las personas de edad avanzada, la pérdida auditiva emerge como una de las afecciones crónicas más prevalentes en la población geriátrica, superada únicamente por la artritis, las enfermedades cardíacas y la hipertensión. Es por ello que la OMS incide en la necesidad de abordar este problema de salud pública asociado al envejecimiento de la población. La característica principal de quienes ingresan en centros de la tercera edad es la alteración funcional asociada a la disminución de la fuerza y el equilibrio, a los cambios cognitivos y al deterioro en las AIVD (actividades instrumentales de la vida diaria). En estas condiciones, la viabilidad de una vida autónoma resulta impracticable y los cuidados especializados requeridos no pueden ser proporcionados en el entorno domiciliario. Se estima que entre el 70 y el 90% de los mayores residentes en los centros de la tercera edad tienen algún grado de discapacidad auditiva. Asimismo, como se comentaba al inicio, la creciente longevidad y el perfil de mayor edad de los residentes en estos centros evidencia una incidencia cada vez más alta de pérdida auditiva. Se estima que entre el 70 y el 90% de los mayores residentes en los centros de la tercera edad tienen algún grado de discapacidad auditiva. Las investigaciones[1] sobre este grupo de población revelan la existencia de comorbilidad con deterioro cognitivo. Según un estudio sobre el deterioro cognitivo y la demencia en residencias españolas, la prevalencia global de esta última es del 61,7 %, y del 14,3% en el caso del deterioro cognitivo leve. Es esencial vincular esta información con las consecuencias asociadas a la hipoacusia no tratada, tanto en el ámbito físico como en el psicosocial, manifestándose a través de: — Aislamiento social, pues la dificultad para escuchar conlleva una disminución de la participación en conversaciones y actividades sociales, lo que genera incomunicación y soledad. — Depresión y ansiedad. El aislamiento social y la dificultad para comunicarse pueden aumentar el riesgo de sufrir ambos trastornos. — Disminución de la calidad de vida, limitando las actividades diarias y reduciendo la independencia. — Alteraciones en el equilibrio y mayor incidencia de caídas[2]. La pérdida auditiva puede afectar al equilibrio y multiplica por tres el riesgo de lesiones asociadas con estos incidentes. — Problemas de comunicación. La hipoacusia dificulta las conversaciones, especialmente en entornos ruidosos. — Deterioro cognitivo. El riesgo de demencia se multiplica por cinco cuando la pérdida auditiva es severa; por tres, si la hipoacusia es moderada; y por dos, ante hipoacusias leves. — Fatiga auditiva. La tensión para escuchar que se produce en la hipoacusia no tratada en entornos difíciles como las residencias, incide negativamente en la comunicación y aumenta el aislamiento. Los problemas cognitivos presentes en esta población hacen que disminuya el esfuerzo para prestar atención a las conversaciones del entorno. A pesar de la prevalencia y las significativas consecuencias asociadas a la discapacidad auditiva dentro de este colectivo dicha discapacidad está subestimada en entornos residenciales. Esto se ve reflejado en tres aspectos fundamentales: la carencia de protocolos, la falta de preparación del personal destinado a atender eficazmente esta discapacidad, así como en la escasa atención prestada a las condiciones en las que se desarrolla el intercambio comunicativo en dichos entornos. Las investigaciones ponen de manifiesto la inclinación del personal de las residencias y de las familias a no reconocer la importancia de la pérdida auditiva en pacientes con demencia, atribuyendo las dificultades en la comunicación en exclusiva a esta última. Como resultado, en estos pacientes no se aplican con tanta asiduidad las soluciones auditivas que habitualmente se consideran en otras circunstancias. Por este motivo, se propone la implementación de planes de atención especializada en las residencias. No obstante, para que estos planes sean eficaces, es imperativo que en los protocolos de ingreso se identifique la discapacidad y se definan las medidas a adoptar para cada usuario. Este plan incluiría: — Identificar a los residentes con discapacidad auditiva. Si el personal de la residencia desconoce la existencia o el alcance de la pérdida auditiva de un residente, es poco probable que se implementen las prácticas necesarias para atender a esta discapacidad, tales como adoptar mejores conductas de comunicación, valorar la posibilidad de adaptación de audífonos o controlar las variables