Hay muchas definiciones de Inteligencia Artificial, pero queremos fijarnos en la que utiliza el Parlamento Europeo actualmente: «La Inteligencia Artificial (IA) es la habilidad de una máquina de presentar las mismas capacidades que los seres humanos, con el razonamiento, el aprendizaje, la creatividad y la capacidad de planear».
La IA permite que los sistemas electrónicos perciban su entorno, se relacionen con él, resuelvan problemas y actúen con un fin específico. La máquina recibe datos (en el caso de los audífonos, a través de los micrófonos), los procesa y responde a ellos. Los sistemas de IA son capaces de adaptar su comportamiento en cierta medida, analizar los efectos de acciones previas y trabajar de forma autónoma.
En Oticon llevamos muchos años utilizando en nuestros audífonos sistemas de Inteligencia Artificial, podríamos decir que hemos ido creciendo con ella, porque hemos utilizado los sistemas más avanzados en cada época gracias a nuestra continua investigación y desarrollo. Por eso, nuestro audífono Oticon Real utiliza el sistema de IA más sofisticado que existe hoy en día, las redes neuronales profundas.
Utilizar un sistema de IA de forma eficiente requiere emplearla de manera inteligente. El uso más extendido en los audífonos es el de identificar entornos auditivos y seleccionar la actuación de los diferentes sistemas automáticos que actuarán de modo fijo para cada una de esas situaciones. El número de situaciones varía en función de la categoría del audífono, pero, por muchos escenarios que contemple, siempre serán pocos, ya que la vida real es muy cambiante.
Oticon ha entrenado una Red Neuronal Profunda con más de 12 millones de escenas sonoras -no sonidos- y cada una de ellas está compuesta por múltiples estímulos sonoros. Ha sido necesario utilizar este tipo de entrenamiento porque el sistema más avanzado de IA aprende de forma similar a como lo hace el cerebro de un niño, a base de repeticiones e identificaciones acertadas y erróneas. Nuestro objetivo era mejorar la capacidad de discriminación del habla en ruido, pero no como se ha hecho habitualmente, eliminando o atenuando los sonidos que quedaran fuera de la parte frontal del usuario. De esa forma, se suprime el ruido, pero también el habla, y no es así como funciona el cerebro humano ni como se ayuda a normalizar la sensación sonora de las personas con hipoacusia. Hemos actuado de una forma más inteligente, proporcionando a los usuarios el acceso a todo el espectro sonoro, ayudándoles a entender en las situaciones más complejas, a comprender el habla en ruido mejorando el acceso a las claves del habla.

Oticon ha entrenado una Red Neuronal Profunda con más de 12 millones de escenas sonoras y cada una de ellas está compuesta por múltiples estímulos sonoros.
Como sabemos, lo que diferencia un fonema de otro, una palabra de otra, son los formantes, bandas estrechas de frecuencia que tienen unas determinadas características. Hemos enseñado a nuestro sistema de IA a que las reconozca y las destaque sobre el resto de las señales sonoras. De esa forma, cuando escuchamos una conversación con los audífonos no estamos aislados del resto, no nos alejamos de la realidad sonora. Lo que hacemos es percibir de una forma clara los componentes del fonema, de la palabra, y el cerebro puede procesarla de la forma en que fue diseñado por la naturaleza. Percibe la señal de una manera mucho más similar a la de los normoyentes, pero de forma más clara, porque el habla destaca sobre el entorno sonoro.
Estas señales procesadas por el sistema de IA son amplificadas siguiendo los objetivos fijados por el método prescriptivo para cada pérdida auditiva.
El resultado de la utilización inteligente de la IA es una señal de habla más clara y audible, manteniendo la información del entorno sonoro. Aquello que la industria de la rehabilitación auditiva ha estado buscando durante mucho tiempo es hoy una realidad de la que los usuarios de audífonos pueden beneficiarse.