¿Qué es la pérdida de audición inducida por ruido?
La pérdida auditiva por ruido se produce por una exposición prolongada a sonidos demasiado fuertes o ante un ruido muy elevado y repentino, como una explosión.
Esta patología se conoce también como hipoacusia por exposición al ruido.
La causa de esta pérdida es el daño que sufren las células ciliadas del oído interno debido a los altos decibelios a los que se ven sometidas. En consecuencia, la capacidad de las células ciliadas para captar y transmitir los sonidos al cerebro se ve afectada.
Por este motivo, decimos que este tipo de pérdida de audición es neurosensorial. La pérdida de audición causada por el ruido puede ser pasajera. Algunas personas recuperan sus niveles normales de audición unas 16 – 48 horas después de la exposición a los ruidos fuertes.
Sin embargo, investigaciones recientes apuntan a que se puede desencadenar un daño permanente a largo plazo, incluso cuando no se aprecia de forma inmediata.
¿Cuáles son los síntomas de la pérdida de audición inducida por ruido?
Si la pérdida auditiva inducida está provocada por una explosión o por a algún ruido similar, la audición se pierde de forma brusca y no se recupera. Es lo que se conoce como «pérdida auditiva súbita».
En estos casos, el afectado debe ponerse en contacto con un médico o un otorrinolaringólogo para que la valore lo antes posible.
La pérdida auditiva por ruido se produce por una exposición prolongada a sonidos demasiado fuertes o ante un ruido muy elevado y repentino.
Cuando la pérdida auditiva inducida por ruido se desarrolla gradualmente por la exposición a sonidos muy intensos durante períodos de tiempo prolongados, tanto en entornos laborales como de ocio, puede pasar más inadvertida.

Los síntomas que deben llamar nuestra atención en este sentido son:
— Dificultades para comprender a las personas que están alrededor, porque se escuchan bajito, como si estuvieran murmurando.
— Problemas para oír especialmente las voces femeninas y/o infantiles.
— Mayor esfuerzo auditivo para escuchar en reuniones y encuentros sociales.
— Dificultad para entender lo que se dice en ambientes ruidosos como restaurantes.
— Preguntar «¿qué?» constantemente o pedir a los demás que repitan lo que han dicho muy a menudo.
— Elevar en exceso el volumen de la televisión, la radio o la voz, llegando, incluso, a gritar.
— Cuando aparecen tinnitus o acúfenos.
— Si se siente dolor en los oídos al exponerse a niveles altos de ruido.
¿Qué papel juegan los genes?
Aunque todas las personas tienen riesgo de tener una pérdida de audición inducida por el ruido, algunas pueden incrementarlo debido a su predisposición genética.
Así se desprende de los últimos estudios realizados por algunos científicos intentan demostrar la posible vinculación de esta dolencia con factores hereditarios.
¿A quién le afecta la pérdida auditiva inducida por ruido?
Cualquier persona, independientemente de su edad o condiciones físicas, si se expone a sonidos fuertes durante un tiempo prolongado o se ve sometida a un ruido ensordecedor inesperado, es susceptible de presentar una pérdida auditiva inducida por ruido.
Las personas que por su trabajo se ven sometidas a largas jornadas laborales en las que predomina el uso máquinas con altos niveles de ruido, son uno de los colectivos con mayor índice de riesgo para desarrollar esta afección, especialmente si no utilizan protección auditiva adecuada.
Según los estudios realizados, si la exposición al ruido ha tenido lugar durante 10 años o más, se multiplican por 2,4 las probabilidades de desarrollar cualquier tipo de hipoacusia, y por 6,8 el riesgo de presentar una pérdida auditiva entre moderada y severa.
Los últimos estudios realizados por algunos científicos intentan demostrar la posible vinculación de la pérdida de audición inducida por ruido con factores hereditarios.
Por tanto, aquellas personas que estuvieron expuestas a ruidos por su entorno laboral pueden presentar tanto una pérdida auditiva relacionada con la edad, como una pérdida auditiva inducida.
La combinación de ambas circunstancias agrava las condiciones de quienes la padecen. Otro de los colectivos más afectados por este tipo de pérdida es el de los profesionales de la música y por alusión, el de aquellos asiduos a los conciertos.
En ambos casos, lo recomendable es usar siempre tapones para los oídos o algún otro tipo de protección, pero no suele ser lo habitual. En línea con esto, los jóvenes que hacen un uso excesivo de los auriculares y, especialmente, si no respetan las limitaciones aconsejadas de volumen, también son candidatos a padecer hipoacusia.
El telemarketing, por ejemplo, un trabajo que emplea a un alto número de personas, en su mayoría jóvenes, también supone riesgos importantes de pérdida auditiva.
Las personas que por su trabajo se ven sometidas a largas jornadas laborales en las que predomina el uso máquinas con altos niveles de ruido, son uno de los colectivos con mayor índice de riesgo para desarrollar esta afección
El uso del auricular unilateral con un volumen que oscila entre 60 a 90 dB, puede provocar daños irreversibles en la audición. Los militares son también personal de riesgo a la hora de desarrollar una pérdida auditiva inducida por ruido como consecuencia de las detonaciones producidas en su ámbito de trabajo o por el uso frecuente de vehículos pesados generadores de altos niveles de ruido.
Por último, todas aquellas personas que emplean máquinas muy ruidosas en su tiempo libre sin ponerse ninguna protección para los oídos, también están en riesgo.
¿Se puede revertir o existe alguna cura para la pérdida de audición inducida por ruido?
No, la pérdida auditiva inducida es irreversible. La exposición al ruido deteriora las células ciliadas del oído interno y, a día de hoy, este daño es permanente.
Es fundamental recordar que las lesiones auditivas no suceden de un día para otro, sino que suelen ser acumulativas. Para preservar la audición, hay que poner el foco en la intensidad del volumen y en el tiempo de exposición.
¿Cómo se trata la pérdida auditiva inducida por ruido?
La pérdida de audición inducida por ruido se trata con la adaptación de audífonos o, si la pérdida auditiva es de tipo severo, con implantes cocleares.
¿Cuáles son las consecuencias de la pérdida auditiva inducida por ruido?
Como ocurre con cualquier otro tipo de pérdida de audición o hipoacusia, la pérdida auditiva inducida por ruido puede suponer serios efectos negativos en la calidad de vida de quien la padece.
A las personas que presentan pérdida auditiva inducida por ruido les suele costar mucho trabajo seguir las conversaciones en reuniones grupales o en lugares ruidosos y pueden tener dificultades para comunicarse con sus allegados o compañeros de trabajo. La consecuencia más inmediata puede ser que tiendan a evitar los encuentros sociales y que pierdan el contacto con otras personas.
Por tanto y para minimizar el posible impacto, si se sospecha de una posible pérdida de audición inducida por ruido, es recomendable realizar una prueba auditiva por parte de un especialista en audición lo antes posible.