del entorno que puedan dificultar la escucha (ruido de fondo, etc.). Investigaciones sobre salud auditiva en las residencias detectaron que el 64% de los audífonos de los residentes no funcionaba correctamente y que el 86% de sus usuarios necesitaba ayuda para cuidarlos. — Solucionar las causas reversibles (tapón de cerumen, tapón epidérmico, otitis, etc.) y promover planes de revisión y limpieza de CAES en los residentes. Moore et al; encontraron que el 65% de los residentes de su estudio presentaban cerumen que ocluía más del 50% del CAE. Tras su eliminación, los participantes tuvieron una mejora significativa estadísticamente en su estado mental y sus umbrales auditivos. — En la atención a los residentes que utilizan audífonos, es esencial incorporar la gestión y cuidado de estos dispositivos dentro de la planificación de sus necesidades. Se recomienda documentar la autonomía del paciente en el mantenimiento y colocación de los audífonos. En casos de dependencia, se sugiere establecer una rutina diaria para que el personal se encargue de la colocación y mantenimiento. — Es necesaria la adaptación de audífonos o dispositivos de asistencia en aquellos usuarios con discapacidad auditiva no tratada, ya que los beneficios están probados, mejorando la comunicación con los especialistas que les atienden, sus cuidadores, otros residentes y familiares. En numerosos estudios se ha destacado el uso insuficiente de audífonos entre los pacientes de residencias. Aquellos que contaban con estos dispositivos, no los utilizaban de manera adecuada. Por otro lado, muchos residentes con pérdida auditiva que podrían beneficiarse de su uso, no disponían de ellos. La incapacidad de los usuarios para encargarse del mantenimiento y uso de los audífonos por su deterioro físico o cognitivo subyace tras estos datos. Investigaciones sobre el cuidado de la salud auditiva en las residencias de mayores[3]detectaron que el 64% de los dispositivos propiedad de los residentes no funcionaba correctamente y que el 86% de los residentes que poseían audífonos, necesitaba ayuda para cuidarlos. La clave para afrontar este desafío es la adecuada capacitación del personal y la asignación del tiempo necesario para la realización de estas tareas asumiéndolas como una responsabilidad más dentro de los cuidados que se proporcionan. Tras analizar los diversos estudios sobre esta situación, se llega a la conclusión de que hay falta de capacitación en estas labores. El 80% de los empleados de residencias expresan la necesidad de recibir más formación sobre audífonos, su manejo y cuidado[4]. Se propone [1] como imprescindible la instrucción del personal en los siguientes aspectos relacionados con las prótesis auditivas: — Estilos, partes y funciones de los audífonos e implantes. — Cómo colocar/quitar. — Baterías/Cargadores (almacenamiento, peligros de ingestión de baterías, tipos, colocación…). — Protocolos de mantenimiento. — Solución de problemas de los audífonos y dispositivos implantables. — Retroalimentación: explicación de causas y prevención. — Expectativas realistas sobre los audífonos. — Procedimientos para evitar la pérdida de los audífonos. En la atención a los residentes que utilizan audífonos es esencial incorporar la gestión y cuidado de estos dispositivos dentro de la planificación de sus necesidades. El último aspecto a considerar en relación con la discapacidad auditiva en las residencias se refiere a las condiciones en las que se desarrolla el intercambio comunicativo. En estos centros, la atención a menudo se produce en entornos ruidosos. Los residentes pasan muchas horas de la jornada en áreas comunes con tráfico de personas y ruido: televisión, carritos de equipos, comunicación entre cuidadores, conversaciones entre residentes, etc. En un estudio realizado por Wenstein (2018)[5], el nivel medio de ruido encontrado en las áreas comunes fue de 64 db y el pico de ruido a la hora de comer fue superior a 90 db. Estos índices de ruido suponen un desafío en la comunicación para cualquiera. Como se menciona unas líneas más arriba, la prevalencia de deterioro cognitivo en los mayores residentes en estos centros es alta. Mc Creedy et3 al. indican que esto se traduce en una menor capacidad para adaptarse al habla degradada por el ruido. Es por ello que esta población puede ser especialmente vulnerable al no entender el habla en ambientes ruidosos, lo que junto con otras condiciones que también pueden estar presentes (depresión, dolor crónico) disminuyen la motivación para esforzarse en atender. Es un objetivo para