Los candidatos por excelencia para utilizar audífonos retroauriculares son los bebés y niños. Por su formato, tamaño, robustez, sujeción y prestaciones, estos modelos constituyen la opción más indicada para las adaptaciones pediátricas. Pero además son idóneos para usuarios con poca destreza manual o déficit visual.
La mayoría de los fabricantes disponen de líneas pediátricas con características físicas y tecnológicas especiales, idóneas para bebés y niños. Las principales cualidades técnicas son aquellas que tienen como objetivo favorecer la percepción de todos los sonidos del habla: estrategias de amplificación pediátricas, amplificación de sonidos suaves, rango extendido de frecuencias, reductores de ruido, direccionalidad binaural, etc.
Otros aspectos importantes son la protección contra el polvo y humedad (cerumen o sudor) y su compatibilidad con los sistemas de frecuencia modulada, mediante receptores integrados, que se incorporan al portapilas de los audífonos, con conexión a la entrada directa de audio (DAI) o a través de un bucle magnético.
La opción de conectividad inalámbrica y Bluetooth también es importante para los niños de mayor edad.
Los atributos físicos más adecuados para los niños son el portapilas de seguridad (para evitar que el menor acceda a la pila), la opción de anular los controles externos, un LED indicador del estado de batería que alerte a los padres sobre la necesidad de su reemplazo, las características ergonómicas, codo, etc.
Además, es interesante el uso de colores vistosos y atractivos, como alternativa a la intención tradicional de ocultarlos, ya que se convierten en un elemento divertido y visible.
Las personas mayores con una destreza manual reducida o con un déficit visual importante constituyen otro grupo de candidatos para el uso de audífonos retroauriculares.
El tamaño de las pilas y del portapilas, así como el de los controles externos, facilita el cambio de la batería o el manejo de dichos controles.
De este modo, los usuarios logran mayor independencia y autonomía; lo que en muchos casos se convierte en una ventaja determinante.
No obstante, la experiencia previa del usuario es un factor que debemos considerar en el momento de elegir el formato de los nuevos audífonos.
Si una persona está acostumbrada a utilizar un audífono intracanal, a pesar de tener limitaciones visuales o de movilidad, puede resultarle más complicado aprender a colocarse el molde y colocar el audífono detrás de la oreja que continuar con el formato que ya conoce.
Con respecto al grado y configuración de la hipoacusia, los audífonos retroauriculares son apropiados para casi cualquier grado de pérdida auditiva o configuración audiométrica, dada su versatilidad. Sin embargo, existen algunos perfiles de hipoacusia especialmente idóneos para el uso de audífonos retroauriculares.
Por ejemplo, en un grado de hipoacusia severa/profunda y a pesar de que los audífonos intracanales son cada vez más potentes y eficaces, sólo es posible lograr una estimulación auditiva adecuada mediante los retros.
Generalmente ofrecen más ganancia y, sobre todo, mayor nivel de presión sonora de salida que los audífonos más pequeños.
Incluso se están desarrollando instrumentos para que su uso con implantes cocleares sea cada vez más compatible en términos de binauralidad, conectividad, etc. Cuando el nivel de amplificación requerido es elevado, la posibilidad de usar pilas más grandes prolonga el tiempo de reemplazo de las mismas.
Las hipoacusias con frecuencias graves muy conservadas o con problemas de oclusión pueden encontrar su solución auditiva idónea en una variante de los audífonos retroauriculares: los audífonos con el auricular en el oído, o con tubo fino y un adaptador abierto en el canal.
Ambas variantes permiten adaptaciones muy eficaces para configuraciones audiométricas con marcado desequilibrio de frecuencias.
Los audífonos retroauriculares adaptados con “tubo fino”, en los que el tubo y molde convencional se reemplaza por uno muy delgado que puede ajustarse con un adaptador estándar o un micromolde personalizado, añaden estética pero limitan la potencia.
Los audífonos RITE o RIC se diferencian de los retroauriculares clásicos porque el auricular “sale” de la carcasa para alojarse en un micromolde dentro del conducto auditivo.
Esta característica permite reducir el tamaño y el riesgo de acoplamiento al alejar el auricular de los micrófonos del audífono, haciéndolos idóneos para corregir las hipoacusias de alta frecuencia.