¿EVIDENCIA O EXPERIENCIA EN LA ADAPTACIÓN DE AUDÍFONOS?
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Sección facilitada por AurisScientia, la ciencia del oído.
Autor: Javier Santos, Auris Scientia
Audiólogo interno en el Hospital de la Universidad
de Vanderbilt, Nashville, Estados Unidos.
aurisscientia.org
La práctica basada en la evidencia se define como el uso consciente, explícito y juicioso del mejor y más actual conocimiento (científico) al tomar decisiones sobre el cuidado de pacientes (Sacket et al., 1996).
Existe la tentación, según se acumula experiencia clínica, de basar las decisiones y determinar el grado de éxito de una adaptación de audífonos en nuestro criterio clínico, en lugar de realizar pruebas de verificación o validación. Esto está fundamentado en la creencia de que nuestras observaciones (no sistemáticas) realizadas en la práctica clínica son una forma válida de determinar la prognosis de un paciente y de establecer cuáles son los tratamientos y opciones más adecuados.
Sin embargo, la falta de consistencia inherente a la mera observación, por muchas veces que esta sea repetida, puede llevar a conclusiones engañosas o completamente erróneas.
Por otro lado, basar la decisión sobre si una adaptación es exitosa únicamente en la opinión del paciente, obtenida a través de una entrevista clínica pero informal, también puede dar lugar a error. Debemos tener en cuenta, por ejemplo, el impacto demostrado del efecto placebo en la impresión que los pacientes tienen sobre el beneficio que les aporta el uso de audífonos.
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En 2011, Dawes, Powell y Munro publicaron un estudio en el que los participantes probaron dos audífonos, uno con tecnología estándar y otro con una supuesta tecnología de última generación. Los audífonos, en realidad, eran exactamente iguales y estaban ajustados de la misma manera. Sin embargo, los participantes indicaron percibir un mayor beneficio con el audífono que supuestamente tenía tecnología de última generación que con el audífono con tecnología estándar. El efecto placebo tiene, por tanto, un impacto significativo en la opinión que los pacientes tienen sobre el resultado de una adaptación de audífonos.
Tanto la elección del tratamiento para el paciente como la evaluación del éxito del mismo deben establecerse en función de la mejor y más actualizada información científica. Para poder interpretar los resultados de las pruebas audiológicas de una forma válida es necesario utilizar herramientas que hayan sido validadas científicamente.
Esto nos asegura que los resultados obtenidos nos aporten no solo información sobre lo que sea que estemos midiendo (validez), sino que además, nos permitirá asegurarnos de que el resultado obtenido sea preciso (fiabilidad). Esto no es solamente aplicable a pruebas en cabina y a pruebas electroacústicas, sino también a cuestionarios de autoevaluación del usuario.
Se deben poner siempre en cuestión los resultados de nuevas terapias, tratamientos, herramientas, programas, prótesis auditivas y pruebas cuyos resultados no estén demostrados siguiendo estas pautas. El uso de terapias o nuevos métodos no basados en la evidencia científica deben restringirse a la investigación y a pruebas experimentales.
Basar nuestra práctica en la evidencia requiere una mayor inversión de recursos en formación y actualización. Además, en muchas ocasiones los resultados conseguidos en nuestra práctica clínica pueden parecer peores de lo esperado, ya que los efectos de los cambios en los ajustes de los audífonos pueden ser insignificantes, si los comparamos con los beneficios que muchas veces se prometen con algunas de estas prácticas que no han sido validadas científicamente.
Sin embargo, la inclusión de buenas prácticas apoyadas por la evidencia científica en nuestro protocolo clínico hace que los pacientes estén más satisfechos, requieran menos visitas y estén dispuestos a pagar más por los servicios prestados (Kochkin et al., 2014; Kochkin, 2010; Amlani y Pumford, 2017).
Referencias
Amlani, A. M., Pumford, J. O. H. N., &Gessling, E. (2017). Real-ear measurement and its impact on aided audibility and patient loyalty. TheHearing Review, 24(10), 12-21.
Dawes, P., Powell, S., & Munro, K. J. (2011). The placebo effect and the influence of participant expectation on hearing aid trials. Ear and Hearing, 32(6), 767-774.
Kochkin S. (2014).A comparison of consumer satisfaction, subjective benefit and quality of life changes associated with traditional and direct-mail hearing aid use. The Hearing Review, 16-26.
Kochkin, Beck, S., Christensen, D. L., Compton-Conley, L. A., Fligor, C., Kricos, B. J., G., R. (2010, April 1). MarkeTrak VIII: The impact of the hearing healthcare professional on hearing aid user success: Correlations between dispensing protocols and successful patient outcomes. The Hearing Review. Retrieved from http://www.hearingreview.com/2010/04/marketrak-viii-the-impact-of-the-hearing-healthcare-professional-on-hearing-aid-user-success/
Sackett, D., Rosenberg, W., Gray, J., Haynes, R., & Richardson, W. (1996). Evidence based medicine: what it is and what it isn’t. BMJ, 312(7023), 71–712.