las residencias controlar el ruido en las instalaciones. Medidas como utilizar materiales absorbentes en las áreas comunes, disponer de lugares tranquilos más privados para actividades conversacionales y tener en cuenta la disposición del mobiliario pueden mejorar en parte este aspecto. Sin embargo, las investigaciones evidencian la relevancia del modo de comunicación de los cuidadores, quienes parecen desconocer el impacto del ruido de fondo. La capacitación del personal asistencial vuelve a ser indispensable en este punto, siendo necesaria la concienciación e instrucción en estrategias de comunicación con personas con discapacidad auditiva. Un resumen de estas serían[6]: — Llamar la atención del usuario antes de comenzar a hablarle, tocándole con suavidad el hombro o alzando la mano. — Conocer (todo el personal) el modo de comunicación preferido por el paciente (verbal, escrito, apoyado en lectura labial, lengua de signos…). — Posicionarse frente al paciente cuando se le hable, preferiblemente a la altura de los ojos antes de comenzar. — No girar la cabeza durante la conversación, ni empezar a andar mientras se sigue hablando. — Evitar la comunicación en entornos ruidosos, intentar retirarse antes de la comunicación a zonas menos expuestas al ruido. — Complementar el discurso con lenguaje gestual. — Estar atento a las expresiones faciales del residente que puedan hacer sospechar que no está entendiendo. — Buscar la iluminación de la cara. Intentar que la luz directa o la de lámparas ilumine la cara de la persona que va a hablar con el residente para facilitar el apoyo de la lectura labial. — Hablar ligeramente más alto de lo normal y más despacio, realizando paradas entre frases largas. — Dar pistas si se cambia de tema de conversación, con frases como «ahora te voy a hablar de…». Un cambio de tema sin aviso previo puede confundir al residente. — Utilizar un lenguaje sencillo. Tsuruoka et al. estudiaron la calidad de vida de los mayores con discapacidad auditiva en las residencias. Este estudio concluía que la calidad de vida de los residentes aumentaba con el uso de audífonos. El sentimiento de felicidad era alto cuando se habían adaptado a su instalación y habían logrado tener buena relación con el personal y otros residentes. Es indudable la importancia de la comunicación para este logro. Es necesaria la adaptación de audífonos a aquellos residentes con discapacidad auditiva no tratada, ya que sus beneficios están demostrados. Los profesionales con una trayectoria prolongada habrán experimentado situaciones en las que, tras proporcionar atención durante años a alguno de sus pacientes, estos hayan ingresado en residencias. Es común que posterior a este cambio, la familia lleve los audífonos a revisión. Es igualmente común comprobar el deterioro del audífono por deficiente mantenimiento y la reducción del número de horas en los datos de uso. Poniendo en valor el servicio que los audioprotesistas proporcionamos en el ámbito de la salud auditiva y analizando las dificultades que se dan en las residencias, todos los estudios revisados en este artículo concluyen que la figura del audioprotesista debería estar presente en el equipo multidisciplinar que atiende a los usuarios de residencia, con funciones de formación del personal y asesoría. Habida cuenta del impacto de la pérdida auditiva en la salud y el bienestar de los adultos mayores y la alta incidencia de discapacidad auditiva entre los residentes, es importante proporcionar la mejora en la atención audiológica a esta población vulnerable para maximizar su calidad de vida. Una residencia con personal colaborador y formado en la atención a la discapacidad auditiva marcaría la diferencia. Puede ser este un propósito del audioprotesista: ofrecer este tipo de servicios a las residencias de su entorno. Bibliografía [1] «Prevalencia de deterioro cognitivo y demencia en residencias españolas». López et al. [2] Lin et al. 2012 [3] Hearing: Loss Why does it matter for Nursing Homes? McCreedy el al; 2018. [4] Geriatric Audiology. Wenstein, 2013. [5]  «Hearing Loss in Nursery Homes» Weinstein. 2018. [6] «Nursing Management of hearing Impariment […]» Adams-Wendling et al; 2008. Sonia Bajo CV Autor Técnico Superior en Audiología Protésica.Diplomada en Logopedia.Habilitación Tinnitus & Hyperacusis Therapy MC.Experta en Acúfenos e Hiperacusia, tratamiento TRT, en RV Alfa Centros Auditivos.Docente en el Máster de Audiología Universidad Europea Miguel de Cervantes.

El eterno estigma de la pérdida auditiva. ¿Cómo lo gestionan nuestros pacientes?

