Autor: Redacción GA
Formación online, una oportunidad en tiempos de covid
Si echamos la vista atrás unos meses, nadie hubiera podido imaginar los cambios tan rápidos y decisivos que íbamos a vivir en tan poco tiempo. El COVID-19, además de ser una seria amenaza para la salud de todos los habitantes del planeta, ha conseguido desestabilizar incluso a las economías más sólidas. Pero en toda crisis, surgen también oportunidades y la capacidad para detectarlas estará siempre del lado de los que ven el vaso medio lleno.
Esto es lo que ha ocurrido en el sector de la educación. En menos de una semana, todas las escuelas, universidades y centros de formación se vieron obligados a cerrar sus puertas, dejando con sus estudios a medias a un gran porcentaje de la población, desde niños de primaria a profesionales que perfeccionaban sus habilidades para acceder a un puesto de trabajo o mejorar en los que ya desempeñaban.
Un estudio anterior a la pandemia realizado por la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) cifraba el crecimiento de la formación online en un 900% a nivel mundial desde el año 2000. Si buscábamos las cifras oficiales en España, el Ministerio de Educación hablaba tan solo de 128.000 alumnos que estudiaban Bachillerato o Formación Profesional bajo esta modalidad y 228.500 alumnos que lo hacían en Educación Superior.
Pero, de repente, la formación online, que había ido creciendo tímidamente, ha pasado a estar en boca de todos. Los centros educativos, que hasta ese momento, no habían utilizado las nuevas tecnologías como apoyo en la formación, se vieron obligados a instruir a sus profesores a contrarreloj para que pudieran utilizar una plataforma virtual y continuar impartiendo las clases a sus alumnos… Y descubren que la formación online ha llegado para quedarse… Porque más allá de la exigencia del confinamiento, el conocido también como e-learning, abre un gran abanico de posibilidades para un aprendizaje flexible, adaptado a las propias necesidades del alumno, que permite compatibilizar el tiempo de dedicación con la familia y el trabajo y que, sin duda lo más valorado en tiempos de pandemia, evita el desplazamiento a los centros para recibir la formación in-situ, y por tanto, el contacto directo entre los estudiantes.
Las actuales circunstancias educativas están marcadas, indiscutiblemente, por la irrupción del coronavirus, pero este a su vez, ha permitido poner en valor las ventajas de la formación online que es capaz de llegar a una audiencia igual o mayor que la presencial y con un coste muy asequible. Así las cosas, lo que antes era el futuro ahora es el presente, y muchas voces del sector se atreven ya a vaticinar que cuando superemos esta pandemia (y lo haremos), el regreso a las aulas será muy diferente.
Para empezar, la convivencia entre clases presenciales y online se habrá convertido en algo «natural» que permitirá aprovechar mejor el tiempo de aprendizaje y los recursos necesarios para llevarlo a cabo. Además, la oferta de formación a través de Internet habrá crecido exponencialmente, porque todos los cursos que han surgido durante estos meses de confinamiento y restricciones, se van a mantener como opción para aquellos alumnos que tengan impedimentos para desplazarse a los centros de estudio, bien por distancia, o bien, por falta de tiempo.
Y como todo producto sometido a la ley de la oferta y la demanda, el aumento de la primera, derivará irremediablemente en una bajada de las tasas de matriculación, no solo para titulaciones online, sino también para las presenciales, porque al haber más opciones, habrá una mayor competencia. Por supuesto, esta tendencia también se va a ver reflejada en la formación cursada para reciclarse a nivel profesional. Probablemente en este caso, gane terreno el poder formarse a través de módulos más cortos y, una vez alcanzado el número necesario de ellos, acceder a una titulación superior, e incluso, con la posibilidad de combinar certificados obtenidos de manera presencial con otros superados en el aula virtual.
En un mercado laboral tan competitivo como el actual, las capacidades digitales se imponen y los profesionales deben dominar la tecnología. La formación continua, que siempre ha sido necesaria, ahora resulta imprescindible para poder progresar y acceder a mejores puestos de trabajo. La buena noticia es que, con el e-learning, la formación continua está al alcance de todos y los límites ya solo los marcan las ganas de saber y el compromiso individual.