FAQs #5
En esta sección encontrarás una selección de preguntas frecuentes sobre audiología planteadas por nuestros lectores en la web. info@revistagacetaudio.es
¿Qué aspectos se deben considerar en la elección de audífonos cuando se trata de pérdidas auditivas con posible fluctuación?
Al realizar un estudio audiológico, generalmente analizamos cuál es el grado de audición del paciente y cuál es su discriminación del lenguaje; sin embargo, desconocemos la etiología de la pérdida auditiva para poder determinar el protocolo de seguimiento. En estos casos, haremos la derivación pertinente para saber la causa y también el tratamiento. Si ya tenemos al paciente en el gabinete y es candidato al uso de audífonos, es el momento de elegir cuál sería el más recomendable en cada caso. Si es una pérdida auditiva con posibilidad de fluctuación, degeneración o la causa es desconocida, hemos de elegir un audífono con un rango de ganancia considerable teniendo presente la posibilidad de cambios en la audición y, por lo tanto, cambios en la programación, para que de igual modo le permita tener buen acceso a los sonidos del lenguaje y del entorno.
Cuando se trata de un niño, hemos de transmitir esta información a los padres porque la elección de una prótesis auditiva más potente, normalmente, significa un audífono algo más grande del que imaginaban o del que ahora puede cubrir la pérdida auditiva de su hijo. Al inicio, cuando aún están pasando por el proceso de aceptación de la pérdida auditiva, la estética puede ser un factor fundamental para ellos. Los profesionales tenemos que informarles de las ventajas de elegir un audífono con un margen suficiente para cubrir la pérdida auditiva en ese momento y la posible variación de la misma. Además, en estos casos es recomendable revisar la audición del niño mínimo cada cuatro meses (con y sin audífonos) o en cuanto se perciba cualquier cambio.
Cuando se trata de un adulto, también hemos de consultarles el motivo de esta elección y contar con su aprobación. Como sabemos, la etiología de la pérdida auditiva en adultos-mayores principalmente es la presbiacusia, que con el paso de los años va decayendo ligeramente. Por lo general, el adulto también trae la idea de un audífono muy pequeño, casi invisible, que solo se adaptaría en pérdidas de grado leve. Según el grado de pérdida auditiva, puede que en ese momento una prótesis de tamaño pequeño sea suficiente, pero pensando en los próximos años, nuestra recomendación será un audífono con un rango de ganancia mayor para que cubra su pérdida de audición, incluso, si empeorase la misma, alargando así la vida útil del audífono. Cuando se trata de audífonos RITE sería recomendable mostrar al paciente el tamaño del auricular que le valdría ahora y el que se le adaptaría en caso de empeorar la audición.
Aunque para los audiólogos un audífono ultra potente puede resultarnos estético, para los pacientes puede ser motivo de devolución o de rechazo de la adaptación. Por ello, hemos de explicar a los usuarios los motivos por los que recomendamos el modelo en cuestión para su caso, intentando que la estética pierda relevancia y priorizando las características que deben reunir las prótesis para mejorar su calidad de vida a través de la audición.
¿Deben activarse los controles manuales de los audífonos en adaptaciones pediátricas?
Como bien sabemos, los audífonos actuales ofrecen múltiples opciones de ajuste y personalización, tanto a nivel profesional como de usuario. Si bien es cierto que en usuarios experimentados o adultos pueden ser de gran utilidad de cara a facilitar la comprensión en distintos ambientes, como puede ser en una cafetería o un restaurante, en el caso de adaptaciones pediátricas la recomendación es bien distinta. Debido a la plasticidad cerebral, no debemos activar controles de volumen o de programas específicos principalmente por dos motivos.
El primero, porque el objetivo es intentar conseguir una audición lo más natural posible, en la que los distintos sonidos ambientales deben ser transmitidos con la menor modificación, ayudando a nuestro cerebro a trabajar en seleccionar y reconocer aquellos sonidos que aportan información de otros que no.
En ese sentido, es importante hacer hincapié en que cuando un usuario modifica parámetros, bien de volumen o bien de programa de escucha, lo suele hacer buscando una mayor comodidad. Esto, muchas veces, es contrapuesto a una recepción correcta de los distintos sonidos, ya que disminuimos aquellos que son desagradables, independientemente del efecto que esto pueda tener en nuestra audición. Por ello es necesario que los niños o sus padres no puedan modificar dichos parámetros, a fin de permitir el acceso a todos los sonidos, incluso a aquellos menos agradables, pues todos son indispensables para una correcta audición.
El segundo motivo guarda estrecha relación con el primero, porque se trata de poder ofrecer a los niños la mayor cantidad de estimulación que sea posible, puesto que de esta manera estaremos favoreciendo un mejor desarrollo auditivo y, en resumidas cuentas, promoviendo su progreso cognitivo.
Como bien sabemos, normalmente y salvo casos excepcionales, los adultos han tenido acceso a experiencias auditivas previas, y en determinados contextos, son capaces de completar con sonidos aun sin haberlos llegado a escuchar. Esto no sucede en los niños, que carecen de dichos conocimientos y experiencias pues están comenzando, siendo crucial que puedan disponer de toda la información que se presenta a su alrededor.
Debemos tratar de que los niños tengan el mejor acceso posible a toda la información que se trasmite en el aula, principalmente del profesor, y la mejor manera es a través del uso de este tipo de dispositivos.
Del mismo modo, el uso de programas que en muchas ocasiones nos ayudan a la mejora de la comprensión en ruido, debemos dejarlos a un lado, intentando que finalmente el cerebro de los niños sea quien realice dicha selección, pues de esta manera no estaremos privando a nuestros usuarios de toda la experiencia auditiva que poseen a su alrededor.
Por esta razón, el uso de otras alternativas a estos controles que favorezcan la comprensión y la relación de la señal-ruido existente en un aula como los micrófonos remotos, también nos serán de gran utilidad para facilitar el acceso a toda la información de nuestros usuarios.