Se ha escrito mucho acerca de los efectos colaterales de la pérdida auditiva y su repercusión en diferentes esferas de la vida familiar, social y laboral. Actualmente, proliferan en diferentes foros términos como «sociedad inclusiva» o «educación inclusiva», modelos ambos que pretenden prestar especial atención a las demandas y necesidades de los colectivos más vulnerables a la marginalidad y la exclusión social. Podría considerarse que las personas con pérdida auditiva no se encuentran entre los colectivos más castigados por el estigma pero… ¿qué tal si les preguntamos a ellas? Un artículo publicado en el Southern Communication Journal en 2020 por Brittany N. Lash y Donald W. Helme aborda algunos de estos aspectos, a saber, cómo gestionan nuestros pacientes el estigma que se asocia a la pérdida auditiva y cómo se enfrentan a experiencias y actitudes estigmatizantes. Es evidente que la hipoacusia tiene repercusiones claras en la calidad de vida de las personas que la padecen. El estigma puede manifestarse de muy diferentes formas y afectar directamente al bienestar emocional, a la participación en actividades sociales y al acceso a oportunidades laborales y educativas. Pero, en opinión de los autores de este artículo, de poco sirven las generalidades si lo que se pretende es poner en marcha intervenciones efectivas y promover la inclusión. Para ellos, lo más importante es conocer de primera mano las experiencias individuales y las respuestas de nuestros pacientes a sus retos diarios en todos los ámbitos. No son pocos los pacientes que ocultan su déficit auditivo en el entorno laboral, con el fin de no mermar sus oportunidades de promoción, lo que implica una dosis añadida de estrés y fatiga. Si analizamos en detalle los tipos de estigma a los que deben enfrentarse día a día los pacientes con pérdida auditiva, podríamos describir varios. Los más destacados son: a) Estigma laboral: con mucha frecuencia nuestros pacientes tienen que hacer frente a la discriminación en su puesto de trabajo, básicamente debido a prejuicios y a percepciones erróneas sobre su capacidad para desempeñar tareas laborales varias. Dichos prejuicios y percepciones pueden tener manifestaciones de diferente índole, que van desde la negación de oportunidades de empleo hasta la falta de promoción laboral dentro de una misma empresa o a la exclusión de actividades laborales debido a la carencia de adaptaciones adecuadas. Los que trabajamos a diario con pacientes que sufren pérdida auditiva conocemos de primera mano las dificultades laborales a las que se enfrentan: falta de teléfonos adaptados, atención al público con hilo musical que dificulta su inteligibilidad, reuniones en lugares de acústica deficiente, etc. No son pocos los pacientes que, incluso, ocultan su déficit auditivo en el entorno laboral, con el fin de no mermar sus oportunidades de promoción, lo que implica una dosis añadida de estrés y fatiga. b) Estigma social y cultural: si bien está más presente en el ámbito comunitario, es decir, en actividades sociales o eventos más o menos multitudinarios (fiestas, reuniones familiares, congresos o conferencias, etc.), en no pocas ocasiones se manifiesta en entornos sociales más restringidos, incluso dentro del ámbito familiar más cercano. Con frecuencia, las personas con hipoacusia son excluidas de ciertas conversaciones o actividades a causa de sus dificultades de comunicación, o experimentan una considerable falta de comprensión o empatía por parte de otros miembros de la comunidad. También aquí los que trabajamos con personas con hipoacusia sabemos lo difícil que es para ellos disfrutar de actividades de ocio cotidianas como ir al teatro o ir al cine. La mayor parte de nuestros pacientes con cierto grado de hipoacusia transitan por teatros y cines de sus ciudades para descubrir aquellos en los que se proyectan versiones originales con subtítulos o en los que existe una instalación de bucle magnético y funciona correctamente. Algunas estrategias personales para afrontar el estigma de la hipoacusia son el ocultamiento de la discapacidad o el desarrollo y potenciación de otras habilidades de comunicación. c) Estigma institucional: constituye, sin ninguna duda, otro gran desafío. ¿Pueden nuestros pacientes con hipoacusia hacer todos sus trámites administrativos fácilmente? La respuesta es no. La interacción con las instituciones y los sistemas sociales está lejos de ser fluida. Las personas con hipoacusia tienen problemas para entender a los funcionarios situados detrás de un mostrador que relatan instrucciones complejas sobre cómo rellenar formularios o peticiones, aunque recientemente se están haciendo esfuerzos por instalar