El síndrome de sordera súbita, una amenaza silenciosa
El síndrome de sordera súbita o hipoacusia neurosensorial súbita consiste en la pérdida de audición de más de 30 dB, que se produce en un breve período de tiempo, generalmente menos de 72 horas, y se da en pacientes que no presentan antecedentes con la audición, normalmente de más de 40 años. Generalmente afecta a un solo oído (la bilateralidad sincrónica ocurre en menos del 1% de los casos) y las personas que la sufren pueden sentir mareos, vértigo, o escuchar un ruido permanente en el oído, lo que se conoce como tinnitus.
En la gran mayoría de los casos de sordera súbita no se logra identificar el origen del problema, pero hay muchas causas que lo puedan explicar:
— Infecciones, la causa más frecuente en los afectados entre los 25 y los 40 años. Un 25% del total de estos casos se debe a resfriados de vías altas. Otros virus responsables pueden ser los de la parotiditis, sarampión, herpes zoster y adenovirus I y III.
— Un traumatismo en la cabeza.
— Medicamentos ototóxicos.
— A veces, los tumores del ángulo ponto-cerebeloso o tumores retrococleares se pueden manifestar como hipoacusia súbita.
— Enfermedades neurológicas.
— Otros trastornos del oído interno, como la enfermedad de Ménière.
— Entre los 50 y 65 años los trastornos vasculares (vasoespasmos, trombosis, embolias y hemorragias cocleares) son la causa más común de aparición de este síndrome.
— Por causas desconocidas.
Mediante una audiometría tonal se puede confirmar si la pérdida auditiva es neurosensorial o no, es decir, si el sonido no llega al oído interno por una obstrucción en el oído, o si llega pero el oído no puede procesarlo debido a un problema con el nervio auditivo, lo cual significaría que subyace algo más grave.
Los especialistas recomiendan iniciar el tratamiento inmediatamente después del diagnóstico. Este suele pasar por la administración de corticoides sistémicos vía oral y, a veces, de corticoides intratimpánicos.
Aproximadamente, un tercio de los enfermos recupera por completo o casi por completo la audición; otro tercio mejora sensiblemente pero mantiene una pérdida de entre 35 y 55 dB; y en otra tercera parte de los casos persiste una hipoacusia profunda.
REFERENCIAS
The National Institute on Deafness and Other Communication Disorders (NIDCD). EE.UU.