La salud auditiva de los niños, clave para su correcto desarrollo
Según el estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Pérdida de audición en la niñez ¡Qué hacer para actuar de inmediato!, alrededor de 32 millones de niños sufren algún tipo de discapacidad auditiva en todo el mundo.
Se estima que en España uno de cada 1000 recién nacidos padecen alteraciones en su capacidad de escucha. Sin embargo, la OMS también señala que, según sus cálculos, un 60% de las pérdidas auditivas en los niños son totalmente prevenibles.
En este sentido, GAES a través de su iniciativa GAES Junior, cuenta con una red de audioprotesistas infantiles preparados para mejorar la calidad de vida de los niños con pérdida auditiva, ya sea en términos de inclusión social o de su propia formación y desarrollo. «En la adaptación infantil, a diferencia de los adultos, el principal objetivo es normalizar al máximo su audición para que el niño o niña pueda desarrollar de una forma lo más normal posible su lenguaje, así como que tenga acceso a todos los fonemas consonánticos, evitando de esta manera posibles dislalias», señala César Gonzalo, coordinador especialista en audiología infantil. Para lograrlo, desde GAES Junior trabajan en estrecha relación con la comunidad de otorrinolaringólogos pediátricos, mejorando así la calidad de vida de los más pequeños.
Las pruebas auditivas en audiología infantil se dividen en dos grandes grupos. Por un lado, las pruebas objetivas, aquellas que no necesitan la participación activa del niño y que, en su gran mayoría, se realizan en centros hospitalarios o en la consulta de un otorrino.
Se trata de pruebas técnicas como las Otoemisiones Acústicas (OEA), los Potenciales Evocados de Tronco (PEATC), los Potenciales Evocados Auditivos de Estado Estable (PEAEE) o la Impedanciometría. Por otro lado están las pruebas subjetivas, aquellas que requieren de la participación más o menos activa del niño dependiendo de la edad de este.
Este tipo de pruebas abarca desde la audiometría por observación de conducta (para los recién nacidos, valorando los reflejos no condicionados), el uso de juguetes/instrumentos calibrados en frecuencia e intensidad (a partir de los 4 meses), la audiometría condicionada por refuerzo visual (desde los 6 meses hasta los 3 años), la audiometría lúdica con auriculares (a partir de los 3 años) o en campo libre (entre los 2 y 3 años), y la logo-audiometría, que permite comprobar la respuesta a la estimulación verbal averiguando el umbral de detección de la palabra, el nivel del umbral conversacional y el porcentaje de discriminación auditiva.
GAES Junior pretende así ofrecer a los padres de niños con pérdida auditiva un plan de actuación y una evaluación continua para asegurar el correcto funcionamiento del tratamiento, ya que es una iniciativa que no solo contempla la adaptación del audífono, sino que realiza un acompañamiento durante todo el proceso madurativo del niño.