bucles magnéticos fijos y portátiles en algunas instituciones públicas. Tampoco tienen facilidades en su periplo por el sistema de salud pública, en las consultas de atención primaria o en los hospitales, lo que incrementa exponencialmente su inseguridad y prácticamente les obliga a ir acompañados de personas normoyentes para poder realizar cualquier trámite. d) Estigma emocional: es claramente una consecuencia de todo lo anterior y de su impacto negativo desde el punto de vista psicológico y emocional. Sus manifestaciones pueden ser varias, aunque quizá las más descritas son la baja autoestima, la depresión, el aislamiento o la ansiedad social. Una vez más, los que trabajamos con la hipoacusia somos testigos ocasionales de este duelo y sus manifestaciones en forma de frustración, impotencia o sentimientos de inferioridad o incomprensión. A la vista de todo lo descrito, parece difícil que nuestros pacientes puedan desarrollar estrategias efectivas para hacer frente a un sinfín de situaciones que a todas luces parecen complejas. Britanny y Donald recopilaron esa información en su estudio preguntando directamente a los implicados sobre sus experiencias reales. Los investigadores diseñaron entrevistas cualitativas que permitieran a los entrevistados relatar sus experiencias, entre las que se registraron las del investigador principal, también hipoacúsico. Esta particularidad favoreció, según los investigadores, una interacción que eliminaba la barrera jerárquica entre entrevistador y entrevistado, y que ayudaba a asegurar que la percepción del estigma se entendía y se describía siempre desde el punto de vista del que la padece. En el estudio se entrevistó a 30 personas, 18 hombres y 12 mujeres, todos ellos con pérdida auditiva al menos moderada, y cuyas edades oscilaban entre los 18 y los 79 años. Tras la transcripción de las entrevistas y la organización de la información se describieron algunas estrategias para afrontar el estigma de la hipoacusia, que básicamente pueden desglosarse en dos grandes grupos: personales y globales. Entre las estrategias personales, cabe destacar las siguientes: a) Ocultamiento o revelación «selectiva»: como se ha mencionado previamente, algunas personas con pérdida de audición optan por ocultar su discapacidad, incluso durante toda su vida laboral. Aunque no es tarea fácil, a veces buscan sus recursos para hacerlo, tales como adaptarse audífonos de formato IIC, completamente insertados en el canal, acceder a puestos de trabajo en los que la interacción verbal con otras personas sea muy reducida o inexistente, o incluso, granjearse la amistad de un «ayudante» con audición normal al que «confiesan su pecado» para que les saque de los atolladeros cuando estos se presentan. Pero esta ocultación no se circunscribe exclusivamente al entorno laboral. Puede ser incluso que solo revelen su discapacidad en contextos específicos o a ciertas personas próximas de su entorno con las que se sienten cómodos y seguros. b) Desarrollo y potenciación de habilidades de comunicación: en cierto sentido, esta estrategia se encuentra en oposición con la anterior, por cuanto las personas con pérdida auditiva se esfuerzan en dar a conocer y desarrollar estrategias de comunicación efectivas para afrontar sus desafíos. Entre estas estrategias cabe incluir el aprendizaje de la lectura labial, la utilización de accesorios de conectividad u otros dispositivos y, sobre todo, la práctica de la comunicación clara y directa sobre sus necesidades auditivas, tanto en el ámbito laboral como en el ámbito personal, instruyendo a amigos, familiares y compañeros de trabajo sobre cómo comunicarse con ellos de manera más fructífera y funcional. c) Búsqueda de apoyo emocional: es la tercera y última de las estrategias personales descritas en el artículo y hace referencia a la exploración del entorno con el objeto de encontrar sinergias con otras personas con las que comparten experiencias similares. Aquí podrían incluirse grupos de apoyo presenciales o en línea, pequeñas asociaciones, páginas web, etc., cuyo contenido se publica en redes sociales y que constituyen foros de consulta, de consejo terapéutico o de divulgación de experiencias para mejorar la calidad de vida de los pacientes con hipoacusia. La atención a la diversidad y la concienciación sobre la discapacidad deben inculcarse desde el inicio, lo que apunta al sistema educativo como garante de la concienciación colectiva. Hasta aquí las estrategias de confrontación del estigma de la pérdida auditiva desde un punto de vista personal. Preguntando a los implicados sobre otras estrategias que podrían abordarse desde una perspectiva más global, se mencionan las