Cuando llega el verano y el termómetro empieza a subir, comienza la temporada de piscinas y las vacaciones en la playa. Es en ese momento cuando recordamos que debemos cuidar nuestros oídos o los de los más pequeños para evitar molestias y ciertas patologías, especialmente si ya las hemos padecido en otras temporadas estivales o, simplemente, por prevención.
Como audiólogos, antes de nada y como siempre, debemos reconocer cuál es la necesidad de cada uno de los pacientes ya que, dependiendo de la misma, deberemos recomendar un tapón u otro tipo de protección. Tampoco es lo mismo si solo van a «chapotear» o nadar, o si van a practicar deportes acuáticos «más agresivos» como buceo, kite-surf, deepboard…
Por este motivo, es importante que el paciente acuda a un profesional del sector audiológico que disponga de un laboratorio especializado en la fabricación auditiva a medida y que le oriente sobre qué tipo de molde, tapón o protección auditiva, será la más adecuada para él. Una vez seleccionado el tipo de protección (en este caso tapones de baño), se realizarán unas protecciones totalmente adaptadas a la fisionomía del oído, las cuales deben sellar lo máximo posible todo el perímetro de la concha auditiva.
Es importante recalcar que el oído debe permanecer totalmente aislado del agua. Para ello es fundamental que las impresiones contengan la más fiel información de toda la anatomía del pabellón y CAE, y esta se mantenga íntegra para su posterior registro en el laboratorio con el fin de que su elaboración sea lo más exacta posible. Este trabajo será plenamente efectivo si va acompañado de una buena instrucción al paciente por parte del audiólogo sobre la colocación, extracción y mantenimiento preciso de sus tapones.
Un aspecto primordial a la hora de realizar las impresiones al paciente es saber si hace uso del gorro de baño y su tipología (textil o silicona), y/o de gafas acuáticas. Un pabellón sometido a una presión, por muy ligera que esta sea, se verá claramente distorsionado, con lo que la impresión deberá realizarse tal y como el pabellón esté en ese momento. Para ello, se tomará la impresión y posteriormente se colocará el gorro en el paciente de la forma habitual en que él lo lleve. Hay pacientes que deben ponerse los gorros sumamente apretados, por ejemplo los triatletas, en los que puede haber grandes diferencias anatómicas con o sin gorro y/o gafas. Podemos sugerir en algunos casos que tanto el gorro, como las gafas vayan colocados en la zona superior del pabellón sin presionar el mismo. Otra buena opción para los casos en que los niños usan gafas y tapones y estos no ajustan debido a la goma de las gafas, son unas bandas para las mismas que rodean los pabellones, y así queda intacta la zona protegida.
Imagen 01. Impresiones centrales tomadas sin gorro de baño. Exteriores, con gorro.
Imagen 02. Tapones fabricados con gorro de baño e impresiones sin gorro de baño.
Debemos tener muy en cuenta la exploración visual del pabellón, ya que pueden existir irregularidades cartilaginosas, así como su rigidez o laxitud. Este factor interviene directamente en la selección del material del tapón para unos resultados óptimos en el ajuste. Si el pabellón es muy rígido debemos solicitar un tapón con bajo shore (dureza), mientras que para pabellones más laxos procederemos de forma antagónica, es decir, solicitaremos la fabricación de un tapón con shore más alto.
GRÁFICA 1. Grado Shore, nivel de dureza de los tapones.
Además de bañarnos, en ocasiones también buceamos y provocamos diferencias de presión que nuestros oídos deben soportar, por lo que los especialistas, a la hora de realizar los tapones, deben tener en cuenta este factor añadido. Unos tapones de baño no se deben usar para bucear, puesto que las presiones van variando y podrían perjudicar nuestro sistema auditivo. Con unos tapones que puedan ecualizar la diferencia de presiones tanto fuera como dentro del oído, la protección estaría asegurada.
Imagen 03. Posicionamiento correcto de un tapón de baño en CAE y Pabellón.
Recomendaciones útiles
• Para mantener nuestros oídos totalmente secos se recomienda el uso de los tapones a medida acompañados de bandas de neopreno, cuya doble función va a ser aislar a los oídos del agua y proteger los tapones de baño evitando que se caigan (sobre todo en el caso de los niños). Estas bandas no solo las podemos usar en verano, sino que son también ideales para el invierno, ya que su material (neopreno de alta densidad) aísla del frío, siendo muy indicado para deportes u ocio en la nieve. Las bandas de neopreno se comercializan según tallas y existe una gran variedad de colores. Es aconsejable que se opte por las de calidad garantizada y huir de imitaciones. Tanto los tapones de baño como las bandas de neopreno deben mantenerse siempre limpias y secas, por lo que es importante su lavado y secado después de cada uso.
• En el caso de pacientes pediátricos y jóvenes hay que tener en cuenta que los tapones habrá que reemplazarlos de forma recurrente ya que, estando en etapa de crecimiento, los pabellones cambian de tamaño y/o forma, y los tapones del verano anterior no valdrán para el siguiente porque el oído, como el resto del cuerpo, seguirá desarrollándose. Incluso, sin encontrarse en esta etapa, los oídos pueden variar su forma con el paso del tiempo (por ejemplo, una pérdida repentina de peso puede influir en el diámetro del CAE).
• Para facilitar la higiene de cualquier tipo de prótesis o protector auditivo, es aconsejable la utilización de materiales de fácil limpieza y conservación.
• Otra recomendación útil para los tapones es que floten y que sean de colores llamativos, fácilmente visibles en entornos acuáticos. Así, si por cualquier circunstancia se cayeran al agua, se podrían recuperar de forma sencilla sin necesidad de bucear.
Protección con variedad
Un paciente adulto que requiere unos tapones de baño, normalmente se decanta por unos tapones discretos o con los colores habituales (rojo, azul o transparentes). Pero los pacientes más singulares o los pacientes pediátricos suelen demandar tapones de tonos llamativos, con varios colores en un solo tapón o incluso, con dibujos o purpurinas. En el mercado existen marcas con una amplia gama de texturas, colores y dibujos para que los pacientes, aparte de proteger sus oídos, disfruten usándolos.
Autora
ANABEL JIMÉNEZ
Audióloga y audioprotesista
Especialista en Protección Auditiva y Otoplásticas Pediátricas.
Directora de NovaPro Audiología.
Enlace: http://www.nova-pro.es/