siguientes: a) Educación y concienciación pública: la atención a la diversidad y la concienciación sobre la discapacidad deben inculcarse desde el inicio, lo que apunta al sistema educativo como uno de los primeros agentes responsables de la concienciación colectiva. Asimismo, las personas con pérdida auditiva que desempeñan profesiones con cierta visibilidad y responsabilidad pública o institucional, así como las organizaciones dedicadas a la salud auditiva en sus diferentes acepciones, pueden desempeñar un papel fundamental al compartir sus experiencias y ofrecer información precisa que permita combatir estereotipos y prejuicios. b) Promoción de la inclusión y los derechos de las personas con discapacidad auditiva: desde una perspectiva más estrictamente institucional, resulta de vital importancia promover políticas y medidas legislativas que preserven los derechos de las personas con hipoacusia. La responsabilidad institucional radica también en impulsar políticas de creación de entornos más accesibles y libres de discriminación, promoviendo los recursos necesarios en entornos sociales y laborales (señalética en instituciones públicas y centros educativos, inversiones en mejor aislamiento acústico de oficinas y aulas, instalación de sistemas de ayuda auditiva, etc.). El presente estudio pone de manifiesto que, sin lugar a dudas, las personas con pérdida auditiva sufren un estigma que se fundamenta en una «devaluación» que experimentan muchas personas con discapacidad. Y la cuestión es que el estigma afecta a la comunicación y a la interacción entre la persona con hipoacusia y aquella que no la tiene. Partiendo de estudios previos como el de Meisenbach en 2010, los autores consideran que explorar directamente las experiencias vitales de las personas con hipoacusia desde su propia perspectiva es una herramienta fundamental a la hora de entender su identidad y el estigma de su discapacidad. No obstante, también mencionan las limitaciones de su estudio, en el sentido de que la participación en la investigación fue completamente voluntaria y, por tanto, cabe la posibilidad de que los sujetos entrevistados no percibieran el estigma de su discapacidad de la misma forma que los que no participaron, por ejemplo, porque no se sentían cómodos haciéndolo. También consideran importantes otros factores que pueden afectar a las conclusiones como el grado de hipoacusia, las características socioeconómicas o culturales o, incluso, la edad, y promueven en sus conclusiones futuros estudios que contemplen el análisis de estos factores y su implicación en la percepción del estigma. La responsabilidad institucional radica también en impulsar políticas de creación de entornos más accesibles, promoviendo los recursos necesarios en entornos sociales y laborales. Aparentemente, la sociedad empieza lentamente a tomar conciencia de esta problemática. El 3 de Marzo se celebra internacionalmente el Día Mundial de la Audición y estos han sido sus objetivos de comunicación principales este año: 1. Llamar la atención sobre las mentalidades y las ideas erróneas frecuentes en el tejido comunitario y entre los proveedores de atención de salud con respecto a los problemas de oído y de audición. 2. Ofrecer información exacta y basada en la evidencia para transformar la manera como el gran público percibe los problemas de oído y de audición. 3. Exhortar a los países y a la sociedad civil a combatir las ideas erróneas y las posturas estigmatizantes respecto de la hipoacusia como paso crucial para lograr un acceso equitativo al cuidado del oído y la audición. En conclusión, está claro que las estrategias individuales servirán a cada persona con discapacidad para poder afrontar sus desafíos de cada día con mayor o menor efectividad. Pero, sin duda, son las estrategias globales las que contribuirán con determinación a la aceptación social, a la inclusión y, en resumidas cuentas, a avanzar con paso firme en el camino hacia la igualdad de oportunidades. Las estrategias globales son las que contribuirán a la aceptación social, a la inclusión y a avanzar en el camino hacia la igualdad de oportunidades. Fuente: Brittany N. Lash& Donald W. Helme (2020) Managing Hearing Loss Stigma: Experiences of and Responses to Stigmatizing Attitudes & Behaviors. Southern Communication Journal, 85:5, 302-215, DOI: 10.1080/1041794x.2020.1820562 CV Autor Myriam GonzálezAudióloga / Audioprotesista Licenciada en Pedagogía y Máster de Logopedia. Técnico Superior en Audiología Protésica. Especializada en Audiología Infantil y Evaluación de los trastornos del PAC en RV Alfa Centros Auditivos. Docente en el Máster de Audiología de la Universidad Europea Miguel de Cervantes.

2014 -2024 Fiesta de aniversario

Celebramos diez años de compromiso e ilusión. Y por fin llegó el tan deseado día de la celebración de nuestro décimo aniversario. Amaneció despejado, luminoso, un precioso día de febrero. Las primeras horas fueron una mezcla de nervios e ilusión para que todo saliera a la perfección, tal y como nuestros notables invitados merecían. A las 13:30, con puntualidad británica, comenzaron a llegar los primeros asistentes al lugar elegido para la ocasión: el Rincón Secreto de Salvador Bachiller, un encantador espacio clandestino que ni te imaginas cuando accedes a una de las tiendas más emblemáticas de la firma situada en pleno barrio de Salamanca. La decoración y el ambiente nos trasladaron mágicamente a un salón de té inglés en el que se respiraba una atmósfera distendida y de celebración. El evento logró reunir, una vez más, a todos los representantes del sector de la Audiología que, de nuevo, nos mostraron su cariño, su apoyo incondicional y su reconocimiento como publicación líder del mercado. Eduardo Morán, Decano del Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas y subdirector de Gaceta Audio, dedicó unas entrañables palabras a todos los presentes, en agradecimiento por la acogida y fidelidad demostradas en estos diez años. Desde su lanzamiento, la revista se ha destacado como una fuente de conocimiento, investigación y divulgación en el campo de la Audiología, bajo un compromiso firme de excelencia e innovación. Con una década de constante trabajo y superación a sus espaldas, el equipo editorial y los colaboradores de la revista afrontan el futuro con renovada determinación y entusiasmo, comprometidos para seguir siendo líderes muchos años más. Y así quisieron subscribirlo: al son de la Traviata, como ya es tradición, elevaron las copas para brindar por todo lo compartido hasta hoy y por aquello que está por venir. Después de degustar una deliciosa tarta conmemorativa del 10º aniversario, los asistentes pudieron participar en un taller práctico de cócteles y experimentar preparando los mejores combinados, al más puro estilo «Tom Cruise» en la famosa película de los 90’. Finalmente, cóctel en mano, pudimos disfrutar de la música y de la compañía, apurando un extraordinario día para el recuerdo. ¡Gracias a todos por compartirlo con nosotros! Nos acompañaron los responsables de las principales compañías de la Audiología en España: Bernafon, CGCOO, Diatec, GN Hearing Care, Lyceum, Natus Medical, Oticon, RV Alfa, WS Audiology y colaboradores. Cóctel en mano, pudimos disfrutar de la música y de la compañía, apurando un extraordinario día para el recuerdo.

La importancia de calibrar los equipos para la evaluación audiológica

Natus Medical Inc. recomienda que su equipo sea verificado únicamente por profesionales autorizados. Nuestros técnicos cualificados, utilizando patrones y dispositivos apropiados, ayudan al mantenimiento de los equipos y proporcionan el servicio idóneo para los clientes, además de cumplir con los organismos reguladores locales o con cualquier otro cumplimiento requerido. ¿Qué es la calibración? Los equipos utilizados para comprobar las funciones auditivas o de equilibrio de los pacientes, generalmente, producen datos numéricos para describir su estado. Por ejemplo, los equipos de prueba audiométrica pueden generar cifras que describan los niveles de umbral auditivo expresados en la unidad física llamada «nivel de audición dB». Con el fin de que los datos sean fiables y puedan ser utilizados para realizar un diagnóstico, es importante que las características de los estímulos presentados o las respuestas recogidas sean correctas dentro de tolerancias bien definidas. Las propiedades físicas de los transductores utilizados como parte del equipo (por ejemplo, los auriculares) varían de unos a otros, lo que da lugar a diferentes niveles de estímulo o distintos niveles registrados si no se calibran de la forma correcta. Para compensar la variación de las propiedades del transductor, los componentes que generan las señales o recogen los datos del equipo, normalmente, permiten realizar ajustes. Dichos ajustes o desviaciones se denominan calibración. La calibración no es un evento único en la vida de un dispositivo. Con el tiempo, las propiedades físicas de los transductores pueden cambiar debido al envejecimiento y desgaste del material/altavoces. Se pueden observar cambios repentinos en su rendimiento si estos están sujetos a un manejo brusco, por ejemplo, si se reubican o se caen. Además, la mayoría de los instrumentos también requieren calibración cuando se reemplazan o reparan los transductores (a menos que estos lleven datos de calibración incorporados). ¿Por qué es importante la calibración? La respuesta corta es que la precisión de los datos de las pruebas realizadas a un paciente depende directamente de una correcta calibración. Los resultados pueden utilizarse para diversos fines, incluyendo el diagnóstico de la patología de audición y equilibrio, la adaptación de audífonos e, incluso, en la determinación de la indemnización derivada de una reclamación legal. Diversas normas, organizaciones y organismos gubernamentales y fabricantes recomiendan o exigen que los equipos se calibren adecuadamente cuando los resultados de las pruebas vayan a utilizarse para los fines anteriores. La calibración no es un evento único en la vida de un dispositivo. Con el tiempo, las propiedades físicas de los transductores pueden cambiar debido al envejecimiento y desgaste del material/altavoces. ¿Qué es una buena calibración? Una calibración exitosa depende de dos factores principales: un técnico altamente cualificado y el uso de equipos/patrones adecuados, con su certificado de calibración correspondiente. Un técnico cualificado y experto podrá realizar los procedimientos de calibración requeridos por el fabricante del dispositivo y también detectará cualquier error en el funcionamiento del equipo antes de que se convierta en un problema más grande. Para demostrar que ha realizado el correcto mantenimiento a su equipo, se debe exigir un certificado de calibración una vez completada la misma. Este certificado tiene que indicar los patrones/equipos usados y todos los parámetros que hayan sido verificados, así como los ajustes realizados, indicando las desviaciones desde los parámetros nominales. En muchos países, los requisitos del equipo para pruebas auditivas o de equilibrio se describen en las normas IEC /ISO o ANSI, incluidas las series IEC 60645, ISO 389 y ANSI S3. Algunos de ellos han modificado ligeramente estas pautas. La norma que siguen los técnicos en NATUS MEDICAL SPAIN es la ISO 389-1:1998 que ha sido recientemente reemplazada por la ISO 389-1:2017. Como se mencionó anteriormente, la calibración adecuada del equipo determina la calidad de los resultados en sus pruebas. Igualmente, los equipos/patrones utilizados para realizar la calibración deben estar graduados correctamente de acuerdo con los estándares establecidos. Así mismo, el proveedor del servicio debería disponer de una copia de los certificados de cada uno de sus patrones calibrados en caso de ser requeridos. Para la calibración de los equipos de evaluación auditiva y equilibrio se utilizan varios patrones/equipos verificados/calibrados. Por ejemplo, el sonómetro de Clase 1 y los acopladores apropiados son esenciales para la calibración del audiómetro, mientras que se requiere un manómetro para la calibración de un timpanómetro. ¿Cuál es su papel en el mantenimiento de su equipo? Podrá encontrar algunos fallos en el equipo si realiza comprobaciones simples diariamente. Las pautas se pueden encontrar en el manual de usuario. Las revisiones diarias de un equipo deben incluir la limpieza e inspección de todos los accesorios y cables; una prueba de escucha con los auriculares para verificar que los niveles de sonido sean aproximadamente correctos y que las señales suenen «limpias»; y una prueba para confirmar que esas señales son estables y no intermitentes. Se debe determinar los intervalos en los que el equipo requiere calibración u otros servicios, y para eso, las normas internacionales y las organizaciones nacionales proporcionan recomendaciones. Natus Medical Inc. aconseja al menos una calibración anual, y de forma frecuente en caso de que el equipo esté sujeto a un uso intensivo, a entornos hostiles o reubicaciones frecuentes. Las revisiones diarias de un equipo deben incluir la limpieza e inspección de todos los accesorios y cables Natus Medical Inc. recomienda que su equipo sea verificado únicamente por profesionales autorizados. Nuestros técnicos cualificados, utilizando patrones y dispositivos apropiados, ayudan al mantenimiento de los equipos de audiología y proporcionan el servicio idóneo para nuestros clientes, además de cumplir con los organismos reguladores locales o con cualquier otro cumplimiento requerido.